Un 10% del oxígeno que respiramos viene de solo un tipo de bacteria en el océano. Ahora, estudios de laboratorio demostraron que estas bacterias son susceptibles a daño por contaminación.
Los problemas generados por la producción de plástico no son una sorpresa para nadie. Cerca de un millón de botellas PET -polietileno tereftalato- por minuto son vendidas alrededor del globo, de las cuales cantidades enormes terminan en los océanos. Con un 9% de la producción de plásticos mundial reciclada, lo más probable es que los fragmentos plásticos terminen aportando a las muertes de más de 100.000 mamíferos marinos y 1 millón de aves cada año.
Sin embargo, una arista no tan explorada de la contaminación plástica es el efecto que tienen los materiales en base a polímeros en microorganismos. Según un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Macquiarie, los residuos plásticos que terminan en el océano estarían afectando también a la Prochlorococcus, una bacteria pequeña que aporta a la producción de oxígeno tanto en el océano como fuera de él.
«Estos pequeños microorganismos son críticos para la cadena alimenticia marina. Contribuyen al ciclo del carbono y se piensa que son responsables de un 10% de la producción global del oxígeno», comenta Lisa Moore, doctora en ingeniería medioambiental y co-autora de la investigación, explicando la importancia fundamental de estos microbios para la salud marina. «Así que una de cada diez respiraciones de oxígeno de todos nosotros son gracias a estos pequeños. Y sin embargo no sabemos casi nada sobre bacterias marinas, por ejemplo, cómo el prochlorococcus responde a los contaminantes marinos».
La Prochlorococcus es el organismo que hace fotosíntesis más populoso de la tierra, con cerca de tres octillones de individuos. «Encontramos que la exposición a los químicos de lixiviación producto de la contaminación plástica interviene con el crecimiento, fotosíntesis y producción de oxígeno de la prochlorococcus», dice el autor líder e investigador Dr. Sasha Tetu, quien se refiere por lixiviación al proceso por el que el microplástico se descompone por la penetración constante del agua en sus moléculas. «Ahora nos gustaría explorar si la contaminación plástica está teniendo el mismo impacto en estos microbios en el océano».
Esta polución puede llevar a varios aditivos químicos en ambientes marinos, pero a diferencia de la amenaza que significa la ingesta por parte de los animales o quedarse enredados en hilos plásticos, esta amenaza ha tenido poca atención, en palabras de Lisa Moore.
En el primer estudio de su clase, los investigadores miraron los efectos de estos químicos tienen en las formas de vida más pequeña de los océanos, bacteria marina fotosintética. «Miramos un grupo pequeño de bacterias verdes llamadas Prochlorococcus -que es la más abundante organismo fotosintética en la tierra, con una población global de cerca de tres octillones de individuos», dice Sacha
En el laboratorio, el equipo expuso dos cadenas de Prochlorococcus encontrada en diferentes profundidades del océanos a químicos leached de dos productos plásticos comunes -bolsas plásticas y alfombras de PVC.
Encontraron que la exposición a estos químicos impedía el crecimiento y funcionamiento de estos microbios, a la vez que alteraron la expresión de una parte importante de sus genes. «Nuestra información demostró que la polución plástica puede haberse expandido los impactos medioambientales más allá de los efectos conocidos para los animales grandes, como las aves y las tortugas», dice Sasha.
«Si en verdad queremos entender el impacto total de la polución plástica en los ambientes marinos y encontrar métodos para mitigarlo, necesitamos considerar el impacto en grupos de microbios clave, incluyendo los fotosintéticos».