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Efecto pandemia: aumentan conductas suicidas y trastornos alimenticios en nuestros adolescentes Niñez

Efecto pandemia: aumentan conductas suicidas y trastornos alimenticios en nuestros adolescentes

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Ángeles Biancani
Por : Ángeles Biancani Estudiante de Periodismo UC
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El encierro, el estrés psicosocial, el cierre de las instituciones educativas y la incertidumbre sobre cómo se desarrollaría la pandemia, trajeron importantes consecuencias en la salud mental de nuestros adolescentes. Desde el área de la salud observan un aumento en conductas suicidas y trastornos alimenticios de los niños, niñas y adolescentes y denuncian un déficit importante de camas en los hospitales psiquiátricos. 


La pandemia Covid-19 es una amenaza para la salud pública que ha producido a nivel global un profundo impacto a nivel social y educativo. El coronavirus ha llevado a que millones de niñas, niños y adolescentes (NNA) permanezcan confinados en sus hogares debido a las cuarentenas u otras formas de restricción de la movilización, situación de la cual Chile no ha estado exenta. 

Consuelo Aldunate, psiquiatra infantil y de la adolescencia y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, advirtió un «panorama más sombrío» sobre la salud mental de niños, niñas y adolescentes post pandemia. Expuso que antes de la llegada del coronavirus y sus consecuencias, «los indicadores ya daban cuenta de múltiples alarmas: uno de cada cuatro NNA padece algún trastorno mental que les impide participar de la sociedad de la manera que se espera para su edad; el suicidio es la segunda causa de muerte en nuestros adolescentes y las tendencias de abuso de alcohol y drogas ha ido en aumento en los últimos años».

Según datos de la plataforma Psicologiachile.cl, más del 48,7% de los jóvenes que recurren a ayuda terapéutica buscan soluciones para el estrés y la ansiedad, lo que se relaciona directamente a problemas en el estado anímico en un 33,06%, ansiedad en un 10,48% y crisis de pánico y angustia en un 5,24%.

En este contexto, Jonathan Bronstein, psiquiatra infanto juvenil de la Red Salud UC, asegura que este año, debido al estrés que supuso (y supone) la pandemia, existió un aumento en conductas suicidas y trastornos alimenticios en los niños, niñas y adolescentes del país. Esta situación, sumada a que todos los recursos fueron destinados a pacientes covid-19, generaron un déficit importante de camas en los hospitales psiquiátricos. “La salud mental en Chile siempre se ha dejado de lado, el Minsal destina solo el 2,1% de su presupuesto total a la salud mental, lo que está muy por debajo de lo recomendado por la OMS”, alega Bronstein.

Pandemia y salud mental en niñas, niños y adolescentes

Diversos estudios han demostrado que el desarrollo cerebral es un proceso continuo durante la vida, pero existen períodos más críticos que otros, entre ellos, la adolescencia. En esta etapa el sistema nervioso central humano y, en particular el cerebro, experimenta una «ventana crítica» de neuroplasticidad, es decir, que es más moldeable o capaz de adaptarse estructuralmente a los estímulos internos y también externos que experimenta. 

Respecto a los efectos psicológicos de COVID-19, las cuarentenas y hospitalizaciones por enfermedad de familiares directos puede generar altos niveles de estrés en niñas, niños y adolescentes. El estrés psicosocial, el cierre de las instituciones educativas y el consumo irresponsable de alcohol y otras drogas pueden conllevar prácticas parentales negligentes, violencia doméstica y otras situaciones de maltrato físico y emocional hacia los menores. En este contexto, el impacto del estrés en los adolescentes es potente y duradero.

Pero, ¿qué se puede hacer al respecto? En este contexto, Jonathan Bronstein, explica que lo más importante para mantener la salud mental de niñas, niños y adolescentes es conversar sobre el tema. Consultar qué es lo que ocurre y escucharlos de forma activa. Ante las preguntas, la información que se les entregue debe ser veraz, oportuna y muy acorde a su etapa de desarrollo, ya que ésta no es la misma en un niño que en un adolescente. 

Sin embargo, lo que más les afecta a las personas en riesgo suicida es la discriminación que sufren por los demás, especialmente por sus más cercanos. Por ellos es importante crear conciencia en la población que las personas con desórdenes mentales requieren de una mayor comprensión, paciencia y especialmente cariño. Finalmente, algo muy relevante es darles un mensaje esperanzador y de apoyo ante estas situaciones de estrés que, tarde o temprano, pasarán.

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