Frente al aumento de las adicciones a las llamadas drogas legales, la ministra española María Luisa Carcedo, hizo un llamado de alerta ante el riesgo a la salud que supone el consumo de tabaco y alcohol. Su correlación con el aumento cáncer de pulmón es la principal causa.
La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar de España ha considerado modificar las leyes actuales que rigen el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas en el país. Esto debido a que se ha detectado incumplimiento por parte de algunos sectores como por ejemplo la hostelería. Para la española María Luisa Carcedo es fundamental restringir los lugares donde se puedan consumir ambas sustancias como las terrazas de los establecimientos, al mismo tiempo que busca incluir en la nueva normativa los denominados vapeadores. De esta forma, Si el cliente no cumple la Ley se enfrenta a multas de hasta 600 euros, cantidad que puede incrementarse hasta los 10 mil para los hosteleros que no tengan control sobre sus locales.
Carcedo ha defendido el Plan Nacional de Drogas como un mecanismo necesario y ha hecho hincapié en que el Consejo de Ministros ha aprobado transferir 9,5 millones de euros a las comunidades autónomas para programas de este tipo.
No es novedad para ninguno que el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco en grandes cantidades es perjudicial para nuestra salud, sin embargo, ¿Qué ocurre con nuestro país? ¿han disminuido o aumentado las cifras los últimos años?
Un estudio sobre el consumo de drogas de las Américas realizado este año por la Organización de Estados Americanos (OEA) reconoce que los estudiantes secundarios de Chile, en comparación con otros 32 países de la región, presentan mayor consumo de tabaco, marihuana y cocaína, superando a países como Argentina, Bolivia y México. Por otra parte, según el último «Informe sobre el Control del Tabaco en la Región de las Américas 2018», de la Organización Panamericana de Salud OPS/OMS, nuestro país es el con la mayor prevalencia al consumo de tabaco (38,7%), entre los países de América.
Según el Informe Mundial de Situación sobre el Alcohol y Salud de la OMS los chilenos consumen aproximadamente 9,3 litros de alcohol puro per cápita, cifra que se encuentra por sobre el promedio del resto de los países de Latinoamérica. Además, los estudios en Población General y Escolar del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) han evidenciado que el consumo de alcohol está normalizado en el país y que los episodios de embriaguez entre quienes declaran haber bebido durante el último mes, adultos y adolescentes, está por sobre el 50%.
Con respecto a la legislación chilena del tabaco, desde el 1 de marzo de 2013 rige la ley del tabaco (Ley N° 20.660), que aumenta las restricciones al consumo, venta y publicidad del cigarro. Sin embargo, una de las medidas que actualmente busca disminuir el consumo de estas sustancias y destinar sus recursos a un fin mayor es el proyecto de ley que presentó la senadora Carolina Goic (DC) y la Asociación Chilena de Agrupaciones Oncológicas (Achago) de aplicar impuestos al tabaco, alcohol y azúcar para financiar la Ley Nacional del Cáncer porque es actualmente la segunda causa de muerte en Chile. La propuesta considera aumentar el impuesto al alcohol, dependiendo la graduación alcohólica y subir el precio unitario de los cigarros.
Son los llamados cigarros electrónicos que están de moda sobre todo entre los jóvenes hoy en día. Se trata de un sistema electrónico inhalador diseñado en su origen para simular y sustituir el consumo de tabaco. Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería para calentar y vaporizar una solución líquida llamada líquido de vapeo que puede o no contener aromas y nicotina líquida.
Desde su salida y expansión en el mercado ha traído opiniones divididas acerca de su impacto en la salud. Algunos postulan que es una gran oportunidad al ser menos nocivo para el cuerpo que el cigarrillo común y corriente, al mismo tiempo que sirve como terapia de reemplazo de nicotina para dejar de fumar. Sus retractores por su parte afirman que sigue siendo perjudicial para la salud.
Los cigarrillos electrónicos exponen a los usuarios y a las personas que están a su alrededor diversos químicos dañinos. Al mismo tiempo, los ingredientes del líquido de un cigarrillo electrónico, como el propilenglicol y los agentes saborizantes, inflaman el sistema respiratorio, lo que puede provocar el desarrollo de cáncer y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.
Cuando se trata de cigarrillos con nicotina, poseen neurotoxina que es muy adictiva. La nicotina de los cigarrillos electrónicos se deriva del tabaco, al igual que la nicotina de los cigarrillos tradicionales. El vapor sin nicotina también puede provocar inflamación y puede aumentar la susceptibilidad a la gripe y a la neumonía.
Hoy en día su uso en lugares cerrados no esta prohibido en nuestro país, sin embargo, su regulación ya ha sido un dilema de salud pública. En chile, los cigarrillos electrónicos al poder o no tener nicotina están sujetos a una reglamentación gubernamental, donde los líquidos que contienen nicotina deben ser autorizados por el ISP y los que no contienen dicho elemento, pueden ser comercializados libremente.
No cabe duda de que a nivel nacional e internacional es necesaria una regulación mayor del uso y comercialización de este tipo de cigarrillo, así como ya lo implantó en la palestra la ministra de España. Es evidente que el actual marco regulatorio es insuficiente y día a día más personas sobre todo jóvenes utilizan este instrumento metálico sin medir realmente el efecto adictivo que puede tener cuando el líquido posee nicotina o el impacto en la salud que tiene en general.