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El trabajo colaborativo y multidisciplinario del personal de salud Til Til

El trabajo colaborativo y multidisciplinario del personal de salud

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Con compromiso y generosidad, la comunidad hospitalaria se ha organizado para apoyar a sus vecinos durante la pandemia y la organización “Usuarios y amigos del Cosam”, también ha hecho lo suyo.


Ignacia Toledo es nutricionista del Hospital Comunitario de Til Til, pero, la irrupción del coronavirus en Chile cambió totalmente su trabajo en el ámbito de la salud. En medio de la crisis sanitaria, debió asumir funciones distintas a las habituales, pero que, la han hecho sentir totalmente gratificada. “Se me entregó la responsabilidad de entregar medicamentos y alimentos. Partimos de la nada, desde cero, experimentando, probando. Diseñamos un plan de entrega, buscamos a la gente por sector y definimos los grupos de riesgo”, explica.

Y es que la pandemia lo cambió todo. De las consultas nutricionales, de un día para otro, Ignacia pasó a trabajar en un programa para que la renovación de recetas se hiciera por sistema, de modo que las personas no tuvieran que acudir tanto al hospital. “Ha sido muy bonito, todos los que trabajamos lo hacemos en equipo. Una persona que trabaja conmigo es de la zona y es como nuestro Mapcity, hace las rutas”, detalla.

Aunque esta profesional vive en Santiago, ha tenido que quedarse en esa comuna durante la semana, debido a este rotundo cambio en sus actividades. “En todo lo que podamos ayudar, lo hacemos. Tratamos de que cuando el paciente llegue al médico o visite al nutricionista, ya tenga todos sus exámenes”, comenta.

Para apoyar a los adultos mayores, el equipo del Hospital Comunitario de Til Til, levantó información e hizo una evaluación y una escala de riesgo de vulnerabilidad, para que la asistente social pudiera abordar cada caso. Así con cada eslabón consolidó una fuerte cadena de trabajo que logró contener las necesidades de cientos de vecinos afectados por la pandemia.

“Gestionamos la entrega de cajas de alimentos y la toma de muestras a domicilio si la persona lo requiere, va la enfermera o una técnico. Somos como los ojos de los doctores, porque los estamos cuidando. Ellos no salen del hospital. Así es que apoyamos vía telefónica o en terreno. Ahora, estamos visitando a los pacientes postrados como equipo multidisciplinario”, señala Toledo.

Para optimizar los recursos, los profesionales de la salud están trabajando colaborativamente con el grupo del adulto mayor de la Municipalidad de Til Til. “Así vemos la real necesidad y tomamos un solo examen y no dos”, explica la nutricionista.

Con ese mismo espíritu, en un esfuerzo de articulación público-privada, las ocho empresas socias de la corporación sin fines de lucro Pro Til Til aportaron recursos para acordar la confección de 20 mil mascarillas reutilizables con 60 mujeres de la Fundación Prodemu de las comunas de Til Til, Lampa y Colina. Éstas fueron distribuidas en todas las localidades de Til Til, para ayudar en la prevención del contagio del coronavirus.

“Esto es una muestra concreta de cómo los sectores público y privado pueden trabajar unidos por la comuna, fomentando la participación de la sociedad civil, no solo para entregar un beneficio, sino también para aportar a la economía local”, explica Tomás Marín, sociólogo y gerente de Pro Til Til.

Monitoras comunitarias

Alondra Rojas es una de las integrantes de la agrupación de usuarios y amigos del Cosam Til Til, una organización comunitaria que se ha tomado muy en serio su rol social, sin pedir nada a cambio. “Nos hemos organizado para hacer visitas domiciliarias, entregar medicamentos, mercadería, recolectar, hacer cajas con alimentos. Hacemos visitas para saber cómo está la gente, preocupándonos especialmente de los usuarios más vulnerables”, cuenta la tesorera del grupo que nació en medio de la pandemia.

Dicha iniciativa fue impulsada por usuarios que tenían tiempo para dedicar a otros y la disposición para hacerlo y sin quererlo, también han ganado: “esto nos ayudó a sentirnos mejor y a hacer algo durante este tiempo, fue terapéutico, porque estábamos estresados”, recuerda Alondra Rojas.

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