Opinión
La diversidad e inclusión son temas en los que históricamente hemos estado al debe en nuestro país. Pareciera que constantemente estamos poniendo barreras a lo que es diferente en vez de valorar esa diferencia para así construir una sociedad mucho más diversa, en donde cada una de las personas aporte desde sus conocimientos, experiencias, valores y virtudes.
Según el último Estudio Nacional de la Discapacidad (ENDISC) se estima que en Chile el 16,7% de la población es persona con discapacidad. Importante cifra que nos entrega luces sobre el gran porcentaje de la población chilena que vive con algún tipo de discapacidad. Es por ello que, Fundación Ronda, desde el año 2014 ha trabajado promoviendo los valores de la diversidad e inclusión, llevándolos a los diferentes espacios, tanto del mundo público, como privado.
Es así que desarrollamos un modelo de Responsabilidad Social Inclusiva, que ha revolucionado organizaciones, transformándolas en inclusivas desde su ADN, promoviendo la participación, en igualdad de condiciones, de comunidades con barreras de acceso en nuestro país, como son las personas mayores, personas con discapacidad, personas en situación migratoria, entre otras.
Cabe destacar que este instrumento tiene importantes ejes de acción con pilares claros, estrategias que han sido validadas con grandes empresas, demostrado ser efectivo, eficaz y sostenible en el tiempo, además de haber generado grandes transformaciones dentro del mundo de las organizaciones públicas y privadas.
Hasta ahora, algunas de las organizaciones que han decidido subirse al carro de la inclusión y transformarse en inclusivas desde su ADN son: Cencosud Shopping Center, Claro Chile, Goodyear, Uber, Bci, Komatsu Cummins, Banco Internacional, Principal, AFP Cuprum, Metlife, AFP Provida, Ripley, Cámara Chilena de la Construcción, Zurich Santander, Samsung, Enel y el Grupo Tánica. Pero son muchos los que nos hemos unido en esta Ronda, que finalmente busca construir un Chile con más empatía, más amable y más justo.
