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Centros de reclusión de migrantes: ¿campos de concentración modernos en donde viven miles de refugiados? Inclusión

Centros de reclusión de migrantes: ¿campos de concentración modernos en donde viven miles de refugiados?

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Valeria Acosta
Por : Valeria Acosta Colaboradora redacción
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Sin haber cometido ningún delito, pero en condiciones similares a las de una cárcel, se encuentran en la actualidad hacinados y en realidades más que precarias por la crisis migratoria, miles de familias en la frontera entre EEUU y México. A pesar de haber sido levantados con el objetivo de acoger a la masiva de inmigrantes que huyen de la guerra y la miseria, estos centros están lejos de ser un lugar en donde las personas puedan vivir en tranquilidad y alejarse de la dura realidad que los aqueja.


Se les llaman los “prisioneros de guerras” y son los refugiados que han tenido que cruzar la frontera de México con Estados Unidos huyendo de sus propias realidades en búsqueda de supuestas mejores condiciones de vida. Familias completas, con jóvenes, niños, mujeres embarazadas, enfermos y ancianos se ven en la necesidad de cruzar mares, selvas y un paisaje inhóspito para llegar a un destino ideal que nunca llega. Cuando la muerte no los alcanza en el camino, se encuentran estos centros de reclusión de migrantes que se le parece bastante.

Sin recibir ningún tipo de atención médica y luego de haber logrado esquivar a los agentes policiales fronterizos, llegan los inmigrantes a estos lugares tras un duro viaje y se enfrentan a una nueva realidad que puede ser incluso peor que su pasado. Si no fueron encerrados por las autoridades durante el trayecto, se encuentran ahora encerrados en los centros en donde las celdas se encuentran desbordadas. Estos campos de refugiados pueden ser comparados con verdaderos campos de concentración, pues las personas son relegadas a lugares realmente inhospitalarios, peligrosos y se les clasifica igual como solía hacerse en esos lugares.

Filosofía compartida

Algunos lo niegan y sostienen que los centros de detención de migrantes en la frontera sur de EE.UU. son incomparables con los recintos para prisioneros que se usaron en la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, algunos historiadores, columnistas o defensores de derechos humanos sostienen  que a pesar de que es evidente que los centros no tienen como objetivo el exterminio de los reclusos, hay una idea de tratarlos con la sospecha de que son delincuentes y eso significa que todo el sistema funcione con tratos vejatorios, los encierren en celdas e incluso existan torturas en zonas donde no hay cámaras que puedan registrarlo.

Es que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha referido a los extranjeros como “violadores, criminales, narcotraficantes que vienen a invadirnos» en más de una ocasión, provocando una retórica que supuestamente justifica este traro a los inmigrantes. De esta forma, muchas veces se deshumaniza a las personas y se les priva de sus derechos fundamentales como lo que ocurre en estos centros.

Abusos cometidos

Los derechos de los inmigrantes y la crisis migratorias, son temas que se encuentran en la problemática internacional hace ya algún tiempo; sin embargo, los últimos años el número de personas que deja sus países de orígenes en búsqueda de mejores condiciones de vida ha aumentado considerablemente. Las reglas para pedir asilo en la frontera cambian constantemente, lo que lleva a las personas que se encuentran en esta situación a una constante incertidumbre y a que la línea de violación de derechos humanos sea cada vez más borrosa.

Esto es exactamente lo que ocurre en estos centros. Celdas mal cuidadas, hacinamiento, suciedad, falta de atención médica, malos tratos y personas gravemente descuidadas son solo alguna de las características de estos lugares. La polémica gira en torno a 200 lugares de EE.UU. donde el servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tiene detenidas diariamente más de 50.000 personas, sin papeles, refugiados y solicitantes de asilo latinoamericanos.

¿Es denigrante e inhumano el trato que la autoridad fronteriza da a estas personas? No solo se les trata como delincuentes, los hacen dormir en el suelo y en el mejor de los casos en colchonetas en mal estado. Los niños se encuentran sin supervisión de adultos y muchas veces enfermos y hambrientos. Las familias son separadas y la indiferencia es el tinte de las relaciones humanas. Sin embargo, en realidad nada de esto es nuevo y está ocurriendo hace ya un tiempo  en muchos lugares del mundo. La pregunta que debemos hacernos es ¿cuánto más tendrá que pasar para que reaccionemos como sociedad?

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