Mientras que Europa apuesta por el ‘Green Deal’ para salir de la crisis sanitaria global, en América Latina, un grupo de expertos propone pasos a seguir en la región para construir un futuro sostenible postcoronavirus.
Tras causar estragos en Europa, América es ahora el continente el con mayor número de contagios de coronavirus. Por ese motivo, mientras en Europa los esfuerzos se centran para volver a la «nueva normalidad”, en América Latina, desde hace un par de meses un grupo de expertos medioambientales está desarrollando una propuesta para asentar las bases del futuro que surgirá tras la crisis sanitaria.
Así, lanzaron la declaración «Principios para un futuro sostenible de América Latina en tiempos de pandemia y crisis planetaria», a la que ya se han adherido más de 150 personalidades, entre los que se encuentran los expresidentes Ricardo Lagos, de Chile, y Felipe Calderón, de México, y que incluye a exministros de Medio Ambiente, miembros del sector privado, del académico y de la sociedad civil.
«Es un grupo comprometido e interesado en intentar encontrar las vías para una unidad latinoamericana que toma nuevas rutas”, señaló Manuel Pulgar-Vidal, exministro de Medio Ambiente de Perú. Él es uno de los promotores de esta declaración que «promueve el diálogo y la reflexión en un continente que históricamente ha estado fragmentado y no ha sido capaz de encontrar una visión común” ya que «está muy polarizado ideológicamente”.
La propuesta recopila una serie de recomendaciones para un «renacimiento” sostenible, en el que el conocimiento científico, la solidaridad, la cooperación, la complementariedad entre naciones y las iniciativas inclusivas por parte del Estado sean los pilares de una economía del bienestar que no se base sólo en el crecimiento.
«La Declaración es oportuna en el momento que se están elaborando los planes de recuperación” dice este promotor de la iniciativa, que aboga por que dichos planes contemplen la renovación de los compromisos climáticos del Acuerdo de París y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros.
«Esta pandemia nos enseña a actuar en lo que es una emergencia, entonces, nos debería llevar a las acciones vinculadas con el clima”, considera el experto peruano, apuntando que la Declaración reconoce las obligaciones de los países adoptadas en el marco de tratados internacionales.
La comunidad científica apuntó a la pérdida de hábitats naturales de ciertas especies de fauna que, ante la escasez de recursos, se aproximan a las áreas pobladas como una de las causas del coronavirus. «Es clarísimo el origen ambiental de la pandemia por nuestras acciones frente al clima, acciones de degradación de la naturaleza, y acciones de consumo y mercado de la fauna silvestre”, lamenta Pulgar-Vidal.
En ese sentido, los promotores de la iniciativa consideran que el coronavirus mostró»la interdependencia entre naciones y ecosistemas y la fragilidad a la que estamos expuestos”. Además, en el caso de la región,visibilizó «alta vulnerabilidad” y «escasa capacidad” de muchos países para afrontar este tipo de crisis ya que cuentan con «sistemas de salud precarios” y un «acceso limitado al agua potable y servicios de saneamiento”.
Otras particularidades son la informalidad laboral, que afecta a cerca de la mitad de la población de la región, y la alta densidad que se concentra en zonas urbanas, con problemas de hacinamiento que ayudan a propagar el contagio.
«Esperamos que se pueda generar esa nueva mirada y que se pueda reflejar en las políticas de uno o más países”, confía Pulgar-Vidal. Este nuevo enfoque puede llegar pronto en el caso chileno. «El momento es muy oportuno”, apunta Rafael Asenjo, expresidente del Tribunal Ambiental de Santiago, ya que va «más allá de la coyuntura de la crisis”. El país debe celebrar en octubre el plebiscito para la nueva Constitución, en la que se pueden incorporar «condicionantes ambientales que no se tuvieron en cuenta”, sostiene.
La naturaleza es, en el caso de América Latina, fuente de riqueza. «Somos unos de los continentes más ricos en recursos naturales y biodiversidad”, recuerda la ecuatoriana Yolanda Kakabadse, expresidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), resaltando también la gran «diversidad cultural” que alberga Latinoamérica. Por eso, «estamos obligados a recrear”, opina Kakabadse, otra de las promotoras de la iniciativa, apuntando a que se deben desarrollar políticas de conservación de la biodiversidad e invertir y valorar las áreas protegidas.
«Necesitamos un pacto nuevo entre sociedad y naturaleza”, asegura la experta ecuatoriana, advirtiendo que «esta pandemia no es la última amenaza que vamos a vivir en este siglo”.
La iniciativa se complementa con la organización de seminarios virtuales para generar propuestas concretas. «Estamos promoviendo el debate dentro de nuestros países, pero también entre nuestros países, y entre sectores, para poder insertarnos en procesos que ya están en marcha”, explica, apuntando que en su país se están organizando unos dialógos interseccionales con la participación de diversos actores, para «trazar la ruta de las prioridades para este renacimiento del Ecuador”.