El proyecto “Prótesis Bioclimáticas” busca desarrollar elementos prefabricados que puedan ser adaptados fácilmente a las viviendas sociales con una inversión mínima, para mejorar distintas funciones de la casa, como la calefacción. La primera prótesis desarrollada es un prototipo de invernadero plano que se instala sobre la fachada norte de la casa y que puede llegar a suplir más de 1/3 de la calefacción en invierno mediante energía solar.
La contaminación urbana en invierno, producto del masivo uso de leña, ha contribuido a que 13 de las 25 ciudades más contaminadas de Latinoamérica sean chilenas, según la OMS. Esta situación trae graves consecuencias y es un problema de salud pública, aumentando exponencialmente las enfermedades respiratorias durante invierno.
Esto es lo que busca revertir el Proyecto Prótesis Bioclimáticas mediante el uso de energía renovable. Así, se busca generar un triple impacto: por un lado contribuir a mejorar la sensación de confort y bienestar dentro de la vivienda; por otro, producir importantes ahorros en el ítem energía del presupuesto de muchas familias chilenas y por último consecuentemente lograr disminuir los consumos energéticos, reduciendo la contaminación y las emisiones de CO2 y mejorando con ello el medio ambiente.
Para lograr estos objetivos, el equipo de la Universidad de Concepción llevó a cabo experimentos con sensores de temperatura de sistemas solares pasivos, como invernaderos y muros solares (muros Trombe) prefabricados para viviendas. Dicho experimento se llevó a cabo en dos comunas de la Región del Biobío: Coronel en la costa y Chillán en el valle interior.
Estos experimentos, en dos microclimas de la región, ayudaron a los especialistas a determinar detalladamente cómo era el comportamiento de estos sistemas en invierno y verano, demostrando cuáles eran los impactos reales de estos sistemas en el ahorro energético de una vivienda tipo.
Se probó durante más de un año la llamada Prótesis 01, el primer prototipo desarrollado, que es un invernadero plano o muro solar conformado por un marco de madera vidriado de 35 cm de profundidad y de dimensiones 2.10 x 2.10 metros.
Este componente se instala sobrepuesto como una pantalla vidriada sobre la fachada norte de la vivienda, junto a un segundo componente importante que son tubos de PVC con agua que también se cuelgan de la fachada y hacen las veces de masa térmica para acumular parte del calor captado durante el día, liberándolo durante la noche.
El sistema funciona requiriendo como única intervención en el muro existente, realizar dos pares de pequeños agujeros practicables para el paso del aire caliente desde el sistema a la casa.
En los resultados experimentales en Coronel para un espacio de dimensiones similares a un estar-comedor-cocina de una vivienda social tipo, de aproximadamente 24 m2, se obtuvo una disminución del consumo energético de un 33% de energía para toda la temporada otoño-invierno.
En tanto, para la ciudad de Chillán, se obtuvo que la Prótesis 01 puede disminuir el consumo energético en un 30% (de 1932 kWh a un 1365 kWh aprox.) lo que implica una notable reducción de las demandas energéticas en la estación fría.
Leonardo Agurto Venegas, co-director del proyecto, señaló que «la repercusión social del proyecto Prótesis será expandir los límites del ahorro energético en las viviendas a un muy bajo costo».
El proyecto Prótesis Bioclimáticas demuestra que si las viviendas poseen un aislamiento aceptable, la posterior integración de estos sistemas solares pasivos debe tomarse muy en serio dado el altísimo potencial de ahorro energético que estos sistemas poseen.
Por otro lado, si estos elementos son diseñados de forma simple en todas sus fases de vida útil, pueden abrir el camino hacia su integración y aceptación en la arquitectura residencial chilena.
Las claves están tanto como en entender los deseos y expectativas de los propios usuarios como en el estudio particular de los microclimas locales y sus posibilidades.