¿Estás buscando una excusa para tomar vacaciones? Aquí te presentamos seis razones para que empieces a empacar las maletas.
Viajar por placer no solo es divertido, también puede tener beneficios tanto para la salud física como para la salud mental.
Ya sea para explorar una ciudad, disfrutar de un paisaje pintoresco o respirando el aire puro en el campo.
Si tienes la suerte de poder viajar, estas son seis razones para empacar las maletas.
Si te gusta caminar por la ciudad o por la naturaleza, probablemente puedes andar 10.000 pasos en un día. Esta cifra equivale aproximadamente a unos 6,5 kilómetros para la mayoría de las personas y se asocia con niveles moderados de ejercicio.
Si además puedes combinarlo con un poco de turismo u otras actividades, estarás haciendo un gran favor a su salud en general, y a tu corazón en particular.
En 1948, el célebre estudio de Framingham, encuestó a mujeres sobre este mismo tema y las siguió durante 20 años.
Descubrió que las mujeres que solo tomaban un día festivo, cada seis años,tenían ocho veces más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o desarrollar una enfermedad coronaria, en comparación con las que se iban de vacaciones dos veces al año.
Los resultados tuvieron en cuenta factores de riesgo como la obesidad o el tabaquismo.
Otro estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York observó durante nueve años a 12.000 hombres que tenían un alto riesgo de desarrollar enfermedades coronarias.
Los que no tomaron vacaciones anuales tenían un 32% más de probabilidades de morir de un ataque al corazón.
El estrés acelera el proceso de envejecimiento, según el informe Global Coalition on Aging.
Es como una inyección diaria de la hormona cortisol en el cuerpo. Debilita el sistema inmunológico y aumenta las posibilidades de padecer enfermedades como disfunción suprarrenal, dolores de cabeza y síndrome del colon irritable, según la organización.
Afortunadamente, se tarda poco en sentir los efectos de un viaje de placer en lo que se refiere al alivio del estrés.
Una encuesta a 500 personas realizada por le portal de viajes Expedia en 2012 sugirió que solo llevaba un día o dos de vacaciones empezar a sentirse relajado.
De hecho, un estudio realizado en 2002 por investigadores de la Universidad de Surrey, en el Reino Unido, sugiere que solo planear un viaje con anticipacióncrea sentimientos positivos y hace que los turistas se sientan «mucho más felices con su vida en general».
Viajar es una oportunidad para que nos involucremos en situaciones que estimulan nuestro cerebro: nuevos alimentos, un entorno novedoso, quizás idiomas diferentes.
Involucrarse con la cultura local y aprender sobre otros lugares no solo puede hacernos más inteligentes, sino que también puede ayudar a retrasar la aparición de enfermedades cerebrales como el Alzheimer, de acuerdo con el informe de Global Coalition on Aging.
«Viajar es una buena medicina», dice Paul D. Nussbaum, investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.
«Desafía al cerebro con experiencias y entornos nuevos y diferentes y es un comportamiento que promueve la salud cerebral y desarrolla la capacidad de recuperación del cerebro a lo largo de la vida».
«Si quieres que se te ocurran nuevas ideas, deja de pensar en ellas», ese fue el consejo contraintuitivo que el ejecutivo de publicidad de Estados Unidos, James Webb Young, dio a los estudiantes y aspirantes a profesionales del marketing en su libro «Una técnica para producir ideas».
Con ella no quería decir que la inspiración para sus campañas cayera milagrosamente del cielo. Todo lo contrario.
Observó que a menudo le sucedía que se le encendía la bombilla no cuando estaba trabajando en una idea, sino más tarde, cuando estaba realizando otra actividad como ir al cine.
Hoy los neurocientíficos saben que los nuevos lugares y experiencias pueden reorganizar nuestro cerebro y revitalizar nuestras mentes.
Esto está directamente relacionado con lo que ellos llaman «flexibilidad cognitiva», que es la capacidad de la mente para saltar entre diferentes ideas, un componente clave de la creatividad.
Tal vez no sea coincidencia que artistas famosos como Paul Gaugin, Ernest Hemingway e Igor Stravinsky hayan creado sus obras más admiradas durante o directamente después de un período en el extranjero.
Hoy en día, el agotamiento se considera una epidemia en los centros de trabajo.
No solo es un lastre para los trabajadores, sino también para los sistemas de salud (que tienen que lidiar con las enfermedades relacionadas con el estrés) y las empresas de todo el mundo, debido a una pérdida de productividad, ausencias por enfermedad, accidentes y compensaciones.
El American Institute of Stress estima que el estrés le cuesta a la industria de los Estados Unidos US$300.000 millones cada año.
La doctora Shimi Kang, especialista en neurociencia de la felicidad y la salud óptima, dice que darle al cerebro cierto tiempo de inactividad lo restaura. Esto ayuda a resolver problemas y conectar ideas.
Si eres joven y puedes aprovechar la oportunidad de mudarte al extranjero por un período de tiempo, las investigaciones sugieren que la experiencia puede beneficiar enormemente tu desarrollo personal.
La doctora Julia Zimmermann y el doctor Franz Neyer, de la Universidad alemana de Friedrich-Schiller, compararon el desarrollo de la personalidad de más de 3.000 estudiantes universitarios alemanes que habían estudiado en el extranjero durante al menos un semestre con un grupo que no viajaba.
Los resultados revelaron que quienes estudiaron en el extranjero eran, en general, más extrovertidos que los que optaron por no viajar durante sus estudios.
Después de su regreso, los viajeros también tendieron a mostrar un aumento en la apertura a nuevas experiencias y una mayor estabilidad emocional.
«La mayoría de los individuos se vuelven más concienzudos, agradables y emocionalmente estables durante el paso de la adolescencia a la edad adulta», escribieron los investigadores.
Así que, sea cual sea su grupo de edad y estilo de viaje, hay beneficios en tomarse un tiempo libre y salir en un viaje de placer.