Opinión
El sábado 13 de abril estuve sentado entre más de cien asistentes o puedo decir, fui parte del segundo encuentro organizado por la coordinadora de territorios en defensa de los glaciares. Y sentí de qué modo los glaciares se bifurcan. Desde el lado ciudadano, cordillera y aguas abajo, quisiéramos unos glaciares respetados como particulares seres, de longeva memoria pero existencia efímera (que cien mil años no es nada). Del lado institucional, una legislación cada vez mas mínima. Un SEIA como un queso lleno de excepciones, el sistema de áreas protegidas, otro queso y de las apuradas definiciones en las tenues iniciativas legales, también.
De las 24.114 glaciares de Chile, considerando esos vacíos, podrían ser 13 565 los desprotegidos. No sólo son una cuestión nacional sino subcontinental: son el 91% de los claciares de américa del sur. Dada la desprotección en que los sitúa la institucionalidad existente y las perspectivas económicas, fue alentador ver cómo los humanos han emprendido la defensa de los glaciares. Liderados por el movimiento del valle de Huasco hace 19 años en Pascua Lamas, en defensa de los glaciares Toro 2 y 2 y Esperanza, la cordillera norte centro del país ha sido bamboleada por proyectos mineros y eléctricos. Putaendo y la amenaza de de Vizcachitas Holding a los glaciares de Chilón.
En Cajón del Maipo, la defensa del Glaciar Monumento Natural El Morado y Mesón Alto ha estado en manos de una red metropolitana No Alto Maipo, un proyecto hidroeléctrico que durante 10 años ha estado construyendo un túnel para hacer una central de pasada, bajo el monumento natural El Morado, ignorando las implicancias de un trabajo con máquina y explosivos en el subsuelo del glaciar.
Hay un caso revelador de la incompetencia de la regulación ambiental nacional para usar la precaución y cumplir reglas de protección. En el valle del Aconcagua, Codelco realiza prospecciones en la zona del Glaciar Río Blanco y Nutrex SPA en el valle del Glaciar Juncal, Monos de agua y Los Gemelos. En Salamanca la expansión de Los Pelambres pone en peligro los glaciares de las proximidades al Cerro Mercedario (Argentina).
La coordinadora de territorios en defensa de los glaciares ha asumido exitosamente el desafío de abordar el diálogo técnico- científico, ciudadano y jurídico. Es una experiencia muy rica en la producción de aquello que Michel Callon llamó foros híbridos, todos interesados en la convocatoria para cuidar unas condensaciones de agua en estado sólido. Amenazados por un sistema de evaluación ambiental trabajando en una pseudo-ingeniería del habitar el planeta. Dejados a la frágil protección de un sistema de parques nacionales anclado en 1949. Librados al desamparo de instituciones de agua en estado sólido. Amenazados por un sistema de evaluación ambiental trabajando en una pseudo-ingeniería del habitar el planeta. Dejados a la frágil protección de un sistema de parques nacionales anclado en 1949. Librados al desamparo de instituciones jurídicas y políticas, que al decir de Michel Serres, son como astros lejanos apagados cuya luz procede de millones de años atrás. Perturbados por la megasequía que ha durado todo el siglo XX, acelerada por los incrementos de temperatura velocísimos:una vida humana hoy toma escala geológica: desde que nací la temperatura media ha aumentado en un grado.
Imposible resumir las 5 horas de vida pasadas allí, en el calor de una mañana neblinos otoñal, cargada de amor por la cordillera, los hielos, la vida.
La protección de glaciares, zonas periglaciares y paraglaciares, así como los humedales asociados y ríos, requiere una
institucionalidad capaz de localizarse y de abrirse a un conocimiento colectivo, situado y en construcción. Como las pinturas paleolíticas en algunas cavernas, creo que bastaría señalar que son bienes intocables.
Elogio de la locura de Erasmo, replicado por Cortázar para hablar de las abuelas de Plaza de Mayo, elogio de esa mañana neblinosa en la FAU, caminando desde un asiento por un sendero de la bifurcación.
