Ofrecer un concierto que pueda ser igualmente sentido por personas con discapacidad auditiva o que el espectáculo visual sobre el escenario sea percibido por un invidente son algunas de las barreras que ha logrado derribar la Fundación Music for all.
La fundación Music for All, que lucha por la inclusión social a través de la música, participa este fin de semana en la Feria Hispano Lusa de la Industria Musical que celebra en Zamora, donde ha mostrado algunas de las iniciativas que desarrolla y las novedades tecnológicas que incorpora para hacer los conciertos accesibles.
Para completar la accesibilidad frente a la discapacidad auditiva, se instalan sistemas de bucle magnético y una persona traduce desde el escenario a lenguaje de signos las letras de las canciones y los comentarios de los artistas durante el concierto.
Este método ya ha sido probado con éxito en Almería, en el ciclo de conciertos Cooltural Go, que a partir del próximo mes de abril abre una nueva edición que se prolongará hasta finales de verano y que lleva la bandera de la inclusión en sus actividades.
En su afán por eliminar barreras, además de utilizar mochilas vibratorias, esta fundación ofrece para personas invidentes programas y letras de canciones en braille y audioguías en los conciertos que narran la puesta en escena de las actuaciones musicales.
En los conciertos también se preocupan de que no haya barreras arquitectónicas y que los baños estén adaptados para personas en silla de ruedas.
Otras medidas implementadas por esta fundación pasan por hacer las páginas web de los conciertos accesibles, contar con accesos preferentes e instalar un punto de asistencia para personas con diferentes capacidades y ofrecer itinerarios accesibles.
De esta forma, Music for all ha logrado confeccionar «el primer ciclo de conciertos a nivel europeo plenamente accesible», según ha asegurado Raquel García, que ha destacado el «trabajo por la accesibilidad, la igualdad y la sostenibilidad en los conciertos» que desarrolla la fundación.
El esfuerzo por la plena inclusión lo realizan también desde dentro del escenario, al incorporar en los carteles de los conciertos artistas con algún tipo de discapacidad.
De esa forma, demuestran que no hay diferencias para hacer que el público se mueva al ritmo de la música si la DJ tiene síndrome de Down o para sentir el cante jondo cuando la cantaora flamenca es una persona con discapacidad intelectual.
Además de dar visibilidad y fomentar el acceso de personas con discapacidad o diversidad funcional a la industria musical, la fundación utiliza la música como recurso de intervención socioeducativa y ayuda a la inclusión social a través de ella, lo que da un valor añadido a los pentagramas.