Este año la pandemia nos separó y nos obligó a estar en un mundo contenido. Pero esta crisis es solo una más de las que desde hace muchos años ya tenían nuestra sociedad separada y polarizada ¿El desafío? poder reencontrarnos en el diálogo y avanzar a un futuro mejor.
La pandemia Covid-19 que desde hace más de un año tiene al mundo contenido y separado, es quizás la gota que rebalsó el vaso en un mundo donde crisis como el cambio climático, los conflictos sociales, raciales y el machismo, ya tenían a nuestra sociedad dividida.
En la cuarta jornada de Congreso Futuro, en el panel “Reencontrarnos”, dos expertas y un especialista conversan sobre cómo será nuestro reencuentro, las implicancias de retomar lo perdido, lo olvidado, y cómo prepararnos para entendernos luego de la tormenta.
Las crisis son parte de nuestra vida cotidiana y nos ponen en una situación de responsabilidad para prevenir nuevas situaciones de conflicto o de riesgo, nos obligan a entender que somos seres sociales y “coloca sobre la mesa la necesidad de hacernos cargo de las crisis, que en último término, son nuestra responsabilidad”, afirma Nancy Yáñez, directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile.
Pero hacernos cargo de las crisis que desde hace años vienen polarizando a la sociedad no va a ser posible sin el diálogo. Alfredo Zamudio, director del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, explica que un proceso de reencuentro después de una crisis tiene tres pasos: el primero es preguntarse cuál de todas las crisis vamos a solucionar, porque durante la pandemia, en Chile han habido distintos tipos de crisis: la cesantía, la muerte de familiares, deterioro de la salud, incluso la muerte, son crisis que se dan encima de lo que ya nos ha separado desde antes, por lo que tener claro el foco es fundamental.
El segundo paso es comunicar la historia y vivencias personales en torno a la crisis y escuchar la historia del otro, y eso “es difícil porque hay que darle espacio a una conversación que tal vez no me gusta”, explica Zamudio.
El tercer paso es comprender cómo llegamos a la crisis y qué fue lo que nos pasó en el camino, para así llegar al cuarto paso que es decidir qué hacer con esa información ¿volvemos a la crisis o vamos hacia adelante?
Según Zamudio, solo la decisión de seguir hacia adelante puede empezar un proceso de reconciliación y reencuentro, y que cuando eso suceda, “cuando podamos recuperar y empezar a reparar todo lo que ha sido dañado, va a ser una nueva posibilidad para poder compartir el espacio, para co-construir el futuro que queremos. Pero ahí hay que ser valientes, porque hay que crear el espacio para la conversación y hay que aguantar las conversaciones incómodas”, puntualiza.
En este sentido y ligado al proceso constituyente que vive nuestro país, Isabella Villanueva, Presidenta Ejecutiva de la ONG CEUS Chile, expone la necesidad de conversar sobre la intergeneracionalidad del proceso y en cómo nuestras acciones afectan a las generaciones futuras. Villanueva cree que parte de las conversaciones incómodas que vamos a tener que enfrentar como sociedad para vivir de buena manera nuestro reencuentro es la “necesidad de plantear la intergeneracionalidad como un pilar fundamental (en el proceso constituyente), ya que no podemos seguir pensando solo en el presente, porque eso es lo que nos trajo hoy día aquí, tanto a nivel de pandemia como de todas las múltiples crisis que atraviesa nuestro país”, concluye Villanueva.
Frente a esto, Nancy Yáñez hace un llamado a no desperdiciar el momento histórico que estamos viviendo como país, ya que “es una tremenda oportunidad para que dialoguemos y que sea un diálogo respetuoso, que permita comprender profundamente al otro y poder analizar profundamente nuestras problemáticas hasta encontrar el fondo de las mismas”, asegura Yáñez.