El crecimiento del uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes y jóvenes es un tema que preocupa a instituciones y autoridades de varios países, en los que se estudia si estos dispositivos han frenado la disminución del hábito de fumar o son la puerta de entrada para el tabaco.
Los vaporizadores, también llamados cigarrillos electrónicos o e-cigarettes, se han transformado en un tema importante para la salud de la población a nivel mundial.Por un lado ha sido una gran solución para aquellos fumadores que, habiéndolo intentado todo para dejar el cigarrillo, finalmente encontraron una alternativa no sólo efectiva y satisfactoria, sino que un 95% menos dañina para su salud.
Por otro lado, la FDA está observando los efectos de Juul en Estados Unidos, y el aumento del consumo de ese dispositivo entre jóvenes, hay estudios bastante más alentadores con respecto al vapeo en otros países. Y es que la preocupación existe por las consecuencias para la salud que podría tener el vapeo, las que siguen siendo en gran parte desconocidas porque la práctica es muy nueva.
Este miércoles, Action for Smokefree 2025 (Nueva Zelandia) publicó un resumen de los últimos resultados arrojados por la investigación y encuestas sobre las conductas de 29. mil jóvenes estudiantes que consumen cigarrillos electrónicos, es decir, dispositivos que liberan vapor de sabores que la gente inhala de ellos y que pueden o no contener nicotina.
La evidencia muestra que el vapeo representa solo una pequeña fracción de los riesgos de fumar y cambiar completamente de fumar a vapear. Los datos más importantes del informe fueron:
Esto coincide con los resultados que arrojó otro estudio de la semana pasada del Cardiff University y que fue apoyado por el UK Centre for Tobacco and Alcohol Studies (Reino Unido), sobre 250.000 adolescentes británicos, donde no se encontró sustento alguno en la hipótesis de que el vapeo sería una “puerta de entrada” al cigarrillo para jóvenes.
En efecto, dicho informe señala que entre los años 1998 y 2015, el porcentaje de jóvenes de entre 13 y 15 años que habían fumado disminuyó de un 60% a un 19%, mientras que el porcentaje de fumadores en ese mismo rango etario disminuyó de 19% a 5%.
«Nuestra investigación no respalda la hipótesis de que los cigarrillos electrónicos» normalizaron «el hábito de fumar en los jóvenes durante un período de uso creciente pero en gran medida no regulado en el Reino Unido», concluyó el estudio.
Esto recibió gran cobertura en diversos medios de prensa europeos y asíaticos, y también importantes líderes de opinión se pronunciaron al respecto. «Celebramos los resultados del estudio y esperamos que esto fortalezca el caso para que los cigarrillos electrónicos se consideren una herramienta altamente efectiva para dejar de fumar y una alternativa mucho más segura para fumar tabaco, en lugar del primer paso para convertirse en un fumador», planteó Suzanne Cass, CEO de Action for Smokefree Gales, a The Guardian.
Por su parte, el professor John Britton, director of the Ukctas, sostuvo en Science Media Centre que «este análisis exhaustivo de los datos de jóvenes en el Reino Unido confirma lo que es evidente a partir de una simple inspección: el hecho de que el uso de los cigarrillos electrónicos no haga que los jóvenes se conviertan en fumadores de tabaco».
Además, aseguró que ·»es vital que estas tendencias continúen siendo monitoreadas para que cualquier efecto adverso se detecte temprano, pero estos hallazgos brindan un respaldo adicional para las políticas de salud que promueven el uso de cigarrillos electrónicos como sustituto del consumo de tabaco».
También destacó que «estos hallazgos sugieren que los cigarrillos electrónicos no hacen que los adolescentes empiecen a fumar. Ahora sabemos, por lo tanto, que los cigarrillos electrónicos no renormalizan el hábito de fumar, no hacen que los jóvenes empiecen a fumar, y han ayudado a miles de fumadores a dejar de fumar».
Este informe también fue publicado por el journal BMJ Tobacco Control.