Hace tres años que entró en vigencia la Ley 21.015 de inclusión laboral de personas en situación de discapacidad (PeSD). A pesar de no ser partidaria de las leyes de cuotas, era necesaria una acción afirmativa para impulsar la contratación de PeSD en las empresas, desde la perspectiva del derecho al trabajo.
Si bien esto notoriamente ha impulsado la contratación de PeSD (a febrero de este año había aproximadamente 20.000 trabajadores con discapacidad con contratos vigentes) y ha potenciado el desarrollo de la inclusión al interior de empresas que ya venían trabajando el tema previo a la ley, surgen dos problemas que necesitan ser abordados actualmente. Primero, la ley nos dice que hay que contratar, pero no nos dice cómo, ni bajo qué estándares de calidad deben ser realizados estos procesos inclusivos.
Segundo, la poca visualización de que los trabajadores con discapacidad, al igual que el resto de los colaboradores de la empresa, deben ser fidelizados, otorgando oportunidades de movilidad interna y desarrollo de carrera para evitar la fuga de talentos, algo que está complicando a las empresas hoy en día.
En relación a esta problemática, el jueves 3 de septiembre se aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley impulsado por Francisco Undurraga, que busca obligar a las empresas a contar con al menos un experto en inclusión certificado. Esto, si es bien conducido, podrá dar respuesta a la necesidad de gestionar los procesos de inclusión con estándares de calidad, permitiendo a la empresa entender que la inclusión no es sólo contratar personas con discapacidad, sino que para que exista una real inclusión debe gestionarse responsablemente el cambio cultural necesario, comprendiendo la necesidad de realizar un proceso de intermediación laboral completo y de calidad, derribando las barreras actitudinales que impiden visualizar que las PeSD también pueden tener un desarrollo de carrera al interior de la empresa.
Algo que el Pacto de Productividad Chile también se encuentra trabajando. De acuerdo a lo referido en la “Guía para Empresas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, elaborada por OIT y Pacto Global de las Naciones Unidas, los sistemas de cuotas se consideran más eficaces cuando se complementan con servicios y medidas de apoyo adicionales brindadas por los Estados a las empresas y a las PeSD.
La gestión de la inclusión al interior de la empresa suele estar delegada, erróneamente, a las áreas de recursos humanos, pensando que la inclusión es sólo la contratación de personas con discapacidad. La inclusión es mucho más que eso, considera las diferencias individuales bajo un modelo de equidad y una perspectiva de derechos y deberes.
Como dice la abogada especialista en diversidad Vernā Myers, “diversidad es que te inviten a la fiesta, inclusión es que te inviten a bailar”.
Es por ello, que es valioso que se realicen cumbres de inclusión laboral y social, como Expo Inclusión Online, la cual este 1 de septiembre abrió las postulaciones a empresas y fundaciones para que participen gratuitamente de este gran HUB de la Inclusión en Chile, al convocar al empresariado, a la academia, al gobierno, a fundaciones y a los emprendedores de este circuito innovador y resiliente.