El Día Mundial de la Eficiencia Energética tiene como objetivo hacernos reflexionar y concienciarnos sobre la necesidad de realizar un consumo de energía más racional que nos permita preservar nuestros recursos naturales, contaminar menos y ahorrar más.
A nivel global, el sector energético es responsable de cerca de dos tercios de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), causantes del cambio climático.
Por lo tanto, reducir la demanda de energía a través de medidas de eficiencia energética es clave para evitar mantener el aumento de temperatura bajo 1.5°.
Este ahorro también aporta a reducir la pobreza energética, mejorar las condiciones de vida de las comunidades, impulsar la economía y crear empleos.
Así lo destacó Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, durante la conmemoración del Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra desde 1998 cada cinco de marzo.
“Es necesario profundizar las acciones de eficiencia energética en todos los niveles, lo que incluye los edificios, las industrias y el transporte, así como el uso cotidiano que realizamos en nuestros hogares, principalmente con los electrodomésticos”, señaló Bosshard.
Para el representante de WWF, ser más eficientes en términos energéticos es una de las barreras que se han identificado para avanzar en forma más rápida y amplia en la descarbonización de la matriz. A esto se suman desafíos como el almacenamiento, la construcción de líneas de transmisión, promoción de energía distribuida, electromovilidad e instrumentos de precio al carbono.
Si bien existe mayor consciencia respecto a lo urgente de evitar el gasto innecesario de energía, las proyecciones muestran que, por ejemplo, los requerimientos para refrigeración se triplicarán en las próximas tres décadas (2016-2050).
Así, el crecimiento de la demanda del aire acondicionado y la refrigeración podrían superar el presupuesto de carbono que se necesita para alcanzar el objetivo de 1.5° del Acuerdo de París.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía, el 40% de las reducciones de emisiones que queremos se pueden lograr con las tecnologías, procesos y políticas de eficiencia energética existentes.
Sin embargo, no estamos implementando estas medidas con la suficiente rapidez y el uso de energía está aumentando (hasta un 2,3% en 2018) en lugar de contraerse.
El concepto de eficiencia energética surgió por primera vez en el año 1998, en la «Primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energética’», que se desarrolló en Austria, como una medida frente a la posibilidad de un agotamiento de las fuentes de energía fósiles a corto plazo. De hecho, el uso eficiente de la energía no debe comprometer nuestra calidad de vida, sino que debe mutar a una solución más limpia y sostenible.
Es por esto que se hace un llamado a darle énfasis a las políticas de estado para aumentar el uso de energías renovables, logrando frenar el cambio climático, y potenciando el ahorro de energía a todos los chilenos.
«Hemos avanzado bastante con los años en temas de energía renovable y sustentable, pero debemos seguir preocupándonos de estos temas, los cuales deberían ser parte de políticas públicas a gran escala. Somos un país con demasiado potencial en la materia, contando con una fuente inagotable de energía solar” asegura Jordan Butler, CEO de Cleanlight.cl, empresa chilena que entrega diversas soluciones de energía solar y renovable.
Una de las mayores preocupaciones de las industrias mineras o de la construcción ha sido eliminar el consumo de diésel u otro tipo de combustibles fósiles en sus procesos. Es por esto, que se han logrado incorporar torres solares para la generación de energía.
«La torres y generadores de energía tradicionales, que durante muchos años fueron la única alternativa para satisfacer las necesidades energéticas de grandes industrias, han sido reemplazadas por soluciones solares, las cuales no son contaminantes y evitan el efecto invernadero”, señala Butler.
Por otro lado, están las torres de vigilancia, que sirven para monitorear lugares tanto como en obras, hasta en lugares complejos de llegar, durante las 24 horas del día, utilizando la energía solar.
De hecho, sirven bajo cualquier condición climática, no complicando lluvias o altas temperaturas. Además, existen las torres de comunicación solares, son la solución correcta para las necesidades de comunicación temporales y móviles.
En Chile siguen existiendo viviendas sin conexión a la red, donde hoy en día existen variadas opciones para también cubrir esa necesidad. De hecho, existen los generadores solares, que sirven como fuente de abastecimiento energético, y además en condiciones que no podamos acceder al tendido eléctrico, o simplemente por un corte del sistema.
“La gente considera muchas soluciones como los generadores solares enfocado principalmente a hogar, donde cuentas con distintos kilowatt y alternativas dependiendo del consumo. Los generadores van desde los 1.500W hasta los 9.600W”, plantea Butler.
A nivel global, WWF impulsa la eficiencia energética en forma concreta, apoyando a socios claves en ciudades, en particular autoridades locales que participan del Desafío de Ciudades (One Planet City Challenge).
En este contexto, se implementa el programa Iconic Building, que invita a edificios emblemáticos de las principales ciudades del mundo a reducir su consumo de energía.
Para ello se monitorea su consumo eléctrico con la tecnología de gestión energética de Smappee, definiendo medidas y apuntando a mejorar la eficiencia. Actualmente, Smappee Infinity ya está instalado en cinco edificios icónicos: el Palacio Municipal de Lima (Perú), el Hotel Huong Giang (Vietnam), la Gobernación de Cundinamarca (Colombia), la Bolsa de Santiago (Chile), y recientemente también se sumó el Banco de Bután.
“La idea es seguir sumando edificios emblemáticos a nivel global y también en Chile, usando una herramienta como Smapee, que es un visualizador de datos que permite medir el consumo eléctrico de manera simple y en tiempo real, abordando tanto espacios físicos como plataformas virtuales. Conocer los datos de cuánto se consume es clave para monitorear la efectividad de las medidas de eficiencia que se implementen y cuantificar los ahorros generados”, explicó Bosshard.