Un suero hiperinmune argentino ha mostrado buenos resultados en los ensayos clínicos, al igual que el interferon beta, por lo que ambos muestran optimismo en el tratamiento contra el Covid-19. Sin embargo, otros medicamentos como la invermectina, que se usa actualmente en algunos países, genera ciertos reparos al no tener pruebas concretas en su eficacia.
Mientras el mundo espera el desarrollo masivo de las vacunas contra el coronavirus, existen tratamientos que siguen evaluándose para tratar a quienes se han contagiado y presentan alguna complicación.
Un suero hiperinmune de origen equino producido en Argentina completó su última fase de estudios clínicos y «demostró eficacia y seguridad» en casos graves de covid-19, según un comunicado emitido por las autoridades.
Este suero, que se empezará a distribuir esta semana en todo el país, «es una inmunoterapia basada en anticuerpos policlonales equinos, cuya capacidad neutralizante del virus SARS-CoV-2 lo bloquea y evita su propagación», y que además «tiene la ventaja de que pueden producirse rápido y a gran escala».
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó su uso el pasado 22 de diciembre, y los estudios clínicos arrojaron resultados positivos en la baja de la mortalidad (45 %), el descenso en los días requeridos de terapia intensiva (24 %), y la menor necesidad en el uso de respiradores (36 %).
El estudio evaluó la seguridad y eficacia del medicamento en 242 pacientes adultos (18 a 79 años) con enfermedad moderada a severa causada por la infección del SARS-CoV-2, confirmada por PCR, dentro de diez días del inicio de síntomas y que requerían hospitalización.
El director científico de Inmunova e investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), Fernando Goldbaum, subrayó que el suero mostró «una seguridad muy alta» y que por ello recibió la autorización de emergencia por parte de la Anmat.
Agregó además que el «mayor impacto» que han visto en sus estudios es «la disminución de los síntomas» en los pacientes severos de Covid-19, algo que calificó como un «hallazgo importante», y por ello ha sido enviado a una revista médica estadounidense para que estudie su publicación.
Goldbaum explicó que el suero funciona porque los anticuerpos policlonales equinos actúan como bloqueador de los efectos más adversos del virus en pacientes «que tienen demorada su propia respuesta inmune». Así, se evita que el virus se replique y da más tiempo a generar anticuerpos.
Actualmente existe la intención de exportar a otros países de la región el suero. «Estamos en contacto con varios países de Latinoamérica (…) y analizando la posibilidad de que se produzca fuera del país si es que hay alguna planta que tuviera la capacidad en este momento de hacerlo», dijo el director del laboratorio Inmunova, Linus Spatz.
En ese sentido, aseguró que están «avanzando con México para trabajar» en conjunto y llevar este suero equino que mitiga los efectos de la covid-19 hasta allí. Asimismo, confirmó que se encuentran «hablando con las autoridades de España» para analizar la aplicación del suero en el país ibérico.
El ministro argentino de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, destacó que la consecución del suero es el resultado de «trabajo colaborativo» entre la empresa pública y la privada, que han hecho «un gran esfuerzo».
Las proteínas antivirales naturales llamadas interferones se han mostrado así prometedoras en el tratamiento de covid-19. En lo concreto, una terapia en Reino Unido con interferón beta (proteína) inhalado puede ser prometedora para el tratamiento de Covid-19 al evitar que el virus puede unirse, según un estudio que publica este lunes «Nature Genetics».
Así bloquearía la acción del virus SARS-CoV-2 que al ingresar en las células de la nariz y los pulmones une a su proteína de punta a la proteína de la superficie celular, desencadenando la propagación. La proteína inhalada sirve así para «estimular el sistema inmunológico», combatir al virus y «reducir la gravedad de la enfermedad».
Alexandra Constantin, de 34 años, fue la primera persona en recibir el tratamiento de este nuevo ensayo en fase 3 en el Hull Royal Infirmary de Kingston upon Hull después de ingresar el pasado lunes con síntomas de covid-19.
A través de un nebulizador para inhalar el medicamento hacia sus pulmones, se buscaba reforzar sus «defensas antivirales» y reducir la gravedad de los síntomas hasta un 80 % para mejorar su recuperación.
La terapia con interferón, aunque parece aumentar los niveles de la llamada proteína ACE2, incrementa también considerablemente los niveles de una versión corta de esa proteína, a la que el virus no puede unirse, según investigadores de la Universidad de Southampton que están desarrollando el tratamiento con la empresa de biotecnología Synairgen.
El investigador principal del ensayo en el centro, Michael Crooks, expresó su esperanza sobre la eficacia de este nuevo tratamiento «para ayudar a las personas a recuperarse del virus y prevenir que desarrollen una enfermedad severa».
Por su parte, el director ejecutivo de la compañía Synairgen, Richard Marsden, también aseguró que este tratamiento será necesario «en los casos en los que las vacunas no sean eficaces o se vuelvan menos efectivas».
Jane Lucas, profesora de Medicina respiratoria pediátrica en la Universidad de Southampton, admitió que el equipo estaba emocionado «al descubrir una nueva forma de ACE2, y nos interesamos aún más cuando nos dimos cuenta de que puede proteger contra el SARS-CoV-2 en las vías respiratorias en lugar de un sitio de entrada para la infección».
«Creemos que esto puede tener importantes implicaciones para el infección por covid-19 y estamos iniciando más estudios para investigar esto más a fondo», añadió.
El interferón beta se utiliza ampliamente en el tratamiento de la esclerosis múltiple y por tanto es un fármaco «seguro y bien tolerado».
El ensayo, considerado de «salud pública urgente» por el Reino Unido, pretende extender sus pruebas en fase 3 a otros centros de Estados Unidos y la Unión Europea, involucrará a más de 600 pacientes y, de obtener resultados positivos y finalizar antes de verano, podrá comercializarse poco después.
En los últimos meses, diversos países han estado usando invermectina para el tratamiento de Covid-19. Este medicamento se usa para tratar enfermedades parasitarias como la sarna en animales y humanos. Además es barato y se puede conseguir sin receta.
Fue en junio de 2020 cuando investigadores australianos publicaron en la revista Antiviral Research, que la ivermectina reducía considerablemente la carga viral del SARS-CoV-2 en un estudio preclínico in vitro (solo en laboratorio).
Desde entonces países latinoamericanos y del caribe lo han usado para combatir la pandemia. En Perú, por ejemplo, se utilizó para tratar las fases tempranas del Covid-19 hasta octubre, cuando el gobierno de ese país dejó de aplicar varios medicamentos, incluyendo la hidroxicloroquina y la ivermectina.
Ya a fines de junio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había subrayado en un informe que los resultados sobre la eficacia de la ivermectina para reducir la carga viral en cultivos de laboratorio no son suficientes para indicar que dicho preparado sería beneficioso desde el punto de vista clínico.
Hace unos días, sin embargo, las autoridades sanitarias de Honduras le recomendaron al Gobierno que «permita el uso voluntario a la población» del medicamento Ivermectina, «de manera profiláctica», para combatir el Covid-19.
Sin embargo, todavía faltan pruebas clínicas concretas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) desaconsejan el uso de la ivermectina para el tratamiento de Covid-19 y advierten de los efectos secundarios. .
A su vez, el Organismo de Reglamentación de Medicamentos y Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA) también desaconsejó su uso a finales de diciembre de 2020, mientras no haya pruebas que apoyen el uso de la ivermectina.