Expertos explican que esto se podría relacionar con el relajo de las medidas preventivas de grupos etarios más jóvenes, la movilidad que ha existido durante los meses de verano y la asistencia a recintos con actividades con alto riesgo de contagios, como gimnasios, bares y cines.
A mediados del año 2020, Chile vivía una de las peores etapas respecto a las cifras relacionadas con la pandemia, tanto así, que se decretó cuarentena en gran parte del país. En ese entonces, la edad promedio de las personas hospitalizadas en Unidades de Cuidados Intensivos, era 70 años. Según datos del Ministerio de Salud, actualmente, en medio de un alza importante en los contagios, este promedio retrocedió alrededor de 20 años, por lo que la mayoría de las personas hospitalizadas tiene 50 años.
Según las autoridades, en un promedio semanal, casi uno de cuatro pacientes en la UCI tiene entre 50 y 59 años. Además, un 69% del total de casos totales que ha presentado el país han sido personas menores a 50 años.
La vicepresidente de la Sociedad Chilena de Infectología, Claudia Cortés, se refirió a las posibles causas que podrían estar incidiendo en este fenómeno. “Es lo que ha ido ocurriendo en todo el mundo antes de que hubiera vacunación. Esto se explica porque los adultos mayores han entendido la importancia de cuidarse y quedarse en su casa, en cambio la gente más joven sale y en el verano hemos visto que no cumplen mucho el autocuidado”.
Además, indicó que a pesar de que esta baja en la edad promedio se viene evidenciando desde antes de la inoculación “la vacuna también tiene un rol, ya que la tercera edad fue de las primeras en vacunarse y muchos de ellos ya han recibido la segunda dosis”.
A pesar de que Chile se ha posicionado como el país que más ha vacunado por cada 100 mil habitantes, incluso superando a Israel, las cifras preocupan a las autoridades. En el último reporte se dio a conocer que la positividad ha alcanzado un 9,78% a lo largo del país y 1.839 personas se encuentran hospitalizadas en Unidades de Cuidados Intensivos.
Con respecto a los posibles efectos que podría ya tener la vacuna y su relación con este fenómeno, Jaime Labarca, especialista en Salud Pública y epidemiología de la Universidad Católica, indicó que “podría tener incidencia la vacuna, pero es muy pronto para ver los efectos en términos de tasa de contagios. Esto se va a ver mayoritariamente en hospitalizaciones y mortalidad”. Sumado a lo anterior, señaló que las principales fuentes de contagios siguen siendo en dentro de los hogares, pero igualmente se puede ver en el trabajo o en el transporte público.
Por su parte, la infectóloga y directora médica del proyecto Sinovac Chile, Katia Abarca, enfatizó en que todavía estamos en una etapa temprana de la vacunación para relacionar el cambio de edad de personas hospitalizadas a la inoculación.
Además, agregó que “después de un tiempo se van perdiendo los temores, más aún cuando se ven elementos esperanzadores como la vacuna”. Incluso, expresó que “las personas más jóvenes sienten que si se enferman no les pasará nada grave, lo cual no es cierto porque hay personas jóvenes que han caído a UTI o respiradores”.
En esta línea, recalcó que hay ciertos elementos comunicacionales que han sido confusos para la población. “Tener abierto los cienes, la gente puede pensar que la no está tan mal la cosa. Hay ciertas medidas que no son demasiado coherentes con la situación que estamos viviendo”.
Actualmente, las autoridades siguen siendo enfáticos en mantener las medidas sanitarias a pesar del exitoso proceso de vacunación. El lavado de manos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social son las acciones que más previenen el contagio de coronavirus y son necesarias aún cuando la persona esté vacunada, ya que lo que hace la inoculación es prevenir los cuadros graves de Covid-19, no así el contagio y el poder contagiar a otros.