El hallazgo explica el origen de esta enfermedad que afecta a 26 millones de personas en el mundo y es la principal causa de muerte a nivel global y en Chile, además de abrir el camino a su tratamiento. El trabajo -revelado por Nature, la revista científica más importante del planeta- fue desarrollado por los científicos chilenos Francisco Altamirano, Sergio Lavandero y Elisa Villalobos, pertenecientes a la Universidad de Chile y al Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), junto a investigadores de la Universidad de Texas Southwestern Medical Center.
En la actualidad, la coexistencia de varios factores de riesgo cardiovascular –obesidad, diabetes mellitus, alto colesterol, sedentarismo, tabaquismo e hipertensión arterial- que caracteriza a la sociedad actual, han generado la aparición de una nueva patología cardiovascular conocida como insuficiencia cardiaca con función sistólica preservada. Esta nueva forma de insuficiencia impide que el corazón se relaje adecuadamente, afectando a casi la mitad de los pacientes con insuficiencia cardiaca, tanto en Chile como en los países con mayor nivel de desarrollo.
Hasta ahora no se conocían los mecanismos que la generaban ni terapias efectivas para el tratamiento de esta patología. Pero una investigación impulsada por científicos de la Universidad de Chile y del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), junto a investigadores de la Universidad de Texas Southwestern Medical Center, descubrió la forma en que se produce esta enfermedad tras replicarla en un modelo animal que imita fielmente lo que ocurre en el ser humano, hallazgo que abre la puerta al desarrollo de tratamientos.
El trabajo -relevado por Nature, la revista científica más importante del planeta, en el artículo titulado “Nitrosative stress drives heart failure with preserved ejection fraction”- describe que el aumento del óxido nítrico genera daño cardiaco al alterar el funcionamiento de dos proteínas encargadas de proteger el corazón: IRE1α y XBP1s.
La insuficiencia cardiaca es la etapa terminal de varias enfermedades cardiovasculares muy frecuentes en nuestra población, entre ellas la hipertensión arterial y el infarto del miocardio. Esta patología es considerada por los especialistas como una epidemia emergente, debido a su creciente prevalencia y los altos costos que demanda para los sistemas de salud, que afecta a más de 26 millones de personas en el mundo y es la principal causa de muerte a nivel global y en Chile (30% de las muertes en el país).
El equipo, integrado por los cardiólogos Gabriele Schiattarella, Joseph A. Hill y los chilenos Francisco Altamirano, Elisa Villalobos y Sergio Lavandero, trabajó por más de siete años en el origen de esta nueva patología y formas de enfrentarla.
Para Francisco Altamirano, este hallazgo es “un logro gigantesco que permitirá generar futuras terapias para esta nueva patología”.
Sergio Lavandero -director de ACCDiS, profesor de las facultades de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y de Medicina de la Universidad de Chile y autor de este estudio- destacó que “esta nueva forma de insuficiencia cardiaca es un tema estratégico para ACCDiS, dado que debemos estar en plena sintonía con los desafíos presentes y futuros del área cardiovascular”.
También destacó que la revista científica más importante del mundo haya relevado esta publicación, incluso comentándola en una nota complementaria por tratarse de un descubrimiento de gran relevancia. Además, relevó la importancia de la colaboración entre las universidades del país y el apoyo del programa de centros de excelencia en Áreas Prioritarias Fondap de Conicyt. Lavandero relevó finalmente la necesidad de seguir invirtiendo en ciencia para el país alcance un nuevo nivel de desarrollo.
Gabriele Schiattarella, enfatizó el rol fundamental de los científicos chilenos en este proyecto. «Altamirano fue clave al aportar un profundo conocimiento bioquímico, Villalobos realizó experimentos fundamentales y Lavandero me orientó en el diseño y la realización de estas investigaciones. En resumen, esta publicación en Nature no podría haber ocurrido sin la contribución de este grupo de científicos chilenos”, afirmó.