En los últimos 30 años se ha duplicado la cantidad de hipertensos a nivel mundial. Así lo detalló un estudio publicado en la revista británica The Lancet. En el mismo artículo, Chile fue destacado por detener el alza de esta patología. Al culminar el mes del corazón, especialistas entregan recomendaciones para vivir con esta condición de salud.
La hipertensión arterial es una patología que tiene un tratamiento farmacológico, sin embargo, el cambio en el estilo de vida, supervisado por expertos, es clave para mejorar el bienestar y salud de quien la padece. La actividad física y la buena alimentación son claves, sin estos dos componentes el tratamiento contra esta enfermedad no está completo.
Jaime Pantoja, kinesiólogo experto en fisiología del ejercicio y académico de la Universidad San Sebastián (USS), explica que la realización periódica de actividad física es vital para empezar con un cambio en el estilo de vida. “Siempre se recomienda contar con la asesoría de un profesional y comenzar con exigencias graduales. Todo tipo de ejercicio es recomendado, lo importante es romper con el esquema sedentario y tener control médico al día”, enfatiza.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que las personas con hipertensión realicen 150 minutos de ejercicio semanal, “porque esto tiene un efecto hipotensivo en ellos. Existe evidencia de que este esquema de actividad física podría reducir la tensión arterial entre 5 a 8 milímetros de presión” puntualiza el kinesiólogo.
El especialista recomienda los ejercicios isométricos, donde hay contracción muscular. “Bien dosificados, son una excelente alternativa, sobre todo en estos tiempos de pandemia, ya que no requieren de gran espacio y preparación para realizarlos. Un ejemplo de estos son la plancha. Pero ojo, siempre es bueno recibir una evaluación previa antes, cada persona tiene distintos requerimientos y necesidades”, recalca el profesional.
Respecto a la alimentación, se debe reducir a toda costa el consumo de sal, y la forma más fácil de hacerlo es no añadirla a las comidas. “Los alimentos frescos suelen tener una concentración de sal mucho más baja que los preelaborados o precocinados, por ello siempre se debe privilegiar cocinar las propias comidas”, especifica la nutricionista Claudia Pérez, académica de Nutrición y Dietética de la USS.
¿Cómo reducir el consumo de sodio en las preparaciones? Básicamente, “se debe reemplazar el uso de la sal y usar especias o saborizantes sin sodio. Es importante no añadir sal al cocinar arroz, pasta o cereales calientes, y los alimentos enlatados deben ser enjuagados para eliminar parte del sodio”, enfatiza.
El alcohol y sustancias estimulantes como la cafeína producen un aumento de la presión arterial, por ello, se aconseja limitar su ingesta y no consumir más de dos o tres cafés al día.
Finalmente, se recomienda una alimentación lo más cercana a una dieta DASH (Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión). “Esta pauta tiene un enfoque para una alimentación saludable de por vida e incentiva a disminuir el sodio en la dieta y a incorporar una variedad de alimentos que ayudan a bajar la presión arterial, como el potasio, presente en legumbres y frutos secos; el calcio, presente en lácteos y frutos secos; y el magnesio, contenido en frutos secos y avena”, concluye la nutricionista.