
Sename: los problemas de un sistema que falló
Entre el año 2005 y 2016, murieron 1.313 personas mientras se encontraban en algún programa de la red del Servicio Nacional de Menores (Sename). Eso es parte de una serie de deficiencias del sistema que este año será reemplazado, pero del que se desconoce aún si será un cambio real para los niños, niñas y adolescentes.
El Servicio Nacional de Menores (Sename) es un organismo estatal dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos creado en 1979 que lleva años en la mira de la sociedad debido a la gran cantidad de negligencias que lo rodean, las cuales se esperan terminen con la implementación del nuevo Servicio Mejor Niñez. La institución pasará así a ser parte del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, para cambiar el enfoque que se le da a la infancia vulnerada.
Tal es la magnitud de los problemas que deja atrás este sistema que estudios demuestran que en el Sename, a septiembre del 2020, el total de fallecimientos llegó a 1.836: 1.188 niños y niñas y 648 de personas adultas.
Asimismo, estudios como la Misión de Observación a Centros de Protección de la Red Sename, demuestran claros ejemplos de todo lo que no hay que volver a repetir para que efectivamente este nuevo Servicio Mejor Niñez, no se convierta en más de lo mismo.
“El 2017 identificamos vulneraciones de todos los tipos y formas pero principalmente centradas en una falta de atención generalizada. Eso implica que en ciertas residencias había descuidos tan básicos como controles médicos o educación. En general en el sistema residencial vimos una precariedad en la formación, en los recursos, en la atención a los niños, esto implicó un factor de riesgo para que se produjeran violaciones más grandes”, declara Branislav Marelic, consejero y ex director de INDH, quien impulsó la investigación al Sename.
La situación que enfrentaban los niños, niñas y adolescentes del servicio era complicada en diversos aspectos de su vida. Esto llevaba a que solo en salud mental, un 69.1% de quienes estaban bajo sistema de protección de derechos presentara al menos un trastorno de salud mental. Específicamente 45,3% presentó riesgo de suicidio, 40% dependencia de drogas, 27,5% trastornos de conducta disocial y 25,3% trastorno negativo desafiante.
Estándar de educación
La educación es un proceso fundamental para permitir el avance de la sociedad. Pero acceder a herramientas de calidad para una educación íntegra para los niños, niñas y adolescentes (NNA) pertenecientes al Sename es difícil y existen mayores niveles de analfabetismo y decadencia educacional.
Hay 1.187 niños en residencias del Servicio que no se encuentran inscritos en ningún establecimiento educacional. El 92,4% de los NNA consultados declara que puede leer y escribir, un 1,1% solo puede leer, 3,1% solo puede escribir, y 3,2% ninguna de las dos cosas.
De esta cifra entre los menores de 14 años el porcentaje que puede leer y escribir disminuyen a 89,7%, elevándose a 96,8% entre los que tienen entre 14 y 17 años, diferencia estadísticamente significativa.
Y si bien en residencias debiesen contar con apoyo en las tareas y, en general, con adultos que puedan ayudarlos en su proceso de escolarización, solo un 72,2% de los NNA con atraso escolar y el 58,3% de los que asisten a una escuela especial reciben al aún tipo de asistencia.
Familia y residencias
Sobre las regulaciones de visita lo que más llama la atención y genera una profunda preocupación respecto a la calidad del trabajo de los centros residenciales es el hecho que existe la posibilidad de sancionar a los familiares por retrasos en sus visitas.
Esto es una acción que atenta contra la posibilidad de la revinculación familiar, ya que a los padres los coloca en una situación infantilizada y no se corresponde en absoluto con los estándares ni las directrices de los cuidados alternativos planteados por la ONU.
En ese sentido, el 88,1% de los centros permiten el establecimiento de contacto telefónico y/o virtual entre los menores y sus familiares. Sin embargo, al contrastar esta información con la otorgada por los mismos NNA, es posible observar que solo el 43,8% puede contactarse libremente con sus familiares, mientras que el resto debe ajustarse a normativas definidas y aplicadas exclusivamente por los mismos centros.
Para quienes viven en centros residenciales, es fundamental que los vínculos familiares deben ser tomados en cuenta a la hora de pensar en cualquier tipo de acción referida a su permanencia o bien en el marco de la adopción.
Además, hay un tema de género presente: existen más niñas en el sistema residencial que niños. Ellas tienden a permanecer menos tiempo institucionalizadas, pero permanecen más tiempo en una misma residencia, ya que la mayoría de las niñas (57,1%) manifiesta que solo ha estado en un centro residencial.
Las razones por las cuales hay mayor institucionalización de niñas en comparación con los niños podrían estar relacionadas con las mayores tasas de violencia intrafamiliar y violencia sexual que les afecta, y que en algunos casos representan más del doble de los valores observados en niños.
Abuso sexual
Los casos de abuso sexual dentro de los centros a lo largo del país son una realidad llevada a cabo tanto por los NNA como por el personal dentro de los centros. Según un lapidario informe de la PDI dado a conocer en el año 2017, se contabilizaron 310 abusos con connotación sexual, 123 fueron cometidos por adultos, 92 en hogares gestionados por organismos colaboradores, 21 en los Cread administrados por el Sename y 10 en otros centros.
En paralelo 187 abusos sexuales fueron cometidos por otros menores, la mayor parte de ellos en residencias de organismos colaboradores para adolescentes (62% del total).
Otro 29% de esos abusos entre pares ocurrieron en centros administrados directamente por el Sename.
Servicio Mejor Niñez y la urgencia de corregir el camino
El 5 de enero de 2021 se publicó en el Diario Oficial la Ley 21.302 que crea el “Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia y modifica normas legales que indica”, que viene a reemplazar el actual Sename. Esta nueva institución llevará por nombre “Servicio Mejor Niñez” y a partir del 1 de octubre de este año iniciará su funcionamiento.
La entidad reconoce así la falla del Estado en la protección de niños, niñas y adolescentes, no obstante este no ha estado lejos de la crítica.
“Nosotros esperaríamos que exista mayor claridad y transparencia por parte del Servicio Mejor Niñez, y de todas las instituciones implicadas respecto a este cambio”, indica Sofía Aliaga, Coordinadora del Observatorio para la Confianza.
«Lo más apropiado es que se facilitara información de la oferta programática. Una de las críticas que hay también es este enfoque tan especifico según cada problema, quizás sería mejor tener una mirada más comunitaria respecto de los problemas de salud mental y sociales que tienen los niños. Hay NNA que tienen, por ejemplo, incluso cinco psicólogos distintos porque están en cinco programas diferentes», explicó.
Para Aliaga «es importante que pronto se entregue información sobre la oferta programática y que los traspasos se hagan con el tiempo que los niños merecen, estamos hablando de vidas a las que se les han vulnerado sus derechos».
Por su parte para Branislav Marelic, la creación del Servicio Mejor Niñez es una declaración del Estado diciendo que van a realizar las cosas bien, «pero no asegura que cambie nada. Lo importante es que genere una estructura que permita cambiar prácticas, que permita cambiar lógicas, ya que si va a ser un servicio con declaraciones bonitas y poderosas, pero va a seguir haciendo lo mismo, no va a cambiar nada».