El rápido ascenso del nivel del océano fue el tema que abordó el paleoclimatólogo y doctor en ciencias de la tierra, Tim Naish en su charla en el Panel Actuar. Debido al cambio climático, el panorama es desalentador: según el IPCC, para finales de siglo habrá un aumento de 1,2 metros, pero hay chances de que llegue a dos metros. Mil millones de personas se verían afectadas.
Concluyó la cuarta y última fecha de Congreso Futuro 2020 en Santiago. La cita vino adosada de charlas sobre la actuación de la ciencia frente al cambio climático, la incidencia de la tecnología en el proceso de aprendizaje, deliberaciones políticas e incluso sobre la muerte. Las exposiciones se congregaron en siete Paneles: Actuar, Aprender, Morir, Crecer, Deliberar y Trascender.
El primer Panel de la jornada fue Actuar. Allí dio su charla la doctora en física atmosférica y directora del Núcleo Milenio Paleoclima, Maisa Rojas. Su exposición se centró en el rol de la ciencia frente al desafío del cambio climático.
“¿Dónde estamos?”, se preguntó Rojas. Sin medias tintas, resumió los años recientes en huracanes, megasequías e incendios forestales. Y es que el 2019 fue el segundo año más cálido desde que se tiene registro, relató la experta.
El Acuerdo de París ve un difícil panorama para lograr su objetivo: mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C.
Pero no se debe escatimar en esfuerzos. “Medio grado cuenta, cada año importa, cada decisión cuenta”, señala el informe “Calentamiento global: 1,5°C” del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), según explicó Maisa.
“¿Qué pasa si de un año a otro dejo de emitir (emisiones de carbono)? ¿Qué ocurre con las concentraciones y la temperatura? Las concentraciones no vuelven a las concentraciones que estaban al comienzo, sino que se mantienen. La temperatura no vuelve a la temperatura que teníamos al comienzo”, advirtió la doctora en física atmosférica.
“Supongamos que yo quiero limitar la temperatura a 2°C. Eso está asociado a una cantidad finita de CO2 que puede entrar a la atmosfera”. Y añadió, “cualquiera sea el límite que nos pongamos, 1,5, 2, 3 o 4°C, en algún momento tenemos que dejar de emitir CO2, tenemos que volver a ser carbono neutral”.
“¿Creen en el cambio climático?”, fue lo primero que dijo el paleoclimatólogo y doctor en ciencias de la tierra, Tim Naish, en su charla en el Panel Actuar. Todos los asistentes levantaron la mano. Naish teme la expandida creencia sobre la “farsa del cambio climático”. Los efectos del fenómeno no pueden ser más claros, sobretodo en el rápido ascenso del nivel del mar.
“Hemos conocido sobre el calentamiento global hace más de 40 años, desde la Cumbre de la Tierra de Río”, mencionó Tim. Pero los esfuerzos no han sido tan fructíferos como deberían, ni siquiera el Acuerdo de París: las emisiones de CO2 han ido en aumento.
En las condiciones actuales, el océano sube unos 5 mm al año, señaló Naish. Eso sí, el experto informó que en algunos lugares el aumento va cinco veces más rápido, a 3,5 cm por año. Por su parte, las expectativas del IPCC no son muy altas: para finales de siglo el organismo estima que habrá un ascenso de 1,2 metros, pero hay chances de que llegue a dos metros.
“Las islas del Pacífico discuten bastante por sobre el Acuerdo de Paris, de este 1,5°C. Ellos están al frente, a ellos se les está inundando sus casas y ellos no contribuyen con el CO2 que tenemos en la atmosfera”, mencionó el doctor en ciencias de la tierra.
A causa del cambio climático y el ascenso en el nivel del océano, mil millones de personas se verían afectadas. Para el 2050, agrega Tim, podría haber un aumento de 30 cm en el mar, lo que, solo en Asia, afectaría a 93 millones de personas en China, 42 millones en Bangladesh, 36 millones en India, 31 millones en Vietnam, 23 millones en Indonesia y 12 millones en Tailandia.
En la cuarta fecha del Congreso Futuro también hubo espacio para hablar sobre la influencia de la tecnología y la inteligencia artificial en el aprendizaje. De eso habló el doctor en ciencias de la comunicación y especialista senior en políticas de educación y tecnologías del Banco Mundial, Cristóbal Cobo, en el Panel Aprender.
“Las innovaciones benefician a aquellos que están especialmente preparados, pero pueden llegar a generar brechas y ciertas formas de exclusión”, mencionó Cobo en su charla. Estas diferencias también son basales: la mitad del mundo aun no tiene internet (concentrados en el cono sur de América Latina, en África y en el norte de Asia), ejemplificó.
Las brechas a la vez son de habilidades. La OCDE aplicó en Chile, durante el 2016, una evaluación de adultos en capacidad de lectura e identificó que la mitad no puede pasar del nivel del analfabetismo funcional. La prueba PISA, por su parte, reveló que a nivel mundial menos de uno de cada 10 niños no pueden distinguir un hecho de una opinión.
De ahí la necesidad de conocer las tecnologías y comprender la manera en que operan. Según Cristóbal, los proveedores de contenido necesitan nuestros datos para hacer publicidad, para fragmentar la realidad compleja a una realidad parecida a nuestro sistema de pensamiento.
“Esto es bien peligroso porque manipula nuestra comprensión de la realidad, genera islas, genera burbujas, genera formas de imposición de uno sobre otro”, explicó el charlista. Pero además hay un enorme bombardeo de la información donde es difícil distinguir los hechos de las opiniones.
“Nosotros somos sujetos manipulables”, afirmó Cobo. “El 70% de los videos de Youtube que vemos son recomendaciones del algoritmo”, señaló.
El experto fue enfático en ser cautos con las nuevas tecnologías. “Muchas de estas máquinas van hacer cosas que hacemos nosotros, con la diferencia que estas máquinas no descansa los domingos, no tienen sindicato, no tienen hijos enfermos”.
“Vamos a tener que aprender a ser un poco más escépticos de estas herramientas, vamos a tener que hacer la pregunta ¿Quién puede quedar perjudicado detrás de esto?”, concluyó.