La descarbonización del planeta toma fuerza en países de todo el mundo y la generación de «hidrógeno verde» es uno de los objetivos más ambiciosos. Afortunadamente, según los expertos, Chile está predestinado a ser un actor relevante en el mercado global del “combustible del futuro”, gracias a la cantidad de recursos energéticos naturales que tenemos como país.
Pese a ser uno de los elementos más abundantes de la Tierra, el hidrógeno no es fácil de obtener: no se encuentra de forma aislada en la naturaleza, por lo que se extrae a partir de otras sustancias que lo contienen, como el agua, el carbón o el gas natural. Y actualmente se utilizan dos maneras masivas para producirlo.
La primera es extraerlo a través de hidrocarburos, a lo que se le llama hidrógeno gris. Método poco amigable con el medioambiente ya que su generación continúa requiriendo combustibles fósiles. Y la segunda es obtenerlo directamente del agua a través de un proceso llamado electrolisis, el cual rompe la molécula del agua y separa el oxígeno y el hidrógeno, lo que necesita altas cantidades de electricidad que, si es producida en base a energías renovables como la solar o eólica, genera el hidrógeno en su versión verde.
Se trata, entonces, de una fuente inagotable de energía limpia y sustentable, que permitirá impulsar varias industrias, pero que, sobre todo, permitirá la descarbonización del planeta. Y en ese último escenario, Chile podría jugar un rol clave a nivel mundial.
En el segundo día de Congreso Futuro, en el panel “Caminos para un futuro verde”, cuatro expertos en materia de hidrógeno verde, expusieron su análisis de la situación actual de Chile en torno a la producción de este, la importancia de las energías limpias y cómo éstas pretenden mejorar el cuidado de nuestro hábitat. “El hidrógeno verde es una de las únicas vías que permite descarbonizar los distintos sectores industriales” asegura Emilio Nieto, Director del Centro Nacional de Hidrógeno en España.
Para muchos es algo nuevo, para otros es muy antiguo. El hidrógeno verde está “renaciendo” en Chile debido a tres razones: una caída en los costos de la electricidad renovable, lo que permite descarbonizar la matriz eléctrica, la necesidad de descarbonizar la completa canasta energética y, por último, el excelente potencial de energía renovable que tenemos en Chile.
Nuestro país cuenta con dos “hotspots” para producir hidrógeno verde, una muy buena energía solar en el norte y una muy buena energía solar en el sur. Frente a esto, la Agencia Internacional de Energía asegura que Chile es el lugar donde más barato se puede hacer el hidrógeno, “estamos bajo 1,5 dólares por kilogramo de hidrógeno, eso es lo que pronostica la Agencia Internacional de Energía, por lo tanto hagámoslo porque en Chile va a ser lo más barato”, argumenta Erwin Plett, Director Ejecutivo de Alfa Lux y Low Carbon Chile.
Y es que en materia de energías renovables, el experto explica que Chile tiene una potencia renovable, 75 veces más grande que toda la potencia eléctrica instalada en nuestro país, lo que se traduce en 200 millones de toneladas de hidrógeno verde anuales. “Si quemamos ese hidrógeno, vamos a tener más o menos la misma cantidad de energía térmica que tiene hoy día Arabia Saudita, pero si eso lo quemamos sin llama, vamos a tener el doble de la electricidad que hoy día se exporta en ese país”, argumenta Plett.
En promedio, el 22% de la energía que se usa en Chile es electricidad, el resto son combustibles, lo que significa que el país necesita electrificar todo y combustibles que al usarse no emitan CO2 y ahí es cuando entra el hidrógeno verde.
Actualmente, nuestro país cuenta con cuatro políticas públicas para fomentar la nueva economía de hidrógeno (H2): Tres Consorcios H2 para minería, Ruta Nacional del H2 verde, “H2V Iniciativa Hidrógeno Verde” y Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde.
Sobre esta última, una de sus metas es tener cinco gigawatts de electrolizadores fabricados o en proceso de fabricación para el 2025 y para el 2030 llegar a 25 gigawatts de electrolizadores.
De esta manera y frente a estos esperanzadores números y proyectos, María Paz de la Cruz Gerente General de la Asociación Chilena de Hidrógeno (H2 Chile), asegura que Chile “tiene la responsabilidad de no dejar pasar la oportunidad de crear una industria que puede representar el tamaño de la actual industria del cobre en el futuro”, pero que para eso es necesario innovar en la forma en que estamos haciendo los proyectos, incentivar la creación de consorcios, hacer asociaciones público-privadas y fortalecer la búsqueda del financiamiento sostenible, porque “es ahí donde van a estar los grandes dineros del futuro, y es ahí donde Chile tiene una buena posición”, concluye de la Cruz.