Eduardo Ffrench-Davis, gerente de marketing analcohólicos de CCU conversó en un nuevo capítulo de Agenda Pais 2030, conducido por Max Raide, sobre los cambios de hábitos de los consumidores, cómo estos tienen la opción de elegir productos libremente, pero informados sobre sus alcances y con conciencia medioambiental.
No cabe duda que los hábitos de consumo, sobre todo de los bebestibles, han cambiado a lo largo de los años. Y es que la demanda es harta y las empresas han logrado adecuarse a las necesidades de sus consumidores.
Para Eduardo Ffrench-Davis, gerente de marketing analcohólicos de CCU, esta tendencia ha marcado el contexto mundial en los últimos años: «hay dos grandes temas que se están abordando a nivel de la industria. Todo esto tiene que ver con la alimentación, los hábitos de vida saludable, la promoción de alimentos y bebestibles con atributos más naturales, y por otro lado, la utilización de los recursos, a nivel de empaque y de reciclaje», señaló.
«Esos son los dos grandes temas que están dando vuelta alrededor de la industria de bebestibles y donde Chile, un país que es bastante avanzado en ese tipo de legislaciones, está abordando con mucha decisión y fuerza. Como compañía, nuestra posición siempre ha sido ser parte de la solución, ser un actor activo en dar respuestas a estas realidades que nuestro consumidor y ciudadano enfrentan», comentó.
De esa manera, el desafío es poder satisfacer lo que está buscando un consumidor, desde sus necesidades más que por las categorías que buscan. «Hoy día la industria de los bebestibles es una sola, obviamente hay una diferenciación de alcohol y sin alcohol. En el mundo de los analcohólicos las barreras son cada vez más difusas, es una mezcla donde el consumidor tiene un sinfín de oportunidades y eso le presenta desafíos a la industria, porque pasa a encontrar innovaciones y soluciones dentro de una misma categoría para satisfacer las necesidades», dijo Ffrench-Davis.
Es por esto que la educación que tengan los consumidores sobre los productos que se ofrecen es primordial. «Nosotros hemos hecho un esfuerzo importante en empujar las bebidas no carbonatadas, las categorías saludables y naturales de nuestro portafolio donde somos líderes», comentó.
Pero más allá de eso, es importante que este consumidor tenga libre acción, con la conciencia necesaria y al medioambiente en el horizonte. «Está un consumidor pero está un ciudadano a la vez. Nosotros entendemos al consumidor como una persona que en libertad escoge el producto que quiere satisfacer sus necesidades y le presentamos una amplia gama de productos del lado del reciclaje, pero un ciudadano también es una persona que tiene un deber y derecho ante su planeta, ante su ciudadanía y ante sus diferentes cosas. En ese sentido la educación sobre el ciudadano es clave, y ahí está todo el tema del planeta», dijo Ffrench-Davis.
Hoy, CCU cuenta con programas de reciclajes en 20 colegios que poseen certificación, la idea es fomentar el cuidado y conciencia sobre el medioambiente en los niños, quienes son «los tipos más conscientes, vienen con otra mentalidad y saben la importancia del reciclaje, incluso mucho más que nosotros los adultos. Y además, son los mejores influenciadores de la casa».
