Mientras en Chile tenemos récords de mujeres chilenas como las más obesas de Sudamérica o los millonarios sueldos del parlamento chileno, en el Far West -como diría Jorge Teillier-, Miguel Becker, alcalde de Temuco, prohíbe la comercialización de hortalizas a mujeres mapuche en el centro de la ciudad y la venta de cochayuyo recolectada por familias mapuche que viajan caminado días, desde Tirúa a Temuco, por suelos no pavimentados.
La comida responde al acto humano, a la necesidad biológica de ingerir nutrientes que puedan sostener la vida del organismo (Unigarro, C. 2010. Patrimonio cultural alimentario. Quito-Ecuador).
La culinaria o cocina se refiere a todos los procesos de selección y manipulación mediante los cuales los elementos nutritivos que necesitamos se encuentran en la naturaleza y son aceptados como comestibles y transformados en alimento humano. En este sentido, la culinaria entra en el ámbito propiamente humano de la cultura.
La cultura alimentaria es el conjunto de representaciones, de creencias, de conocimientos y de prácticas heredadas y/o aprendidas que están asociadas a la alimentación y que son compartidas por los individuos de una cultura dada o de un grupo social determinado dentro de una cultura (Contreras y Arnáiz, 2010. Patrimonio cultural alimentario. Quito- Ecuador).
El cochayuyo (Durvillaea antárctica) es un alga marina, llamada también hierba del mar, cochahuasca o látigo de mar. La palabra es de origen quechua; proviene de kocha, que significa “laguna, mar” y yuyu, que significa “nabo”, “hortaliza”. Es decir, cochayuyo significa “legumbre de mar”. Esta alga se distribuye en Chile desde Coquimbo a Magallanes. Ha sido un importante recurso alimenticio de las comunidades indígenas antes de la llegada de los españoles. Los mapuches la llamaban kollof o collofe (Lenz, 1910).
Las comunidades mapuche lo han usado como parte de su tradición culinaria en la elaboración de guisos, pebres, pasteles, sopas, ensaladas y mermeladas, transmitiendo su utilidad como ingrediente a muchas recetas criollas. Sin embargo, el consumo y uso del cochayuyo como ingrediente en la culinaria ha sufrido una notable disminución, debido al desarraigo como alimento en las generaciones jóvenes (Arca del Gusto. Catálogo alimentario patrimonial. Productos tradicionales y en riesgo de extinción en Chile. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. 2015).
Invito cordialmente al señor alcalde de Temuco y a sus asesores a leer el último párrafo del citado libro y descargarlo, para que así comprendan la importancia del patrimonio alimentario en riesgo del Chile que tanto pretenden defender.
En el mismo documento se da cuenda de la importancia para la institucionalidad cultural chilena de recuperar y salvaguardar las expresiones del patrimonio cultural inmaterial pues son la base de las formas de vida y desarrollo de muchas comunidades, sobre todo rurales.
La Convención del 2003 de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) fue ratificada el 10 de diciembre de 2008 por el Gobierno de Chile, por lo tanto el texto íntegro es ley de la República.
De acuerdo a la Convención Unesco para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la culinaria tradicional es una de las características del patrimonio cultural inmaterial relacionada con los conocimientos y usos que dependen de la naturaleza y el universo, y se manifiesta a través de la interacción de las personas con los ecosistemas y con su historia. Es identidad, cosmovisión y, por sobretodo, economía política.
¿De qué cosmovisiones hablamos, qué identidades, qué territorios, qué relaciones de género, qué sistemas de organización, qué agrodiversidades, economías, cuando se niega a mujeres mapuche en la ciudad de Temuco o de familias proveniente de la costa a vender sus productos?
En Temuco: ¿quién no ha comprado verduras y frutas a aquellas mujeres mapuche que hoy son forzadas a abandonar sus puestos de venta?
En Chile: ¿quién no ha comido cochayuyo alguna vez en su vida? Quienes no lo han hecho, háganlo, porque tiene múltiple propiedades. El cochayuyo destaca entre las algas por ser una de las que tiene la cantidad de yodo mejor equilibrada (Evitar su ingestión en pacientes con hipertiroidismo, por su gran aporte en yodo. Medicamentos Herbarios Tradicionales. Minsal. 2009).
Es un alimento con alto contenido en fibra, formada por mucílagos y por ácido algínico, compuesto éste capaz de unirse a metales pesados contaminantes y a otros tóxicos que se hallan en nuestro interior, formando alginatos que facilitan su eliminación. Es también un reservorio de calcio, hierro, magnesio y manganeso; con valores superiores a alimentos como la leche, las lentejas o el hígado de pollo. Su aporte de proteínas es significativo, superior a los cereales tradicionales como maíz, trigo y arroz integral. Otros de sus nutrientes son fósforo, zinc y sodio -debe consumirse con moderación por personas hipertensas-, potasio, ácido fólico y vitamina E (Medicamentos Herbarios Tradicionales. Minsal. 2009).
¿Por qué las autoridades locales, regionales y nacionales, en vez de prohibir la venta de alimentos sanos y nutritivos en un país donde la obesidad es una epidemia, no se dedican a la educación alimentaria, con políticas, programas, proyectos que respeten cosmovisiones de pueblos originarios, la cultura campesina, sus saberes, los sistemas productivos y socioecológicos propios de cada territorio?
Pareciera que el mundo patas arriba de Galeano tiene para rato, y Chile, es uno de sus países preferidos.
A Jorge Teillier le gustaba el cochayuyo con cebolla. A mí el charquicán de cochayuyo. ¿Y a usted, cómo le gusta?