“Un tratamiento de asma severa con todas de la ley te puede costar un palo al mes. Y eso mucha gente no lo tiene”, afirma el presidente de la Agrupación de Pacientes con Asma, Alejandro Plaza. Y es que el tratamiento de la patología mediante GES se limita a corticoides inhalados y broncodilatadores de larga acción, una medicación que, según especialistas, resulta insuficiente para los pacientes.
El Informe sobre el Impacto Global del Asma establece que cerca de 300 millones de personas podrían padecer de la enfermedad en la actualidad. Según la OMS, la patología es la enfermedad crónica más frecuente entre los niños. A todas luces, el asma es relativamente común. Pero ese cariz se diluye cuando entramos en los distintos grados de la patología, específicamente en el asma severa. Allí nos encontramos con consecuencias exponencialmente más graves para sus pacientes.
El tratamiento de personas con asma no severa requiere uso de inhaladores de corticoides y/ broncodilatadores, lo que posibilita su estabilidad. En cambio, los pacientes con el grado severo de la patología -que representan el 5% de la población asmática a nivel mundial-, a pesar de tener un tratamiento óptimo, pueden presentar crisis de asma que los llevan a urgencias, a hospitalizarse o que requieran uso de corticoides orales para poder recuperarse.
“Estos pacientes presentan exacerbaciones frecuentes y graves, persisten sintomáticos con inasistencias a sus lugares de estudio y/o trabajo, requieren licencias prolongadas, incluso pensiones por invalidez. Demandan múltiples consultas a servicios de urgencia, a veces derivados para hospitalización, con requerimientos de UCI, lo que se traduce en un gasto considerable en recursos de salud”, explica a El Mostrador la médica especialista en enfermedades respiratorias del Instituto Nacional del Tórax, Patricia Fernández.
“Muchas veces la gente, en los casos más graves, tiene que jubilarse porque efectivamente ya no pueden trabajar o tienen que tener licencias médicas prolongadas.”, dice el presidente de la Agrupación de Pacientes con Asma, Alejandro Plaza.
Y es que el asma severa permea en el día a día, incluso en la habitabilidad. Plaza explica que tuvo que reacomodar su casa, sacar la alfombra, cambiar las ventanas y el tipo de calefacción. La polución y las condiciones climáticas también inciden.
“En el invierno me ha dado por estar conversando mucho rato por teléfono y he terminado ahogado”, indica.
Eso sí, Alejandro puntualiza que si un paciente “está con tratamiento, con remedio y está bien, la persona puede vivir perfectamente”. Pero eso cuesta caro.
“Un tratamiento de asma severa con todas de la ley te puede costar un palo al mes. Y eso mucha gente no lo tiene”, afirma tristemente Plaza. “Entre médicos, kinesiología y biológicos eso el GES no lo cubre”.
El asma severa es cubierta por el GES para todas las edades. Pero poco abarca. Se limita al tratamiento médico con corticoides inhalados y broncodilatadores de larga acción, “medicación que habitualmente es insuficiente en estos pacientes”, señala la Dra. Fernández.
La Iniciativa Global para el Asma (GINA por sus siglas en inglés) recomienda que cuando el asma severa no responde a tratamientos habituales, se debería agregar el uso de medicamentos llamados “Biológicos”, eficaces y seguros para los pacientes pero de alto costo. El GES tampoco cubre estos medicamentos. Para Fernández, los pacientes con asma severa deberían “contar con disponibilidad de nuevos medicamentos biológicos que hoy no están cubiertos por GES”. La especialista añade que estos “medicamentos han marcado un hito en los últimos años en el manejo de asma severa y que están siendo recomendados universalmente”.
Las cifras de muertes por asma dan más relevancia a un tratamiento expandido por el GES. “Hemos presentado recientemente en congreso chileno y latinoamericano un estudio que está en vías de publicación, el cual muestra que en Chile tenemos una tasa de mortalidad por asma de 1.6 por 100.000 habitantes, cifra que no ha variado significativamente desde el año 2000 al 2015, más de 3000 muertes en 14 años por una enfermedad que pudiese ser tratada adecuadamente y por lo tanto tal vez disminuyendo estas cifras”, expresa la médica.
En Chile hay dos de estos medicamentos biológicos: Omalizumab y Mepolizumab. También existen otros tres más recientemente aprobados por la FDA y que, probablemente, llegarán pronto al país: Reslizumab, Benralizumab y Dupilumab. Los tres, según Fernández, “han demostrado su eficacia y seguridad logrando disminuir las exacerbaciones y el uso de corticoides orales”.
La Dra. Fernández explica que el diagnóstico del asma severa es, en primera instancia, clínico, por síntomas de silbido de pecho, tos especialmente nocturna y dificultad para respirar, síntomas que son variables en el tiempo ya sea espontáneamente o por un tratamiento.
“El paciente con asma severo presenta crisis más frecuente, con mala respuesta al tratamiento que está usando o bien que al hacer un examen que se llama espirometría, ella muestra una obstrucción bronquial con función respiratoria en rangos menores que los normales. Estos pacientes deben ser derivados a un especialista para su manejo”, detalla la especialista.