Mucho se ha hablado sobre el desempeño de los centros de salud durante la pandemia, poniendo en evidencia la necesidad de reestructurar el servicio público para enfrentar crisis sanitarias así. La desigualdad en la calidad de atención pública- privada y la poca inversión en prevención de enfermedades plantea la necesidad de reestructurar el sistema y redireccionar el gasto estatal.
La pandemia que se está viviendo a nivel mundial ha evidenciado diversas falencias en los sistemas de salud. La calidad del servicio público, además de su preparación y capacidad de adaptarse frente a la crisis, han sido parte de las discusiones. La distribución de recursos en salud curativa y no en la de prevención, es uno de los aspectos que los expertos consideran pudo incidir en el fuerte impacto que tuvo el Covid-19 en la región Latinoamericana.
El poco conocimiento de cómo sobrellevar una crisis de estas dimensiones generó que la mayoría de los países fueran aprendiendo sobre la marcha. Múltiples son las críticas sobre el actuar frente a la pandemia y el desempeño de los servicios de salud. Considerar las lecciones aprendidas y aplicarlas con cambios concretos son parte de las propuestas que se plantean para construir de mejor manera los sistemas de salud.
Durante el capítulo de cierre del ciclo de diálogos sobre salud organizado por la Pontificia Universidad Católica y Roche, Jeremy Veillard, especialista senior en salud en la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, se refirió a las principales lecciones que dejó la pandemia.
“Los sistemas de salud pública estaban mal preparados para la pandemia, el nivel de inversión de los gobiernos en salud pública fue bastante bajo en la década anterior. Había un nivel de preparación para la pandemia demasiado bajo”, dijo.
Además de la falta de preparación, el especialista en salud del Banco Mundial abordó la capacidad de adaptación de los sistemas de salud, afirmando que la reacción frente a cambios rápidos es baja. “Tenemos en América Latina sistemas bastantes fragmentados, problemas de calidad y sistemas que no se han adaptado a la carga de la enfermedad. Hay una falta de prevención, que se traduce en hospitalizaciones innecesarias”.
Pese a que el capital humano en Chile se encuentre en el 65%, siendo uno de los mejores resultados en Latinoamérica, la necesidad de invertir en la atención primaria, acceso y personal por parte del Gobierno es clave para marcar una diferencia en el crecimiento económico del país, pudiendo aumentar con ello su PIB. “La economía no puede funcionar sin salud. Podemos mantener la salud como prioridad de inversión de los gobiernos, manteniendo calidad y eficiencia”, aseguró Jeremy Veillard.
Según el especialista en salud, el primer paso para mejorar la situación está en la salud primaria. “La prioridad es asegurar que tenemos un nivel de salud primaria con involucramiento de la comunidad, con un enfoque en la calidad y un acceso universal a esta. Además de contar con sistemas para medir la competencia de los profesionales de la salud”. Sumado a esto, para Veillard es fundamental tener la capacidad de manejar un sistema de datos que den cuenta de las necesidades de las comunidades.
A diferencia del especialista del Banco Mundial, el médico Manuel Espinoza, jefe de la Unidad de Evaluación de Tecnologías en Salud del Centro de Investigación Clínica UC, indicó que no es la mejora de la salud primaria el primer paso, sino que es necesario generar un cambio en el modelo, ya que según comentó, en la pandemia se evidenció que este no tiene el rol que se plantea en el discurso, siendo fundamental reformarlo.
“Tendríamos que triplicar el sistema de atención para poder atender a todos los enfermos crónicos que hay en Chile. Hay que cambiar el modelo de atención. Hay que tener un modelo centrado en la multimorbilidad, disminuyendo la mortalidad de los pacientes. Hay que asumir que no vamos a poder duplicar o triplicar, si no que hay que variar el modelo”, explicó Espinoza.
Aprovechar la discusión constitucional para garantizar el derecho a la salud es lo que propone Manuel Espinoza. Además, añadió que se necesita redactar una hoja de ruta, desde la academia, para presentar soluciones claras a los políticos. “Lo que quedó pendiente es abrazar un fondo único con un seguro o uno con múltiples, pero que garantice el acceso a la salud. Se tiene que dar una discusión constitucional en torno al nuevo sistema de salud, aportando desde la academia una hoja de ruta para poder aclarar cuál es la mejor forma de lograr los objetivos”.
El trabajo en conjunto de los diversos sectores que componen el país es una de las grandes trabas para lograr cambios. Generar consenso entre la oposición y el Gobierno se hace complicado, sobre todo a días de realizarse el plebiscito por la Constitución.
Jeremy Veillard expuso que el problema del trabajo multisectorial no se da solamente en Chile, sino que es una tendencia presente en toda América Latina. “El problema de los gobiernos de Latinoamérica y de todo el mundo, es que tienen que elegir que tipo de política públicas quieren implementar. Políticas públicas basadas en experiencia científica o en mitología. Podemos hacer un esfuerzo e integrar todo el conocimiento y generar estrategias que requieran colaboración con todas las otras partes del sistema. Todos necesitan trabajar juntos, pero la capacidad de Americalatina de trabajar multisectorial es muy bajo”, sentenció.
Más que un problema técnico o de conocimiento, Manuel Espinoza aclara que es de índole político. La constante modificación de los planes debido a los cambios de Gobierno han dificultado el avance en el área de la salud. “Falta capacidad política de acuerdo, que permita tener una agenda a largo plazo para poder generar un avance coherente. Quiero creer que esto tiene arreglo, que lo podemos construir”
Ampliar la inversión en el área de prevención, fue algo en lo que los expertos coincidieron, ya que actualmente es la salud curativa a la que se destinan más recursos. Pese a que en el último tiempo se ha visto un aumento en el gasto de salud, Jeremy señaló que es en el sector privado en donde se ha visto reflejado esto. “Hablamos mucho de sostenibilidad fiscal, pero necesitamos pensar en calidad del gasto público y saber si tenemos el tipo de inversiones para lograr lo que buscamos. Pero lo que podemos ver es que la salud, la atención primaria y la prevención no son prioridad para los gobiernos”.
Pensar en el futuro y la priorización de recursos es lo que plantea el médico de la Universidad Católica, siendo necesario establecer un programa claro que guíe el gasto. Esto será clave para enfrentar el próximo año, ya que según comentó Manuel, la cantidad de atenciones aumentará de manera significativa debido a todos los procedimientos y tratamientos postergados por la pandemia.
“Cómo atender las atención médicas que no se hicieron durante las crisis, es un problema muy importante. Hay consecuencias muy dramáticas para muchas personas. Cómo podemos asegurarnos de tener más resiliencia en el sistema de salud para adaptarse a las urgencias, es una llamada para más inversión en tecnología”, aseguró Jeremy Veillard, especialista en salud del Banco Mundial.
Lograr una coordinación entre el sistema privado y el público es lo que Manuel dijo se debe hacer para sobrellevar la posible crisis de salud “La pandemia nos ha enseñado que se puede coordinar el sistema de salud privado y público. Es necesario enfrentarlo como una catástrofe, y eso obliga a una gobernanza fuerte del Estado. Necesitaremos mayor inversión de recursos”.
El cierre del ciclo de diálogos organizado por la Pontificia Universidad Católica y Roche estuvo marcado por el futuro de Latinoamérica post pandemia. Generar modificaciones en torno a las deficiencias evidenciadas por el Covid-19, son la clave, según los expertos, para construir mejores sistemas de salud.