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La felicidad, el arte y la conciencia ambiental destacan como generadores de aprendizaje en primera infancia La Florida

La felicidad, el arte y la conciencia ambiental destacan como generadores de aprendizaje en primera infancia

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Los valores sociales dan un sello e identidad a los establecimientos educacionales que se traspasa a la enseñanza de los niños y niñas.


Visibilizar el ejercicio ciudadano, generar espacios educativos novedosos, viabilizar el arte, darle valor a la felicidad en el aula y generar conciencia ambiental sustentable.

Estos fueron los ejes de trabajo que llevó a cabo la unidad de Desarrollo Profesional Docente de la Corporación Municipal de La Florida (Comudef), en el marco de un seminario que, hace pocos días, se realizó en la comuna para instalar buenas prácticas docentes relativas a estas materias.

“Las instancias que realcen de manera innovadora el aprendizaje de nuestros niños y niñas, es algo clave para optimizar su proceso académico. Y creemos que la colaboración entre las diversas entidades educacionales, que en este caso componen los jardines infantiles, es lo que propiciará los avances en materia pedagógica”, expresó el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter.

Hasta este seminario de Buenas Prácticas de Educación Parvularia, llegaron los jardines infantiles San Esteban, con la temática “Visibilizando el ejercicio ciudadano”; la Escuela de Párvulos Samorito, con la presentación sobre el “Taller de Arte”; el Marcela Paz, abordando el asunto “El lugar es un contenedor de felicidad” y el Naranjito, con el tema “Caminando hacia la educación ambiental y la sustentabilidad”.

En tanto, desde Puente Alto –y como invitado especial-, participó el jardín infantil La Frontera, con el tópico “Espacios educativos” en escenarios innovadores.

Sala de clases e intangibles

De acuerdo a lo que explican expertos en reputación corporativa, los conceptos intangibles se traducen en valores sociales para darle un sello e identidad de marca a los establecimientos educacionales. Estos son la piedra angular para generar cambios profundos en el aula y así mejorar los indicadores de desarrollo docente, lo que luego se traspasa a la enseñanza de los niños y niñas.

Por ejemplo, el jardín infantil el Naranjito, al trabajar la educación ambiental y la sustentabilidad, plantea un proyecto educativo con sello holístico, integral, de amor y respeto por todo lo que rodea al ser humano, con un fuerte componente de dejar una huella verde “en nuestro camino”. A su vez, la escuela de Párvulos Samorito, de la mano del arte, pretende establecer una dinámica de autocapacitación a través de la investigación de ciertos artistas, para ir replicando sus técnicas.

Y respecto a la felicidad en el aula, esta se concibe como “hacer del espacio físico un lugar de exploración, descubrimiento, aprendizaje, así como un lugar con límites distinguibles, pero que tienen elementos que proporcionan identidad”, explican desde del jardín infantil, Marcela Paz.

La escucha activa

Por su parte, el jardín infantil San Esteban, propicia el visibilizar el ejercicio ciudadano. Una de las aristas que trabajan, tiene que ver con la “escucha activa”, entendida esta como la habilidad para ponerse en el lugar del otro y comprender las intenciones, deseos y peticiones entre pares, lo que va ligado a la colaboración entre estudiantes y docentes, como un todo global.

En la misma línea, el componente de la “asamblea”, busca oír diferentes opiniones, ideas y estrategias, para contribuir y resolver situaciones y problemas en el día a día.

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