Dentro de los grupos que más se verían afectados por cuadros de estrés, ansiedad y depresión serían los grupos vulnerables: niños y adultos mayores.
El jueves el ministro de Salud, Enrique Paris, afirmó que Chile está viviendo un rebrote de coronavirus, tras la constante alza personas contagiadas. Esta situación hace posible nuevas medidas restrictivas, las cuales ya se han ido tomando en diferentes regiones, como volver al confinamiento absoluto en el país.
Este panorama, sin dudas, pone en riesgo uno de los aspectos que más se han visto afectados por la pandemia: la salud mental. Expertos advierten que una segunda ola de contagios traería problemas muy serios en la estabilidad de las personas, provocando efectos aún más nocivos que los que trajo la primera. Los grupos etarios más afectados serían tanto los niños como los adultos mayores.
Pablo Toro, psiquiatra de la Red Salud Christus UC, indicó que algunos expertos advierten que esto podría ser peor debido a que en el primer confinamiento la gente generó ciertos traumas por todos los cambios asociados y que ahora, ante la posibilidad de que todo esto vuelva, se viva una especie de retraumatización.
También, durante todo el año pasado se descuidó el tratamiento de muchas enfermedades, incluso las de salud mental, donde las personas no pudieron tratarse adecuadamente por lo que presentan un panorama peor potenciando a que se encuentren más inestables que antes. Y, por último, el cansancio acumulado de las personas afecta su bienestar.
Danae Cerda, psicóloga del Observatorio de Salud Mental de Chile, indicó que la llegada de un rebrote produce una revictimización de las personas, las cuales se ven expuestas nuevamente a un aumento del estrés, la ansiedad, trastornos del sueño y el temor asociados al virus, como contagiarse.
Además, expresó que “existe una alta probabilidad de que los efectos en la salud mental sean mayores que la primera ola, donde se dan dos tipos de reacciones: el estado de negación y el estado de las personas que al regresar a un trauma surge una conducta de aceptación y evasión de las situaciones de riesgo, produciendo frustración”.
Con respecto al grupo etario que más se podría ver afectados por una segunda ola, serían los adultos mayores y los niños. Según Cerda, las personas de la tercera edad, a raíz del confinamiento, pueden ver debilidad en su musculatura y sus capacidades cognitivas se pueden ver modificadas al no interactuar con otras personas.
En el caso de los niños, se ven principalmente afectados en un nivel emocional “ya que no pueden salir a jugar y distraerse, lo que puede conllevar a trastornos adaptativos y de ansiedad generalizada”.
La psicóloga infanto juvenil, Isabel Puga, enfatizó en que este grupo etario es parte de la población vulnerable y son bastante invisibilizado. Además, indicó que a la edad de ellos se viven muchos procesos que se pueden ver afectados en periodos extensos de aislamiento, como lo que se ha vivido el último año.
Los adolescentes, por su parte, se ven bastante expuestos a sufrir problemas de este ámbito porque ya tienen la autonomía de salir y necesitan relacionarse con los pares, sin embargo, con las restricciones no pueden. “La forma de mostrar su emocionalidad es muy intensa y con mucha energía, y por eso se ve que rompen las normas, porque necesitan estar constantemente relacionándose con otros”, indicó Puga.
Los expertos recalcaron que es fundamental una alimentación de saludable, ejercicios dentro de casa, espacios de meditación, buena comunicación y por sobre todo espacio de diversión, ya que libera endorfina. “No es que estamos condenados a entrar a un estado desolador, hay que activar la relación con otros desde la casa con cosas muy sencillas que estén al alcance de todos”, finalizó la psicóloga infanto juvenil.