El suicidio es la primera causa de muerte entre los 20 y 25 años, la segunda causa de muerte entre los 15 y 19 años, y la mayor tasa de muertes por suicidio del país está en las personas mayores de 80 años y más.
En el mundo, hay un suicidio consumado cada 40 segundos y un intento de suicidio cada 3 segundos. En Chile, según las últimas cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (2017), hay 1.878 suicidios al año. Para tener una idea, el mismo año, hubo 1.483 muertes por siniestros de tránsito (Conaset).
El suicidio es la primera causa de muerte entre los 20 y 25 años, la segunda causa de muerte entre los 15 y 19 años, y la mayor tasa de muertes por suicidio del país está en las personas mayores de 80 años y más.
Como el suicidio es prevenible, desde el Estado, el Ministerio de Salud tiene un Programa Nacional de Prevención del Suicidio que finaliza el 2020: a la fecha, de 16 seremis de Salud sólo 3 tienen un profesional a cargo para que dicho programa se implemente, y falta aún que un 81% de las Unidades y Servicios de Urgencia (públicos y privados) cuenten con profesionales de ayuda en crisis suicida.
Por eso desde la sociedad civil, existen fundaciones que se encargan de entregar ayuda para este objetivo. Pero aún falta mucho por hacer y todos, como comunidad, pueden aportar. Cualquier persona puede prevenir un suicidio si está dispuesto a empatizar con el sufrimiento del otro: La prevención del suicidio debe ser una tarea de todos.
Según explica Pablo Espoz, académico de la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello, “la conducta suicida en nuestro país, que va desde la ideación suicida hasta el acto consumado del suicidio, especialmente en población adolescente ha alcanzado cifras alarmantes». Según la OCDE, Chile es el segundo país con la mayor tasa de incremento en suicidios consumados en el periodo 1990-2010 donde creció en un 90%, solo superado por Corea. Y en la población adolescente en el periodo 1999-2008, la tasa de mortalidad por suicidio en Chile se incrementó en un 215%, según reportes del INE y el Minsal.
Efectivamente, el 2012 el 3,1% de los suicidios se concentraba en la población entre 4 y 12 años y un 7% en los adolescentes entre 12 y 18 años. “Si bien, se han hecho enormes esfuerzos por disminuir estas tasas, entre los que se incluyen programas de detección en Atención Primaria y el Programa Nacional de prevención del suicidio, así como el GES de Depresión en mayores de 15 años, lo que ha hecho que el número total de suicidios consumados sea relativamente bajo, es la tasa de incremento de suicidios la que nos mantiene dentro del top mundial, lo que significa que en nuestro país el suicidio aumenta de manera acelerada entre nuestros adolescentes”, explica el psiquiatra infantil y de la adolescencia.
¿Qué lleva a un niño a tener pensamientos o intentos suicidas?
En general, las causas que conducen a la conducta suicida en niños, niñas y adolescentes son múltiples. Podemos considerar factores personales, familiares y sociales. Entre los factores personales, se encuentran la presencia de patologías en salud mental, como trastornos anímicos, trastornos ansiosos, el abuso de sustancias o trastornos conductuales, además de la vivencia de experiencias de vida adversas como el maltrato o el abuso.
En el plano familiar, la disfunción familiar, la historia familiar de suicidio y la violencia intrafamiliar entre otras condiciones, y en lo social, un sistema escolar pobre en desarrollo emocional, experiencias de estrés psicosocial, como el bullying o la alta exigencia en rendimiento así como condiciones de vida adversas como la pobreza. En el último tiempo además hemos visto como existe un grupo de niños, niñas y adolescentes que ha visto incrementado de manera relevante sus índices de suicidabilidad, se trata de la población LGBTI+ quienes son enormemente estigmatizados y discriminados, se cree por esta razón son una población tremendamente vulnerable a presentar conducta suicida.
¿Cuál es el rol de los padres y los cuidadores en este tema?
El primer rol de los padres o cuidadores es proveer a los niños, niñas y adolescentes de un ambiente seguro y confiable para su desarrollo, que les permitan expresar su emocionalidad y que puedan confiar en ellos como figuras de soporte importantes. Los padres o cuidadores son cruciales en potenciar un desarrollo emocional sano que le permita a los niños, niñas y adolescentes enfrentar de mejor manera las presiones internas y externas que pudieran conducir al suicidio. Por otra parte, cumplen un rol preventivo al poder identificar alteraciones anímicas o conductuales en los menores. En esas líneas, acercase a ellos para hablar de su emocionalidad y su mundo interior, e indagar de manera activa las autopercepciones de los niños, niñas y adolescentes que les permita hacerse una idea de los conflictos por los que están pasando. Potenciar la autoestima y la flexibilidad emocional.
¿Cómo afecta el tema de las redes sociales en cuento al ciberacoso o bullying?
Hoy en día para los niños, niñas y adolescentes las redes sociales y en general el internet, representan un factor de presión personal mayor pues es considerado por ellos como un espacio de dominio necesario para la sociabilización. La misma dinámica de las redes les permite interactuar en un lenguaje propio del cual se han empoderado. Pero al mismo tiempo el esquema en el que se da la interacción en línea permite un nivel de anonimato importante, esto ha hecho que la desinhibición, el acoso y el hostigamiento franco campeen. Entonces, si consideramos el nivel de exposición en redes sociales de niños y adolescentes, junto con la urgencia de identificarse y pertenecer a determinados grupos, podemos visualizar el efecto que tiene tanto el cyberacoso como el bullying sobre la autoestima y la emocionalidad infantil y adolescente, lo que se traduce en mayores tasas de suicidabilidad.
Además, en redes sociales se producen habitualmente relaciones “amorosas” poco consistentes o lábiles, por lo mismo pueden estar expuesto a mayor nivel de frustración en la medida en que los “compromisos” de relación parecen intensos, pero en verdad son poco definidos. Muchas de estas relaciones en redes sociales conducen a intentos cuando existen rupturas o peleas.