Según especialistas españoles y franceses -países que iniciaron etapa de confinamiento- tanto fumar tabaco como vapear cigarrillos electrónicos pueden trasmitir el virus por el aire a más de 2 metros de distancia.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) advertido hace unos días que fumar o vapear en espacios al aire libre como terrazas o parques aumenta el riesgo de contagio de coronavirus, tanto para los propios fumadores como para las personas que están a su alrededor.
La misma advertencia lanzó el Comité Nacional Contra el Tabaquismo (CNCT) de Francia: los fumadores infectados por el virus podrían contagiar a los fumadores pasivos no solo por su tos sino por las partículas del virus que se fijan en el humo o en el vapor de los cigarrillos electrónicos.
La advertencia fue mayor porque el país galo autorizó la apertura este martes de los bares, cafés y restaurantes. “Las nubes de humo y de vapor producidas se detectan hasta 10 metros alrededor del usuario. Si estas nubes son potencialmente contagiosas, tal distancia de seguridad debe ser respetada”, aconsejó.
Para los expertos, el fumar y exhalar se expulsan «diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosa».
Las gotitas respiratorias, llamadas gotitas de Flügge, son partículas diminutas, invisibles al ojo humano, expelidas también al hablar, toser, estornudar o respirar, que pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro y pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión.
Peor aún, las partículas también pueden llegar a muebles, ropa u otros artículos, aumentando el riesgo de contaminación.
Otro punto a considerar es que al fumar o vapear, se lleva la mano a la cara, «lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio», advirtió el presidente de Separ, Carlos A. Jiménez-Ruiz. Y dificultaría el uso obligatorio de mascarillas, manipulándola más de lo apropiado.
Las sustancias tóxicas del humo del tabaco disminuyen las defensas de los pulmones, lo cual facilita que los virus y las bacterias puedan infectar estos órganos de un sujeto fumador con mayor frecuencia que los de uno que no consume tabaco.
Además, las células pulmonares de los fumadores son especialmente susceptibles a ser infectadas por el SARS-Cov-2.
Si bien el tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo detrás de muchas enfermedades que pueden comprometer la calidad de vida, con la irrupción de la pandemia «las personas con este hábito se sitúan en una posición de doble vulnerabilidad», enfatizan expertos.
Asimismo, padecer infecciones respiratorias graves o riesgo cardiovascular se incrementa debido al sedentarismo propio del confinamiento, recuerdan.