“Las comunidades educativas buscan impulsar una educación basada en altos estándares, capaz de ofrecer iguales oportunidades de enseñanza para todos los estudiantes y con un mayor financiamiento asegurado por parte del Estado», sostiene coordinadora de Tenemos que hablar de Educación.
En el marco de los encuentros desarrollados el 2020 por «Tenemos que Hablar de Educación» –iniciativa impulsada por Acción Colectiva por la Educación–, más de 7.500 estudiantes, profesores, educadores de párvulos, apoderados y asistentes de la educación analizaron los desafíos del sistema educativo y reflexionaron sobre la educación en Chile, planteando tres lineamientos de cara a una nueva Constitución.
Uno de los hallazgos más relevantes provenientes de las comunidades educativas estuvo vinculado al principio que debe regir la educación en Chile. Bajo este escenario, más de 1.800 participantes destacaron distintos pilares fundamentales: calidad (28,1%), gratuidad (21,9%), equidad (18,2%), inclusión (9,5%) e integralidad (4,9%).
Un segundo lineamiento destacado por las comunidades educativas en los espacios de diálogos desarrollados a lo largo de todo el país, fue cómo se debe estructurar la arquitectura del sistema. En esta línea, para profesores, apoderados y estudiantes la educación debe estar orientada a la autonomía –o la libertad, desarrollo único y original de cada jardín infantil y establecimiento educacional para desarrollar su visión, misión, objetivos y procesos–, ser libre de lucro y propender a la diversidad en los proyectos educativos.
“Las comunidades educativas buscan impulsar una educación basada en altos estándares, capaz de ofrecer iguales oportunidades de enseñanza para todos los estudiantes y con un mayor financiamiento asegurado por parte del Estado. Asimismo, propusieron una educación inclusiva y orientada a la formación integral, que vaya más allá de lo académico para potenciar habilidades, competencias y talentos, mientras se preocupa del desarrollo socioemocional y permite a los alumnos diseñar su propio proyecto de vida”, explica Alionka Miranda, coordinadora de Tenemos que Hablar de Educación.
Finalmente, las comunidades educativas mencionaron reiteradamente que los organismos que impulsan políticas públicas en educación deberían tener una mayor participación de profesionales de la educación. En este sentido, en los espacios de diálogos, se manifestó una desconexión de los hacedores de políticas respecto de la realidad de las escuelas y la enseñanza en aula.
“Con este proceso buscamos levantar las voces de los protagonistas de la educación. Son ellos quienes mejor conocen las necesidades y oportunidades de nuestro sistema educativo. Los hallazgos que nacieron de los encuentros en 109 colegios y 56 jardines infantiles serán fundamentales para desarrollar la segunda etapa del Tenemos que Hablar de Educación: las Mesas de Profundización. Esta fase permitirá sistematizar las voces de las comunidades educativas, generar propuestas concretas e incidir en el proceso constituyente y en los próximos programas presidenciales”, destacó el director ejecutivo de Elige Educar y representante de Acción Colectiva por la Educación, Joaquín Walker.
Esta iniciativa se enmarca dentro del proceso de diálogo “Tenemos que Hablar de Chile”, una plataforma de encuentro colaborativo de incidencia ciudadana impulsado por la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chile.