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Cómo la escasez de agua estaría afectando la agricultura de nuestro país Sustentabilidad

Cómo la escasez de agua estaría afectando la agricultura de nuestro país

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Valeria Acosta
Por : Valeria Acosta Colaboradora redacción
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El empleo del agua y su gestión han sido un factor esencial para elevar la productividad de la agricultura y asegurar su producción a lo largo de los años. Es un recurso esencial para aprovechar el máximo potencial de la tierra y permitir que las variedades de plantas y animales utilicen plenamente los demás factores que elevan su rendimiento. sin embargo, la escasez producida por el cambio climático, la mega sequía y su mala gestión está provocando graves consecuencias en nuestro país. La agricultura utiliza más del 70% del agua en Chile, siendo el principal consumidor de agua dulce. Según antecedentes entregados en la Política Nacional para los Recursos Hídricos, Chile posee un déficit de agua de 82,6 m3/s, el cual aumentará a 149 m3/s al año 2030.


La ONU estima que en el año 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua. Bajo el contexto actual de cambio climático, se proyecta que en el año 2030, casi la mitad de la población mundial vivirá en áreas de estrés hídrico. En este contexto, Chile es un país cuyo desarrollo se ve limitado principalmente por las sequías que se han producido los últimos años y la escasez de agua dulce encontrándose entre aquellos que padecen estrés hídrico.

El sector silvoagropecuario de nuestro país tiene una clara orientación a la exportación, teniendo la fruticultura y la silvicultura lugares preponderantes. A nivel geográfico, puede ser dividido en grandes zonas productivas con claras orientaciones. Es así como en la zona Nor-Central (Región III y IV), predomina la producción de frutales y viñas dependientes del riego durante todo el año; en la zona Central (Región V y VI, y la Región Metropolitana) se agrega la producción de hortalizas, también fuertemente dependientes del riego. A partir de la Región VII y hasta la Región IX, comienza a darse paso a la producción de cultivos anuales, ganadería y silvicultura, dependientes del riego especialmente en la temporada de primavera y verano.

Así, se puede afirmar que Chile aún basa su crecimiento económico en la explotación de los recursos naturales y el agua constituye un elemento fundamental para sectores como la agricultura. Los modelos climáticos actuales proyectan una disminución sustancial de las precipitaciones en el centro de Chile, extendiéndose al sur de la región, aumentando la escasez de agua.

Zonas de emergencia

Actualmente la Región Metropolitana, Coquimbo, Valparaíso y O’Higgins ya han sido decretadas como zonas de emergencia agrícola debido a la escasez hídrica. Un ejemplo de la de las localidades más afectadas en nuestro país es Petorca o Putaendo donde este año ya han perdido 5 mil animales. Esta situación afecta la producción de alimentos, frutas, verduras y carnes. Al mismo tiempo al haber menos alimentos básicos disponibles, estos aumentan sus precios afectando a toda la población.

Este escenario, sin embargo, parece expandirse por el resto del país. El gobierno estaría evaluando decretar zona de emergencia agrícola en el Maule porque la mega sequía ya abarcaría más de 900 kilómetros.

“Tenemos una emergencia en cuatro regiones del país. Hoy hemos recibido la solicitud de El Maule de decretar zona de emergencia agrícola. Tenemos un tremendo desafío, queremos que la agricultura siga creciendo y para eso tenemos que solucionar el principal cuello de botella que es la disponibilidad de agua”, afirmó el ministro de Agricultura, Antonio Walker.

La mejora en la utilización del agua tanto en la agricultura de secano como en la de regadío es fundamental para afrontar las situaciones previstas de escasez. La mejora en la utilización o de la productividad del agua se entiende en términos de obtener la mayor cantidad de cultivos posible por volumen de agua.

Chile se está secando rápidamente, al mismo tiempo que el consumo de agua aumenta cada año. Por otro lado, quizás no se está gestionando adecuadamente este recurso ya que no sabemos con precisión cuánto estamos consumiendo. En este sentido, una posible solución es que existan medidores fiscalizados por la Dirección General de Aguas (DGA) para saber con exactitud quién está consumiendo y cuánto.

Es imprescindible conocer hidrológicamente nuestras cuencas y saber cómo se comportan frente a los cambios en el clima que estamos enfrentando. Esto es necesario también para que en el uso de la tierra podamos asegurar un uso sustentable del agua en el territorio. Buscar una mayor eficiencia y que no se pierdan las aguas a través de la reutilización es uno de los mecanismos que podría contribuir.

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