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La agrupación CoderDojo, creada por el programador irlandés James Whelton, realizará este sábado la primera versión de este evento en Chile, que convoca a los jóvenes entre 6 y 16 años a introducirse al mundo de la programación.
CoderDojo es una fundación sin fines de lucro, creada en 2013 con el fin de enseñar a través de un modelo en base a tutores voluntarios que enseñan capacidades básicas de programación, desarrollo de sitios web, aplicaciones y juegos. Y este sábado será la primera de estas sesiones en nuestro país.
La actividad se realizará en Apoquindo 4499, desde las 15:00 y promete a los más jóvenes un espacio entretenido para dar los primeros pasos en la informática. Está orientada a niños y adolescentes entre los 6 y 16 años y tiene pocos requisitos: inscribirse previamente en el siguiente link, tener un notebook con el software Scratch instalado -el cual es gratuito- y tener un padre presente durante la sesión.
Para esta ocasión, el dojo -como se les conoce a estos clubes- estará a cargo de voluntarios de KGroup Logistics.
En los años 60′, las capacidades informáticas apenas eran vislumbradas como un campo potencial, algo que en países menos avanzados en el tema como el nuestro tomó varios años más. Recién entrados en el siglo XXI podemos llegar al consenso de que la enseñanza de la programación es al mismo tiempo un reto y una oportunidad real.
¿Y cuáles serían los aportes de aprender a programar desde tan pequeños? Primero, lo evidente: el mercado laboral cada día se encuentra más afín a la programación como un proceso necesario de implementar en todas las áreas. No sólo en carreras relativas a ingenierías: el año pasado en Estados Unidos, LawGeex AI, una inteligencia artificial diseñada para aprender leyes, demoró menos de 26 segundos en analizar potenciales problemas en cinco acuerdos de confidencialidad. Un hecho sorprendente, si lo comparamos a los 92 minutos en promedio que le tomaron a los mejores 20 abogados corporativos del país de norte en analizar los mismos cinco acuerdos. Aún más: la precisión en la detección de fallas en los acuerdos llegó al 85% en promedio con los abogados, cada uno de ellos con años de experiencia, mientras que LawGeex AI alcanzó un 94%.
Pero los beneficios de la programación en los más jóvenes no termina ahí. Según la iniciativa mSchools, fundación española que apunta a la integración de nuevas tecnologías a las salas de clases, señala que la enseñanza de la programación contribuye a que los escolares estuviesen más capacitados para resolver problemas complejos, incluso más allá de los ordenadores puesto que los principios de la programación podían ser utilizados para solucionar problemas de la vida real.
«Al aprender a programar y al desarrollar el pensamiento computacional se fomenta la creatividad, el emprendimiento y la cultura libre, aumenta la motivación, mejora la autonomía, se trabajan estrategias de resolución de problemas, se conocen diferentes formas de comunicación de ideas… Todas estas destrezas son realmente útiles para cualquier estudiante sin importar la disciplina de su futura actividad profesional», comentaba Jesús Moreno, docente del proyecto Programamos, a El Diario de España.
