Utilizando datos de miles de niños estadounidenses y británicos, los investigadores concluyeron que los niños “más lindos” sacan mejores notas y permanecen más tiempo escolarizados.
¿Es posibles que los niños y niñas más agraciados físicamente saquen mejores notas?
Eso es lo que asegura un reciente estudio llevado a cabo por economistas estadounidenses, que concluyó que los estudiantes más atractivos no solo obtienen mejores resultados académicos sino que también permanecen más tiempo escolarizados.
El economista Daniel S. Hamermesh, de la neoyorquina Universidad de Barnard, y dos colegas de otras dos universidades de EE.UU. llegaron a esta conclusión tras estudiar la amplia información incluida en el informe estadounidense «Atención temprana a los niños y desarrollo en la juventud», que sistematizó los datos de 1.300 niños edades entre 6 meses y 15 años de edad.
Para su investigación también utilizaron el informe británico «Estudio del desarrollo de la niñez en Reino Unido», que contiene una cronología de la vida de 17.000 niños británicos nacidos en una sola semana en 1958.
Una de las preguntas que surge al leer las conclusiones preliminares del estudio publicadas por el Buró Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos es cómo midieron los expertos el nivel de atractivo de los estudiantes.
Diseñar una forma de medir la belleza es todo un desafío. Quizás por eso los autores decidieron confiar en las clasificaciones ya incluidas en los estudios que utilizaron para su investigación.
En el caso del informe estadounidense, la apariencia de los sujetos fue evaluada por un panel de al menos 10 jóvenes que miraron segmentos de videos de las entrevistas que ofrecieron los niños durante la investigación. Los evaluadores podían dar una calificación de 1 (no atractivo) a 5 (muy atractivo o lindo).
En el estudio inglés fueron los maestros los que ofrecieron una de las siguientes categorías a los menores: atractivo, no atractivo, con una «característica anormal» o «mal nutrido, desaliñado y sucio».
Los niños evaluados como atractivos en ambos estudios demostraron tener mejores resultados académico que sus compañeros clasificados como menos atractivos, aunque los autores controlaron la influencia de otras variables como el origen étnico, el género, la educación y los ingresos de los padres.
La Dra. Judith Kleine Staarman, profesora de Educación de la Universidad de Exeter (Inglaterra) y especialista en los procesos de aprendizaje, advierte que el estudio relaciona los resultados académicos con el aspecto físico de los niños, pero que esto es solo una correlación y no se puede interpretar como causal.
Lo que intenta explicar es que no por lucir más atractivos las personas son más inteligentes. Pero entonces, ¿por qué se produce esta correlación?
Hamermesh y sus colegas utilizaron la gran cantidad de datos disponibles para probar diferentes teorías. Encontraron evidencia de que los profesores suelen tener una mejor relación con estudiantes más atractivos, lo cual pudiera explicar la brecha entre unos y otros.
También concluyeron que los que fueron clasificados como no atractivos en algún grado, eran más proclives a reportar ser víctimas de acoso por parte de sus compañeros, lo cual afecta el rendimiento académico.
Además, vieron que se reportan menos casos de problemas de comportamiento entre los estudiantes más agraciados.
Así, los datos demuestran que los más «lindos» son más proclives a terminar sus estudios y a tener resultados positivos consistentes en lectura y matemática.
De hecho, el estudio de Hamermesh confirma que aquellos cuya apariencia «está un punto por arriba del promedio» logran mantenerse en la escuela cinco meses más que los compañeros que tienen una apariencia considerada promedio.
Judith Kleine considera que este estudio deja muchas preguntas sin respuesta. «El informe no explica claramente por qué está sucediendo esta correlación entre apariencia y desempeño académico».
No obstante, no desestima la importancia de los prejuicios que tienen los profesores.
«Seguramente, uno tiene preferencias subconscientes, incluso yo, que estoy tan alerta sobre esto, pero le pasa a todo el mundo».
El estudio estadounidense ofrece luz también sobre otras investigaciones que afirman que las personas atractivas ganan más dinero que las que no lo son.
Estas revelaciones podrían ayudar a comprender por qué, ya que de acuerdo a los resultados de esta investigación, los más «atractivos», incluso siendo niños, suelen tener mejores experiencias educativas y mantienen un mejor rendimiento académico.
Esto podría significar que al llegar a la adultez las personas consideradas más atractivas tienen una posición más ventajosa para enfrentarse a la vida profesional.
Lea el informe completo en inglés aquí.