«Soundscape Evaluator» y la «Calculadora de Ruido» son unas innovadoras apps desarrolladas por un equipo de profesionales del Instituto de Acústica de la Escuela de Ingeniería de la U. Austral, que buscan educar y tomar acción, frente a un problema que en el Santiago Urbano tiene a un 32,6% de su población – 2 millones de personas- expuesta a niveles de ruido inaceptables. Ambas aplicaciones buscan entender no solo desde la tecnología, sino de la percepción, que ocurre con el problema de la bulla y muestran distintas maneras para educarnos sobre la contaminación acústica y no pensar que es normal someterse a un alto nivel de ruido.
Bocinas, la construcción de edificios, la llegada de un Metro a una estación, el paso motos repartidoras o las reiteradas alarmas de ambulancias, bomberos o carabineros. Ejemplos sobran para dar cuenta que el ruido ambiental es un contaminante más que presente en nuestra realidad cotidiana, como una amenaza real para el bienestar y la calidad de vida, que tiene efectos nocivos en la salud y en la convivencia en las ciudades.
¿Somos conscientes del daño que produce el ruido urbano? O pasa que estamos tan acostumbrados al ruido que cuando escuchamos el sonido del silencio, nos asustamos y extrañamos el barullo de la urbe. Lo cierto es que el ruido genera un gran estrés y ya no son solo problemas auditivos los que pueden sufrir quienes están expuestos a ambientes molestos, sino que es mucho más extensa la posibilidad de molestias y efectos nocivos en la salud, entre ellas la pérdida de la calidad del sueño, el enojo o la ira, incluso puede ser un factor de aumento de enfermedades cardiovasculares.
El 32,6 % de la población en el Gran Santiago urbano está potencialmente expuesta a niveles de ruido inaceptables durante el día, lo que afecta a dos millones de personas.
Ante este desolador panorama, que se reproduce en muchas partes del mundo, un equipo del Instituto de Acústica de la Facultad de Ingeniería de la U. Austral, creó dos apps que sirven para tomar conciencia del impacto del ruido urbano y educar y sensibilizar sobre el impacto en nuestra salud : «Soundscape Evaluator» y la «Calculadora de Ruido»
Bajo la premisa de hacer conciencia sobre el entorno en el que habitamos y no dar por sentado el ruido como algo normal, sino que se trata de un factor estresante que provoca efectos en la salud, el equipo liderado por el doctor en Acústica y director del Laboratorio de Acústica Ambiental de la institución, Enrique Suárez, busca entender no solo desde la tecnología, sino de la percepción, que ocurre con el problema de la bulla.
Suárez, quien ha dedicado su vida a la temática, explica que los niveles de ruido en una ciudad dependen mayormente del tránsito vehicular y la locomoción colectiva. Si bien el sonido es medible mediante herramientas como los sonómetros, un punto importante es cómo las ondas no percibibles al ojo humano traen consecuencias a corto y largo plazo.
El especialista enfatiza que el ruido es un factor estresante y que los efectos del ruido son acumulativos, por lo tanto estamos frente a un tema salud pública, porque en mayor o menor medida, todos nos exponemos al ruido.
Hoy ya no son solo problemas auditivos los que pueden sufrir quienes están expuestos a ambientes molestos, sino que el Director del Laboratorio de Acústica Ambiental de la U. Austral expande la posibilidad de molestias, entre ellas la pérdida de la calidad del sueño, el enojo o la ira, junto a otros efectos indirectos como ser un factor de riesgo de aumento de enfermedades cardiovasculares las que están dentro de las posibilidades al enfrentarse a dichos ambientes.
Las actuales normas y regulaciones cuentan con mediciones objetivas para conseguir datos duros, y así establecer recomendaciones y límites para proteger la salud de la comunidad. Pero esa información no logra explicar la percepción personal que cada individuo enfrenta a diario frente al mismo sonido. Es el paisaje sonoro, el ambiente percibido por una persona en un contexto determinado, el que puede llegar a entender el impacto de los sonidos molestos y eso es lo que mide Soundscape evaluator.
La aplicación Soundscape Evaluatormide una percepción del ruido en los distintos entornos cuyo propósito es evaluar los distintos lugares y saber dónde habrá más contaminación acústica. Para ello se articuló un set de preguntas sobre la predominancia de los sonidos de la naturaleza o los producidos por las personas; y la selección de un rango en que se puede escoger si es agradable, molesto, tranquilo o monótono, entre tres opciones.
Cada evaluación va generando un panorama en diversos sectores, como puede apreciarse en los datos ingresados en el sitio oficial. Cada resultado permite juntar información para investigaciones científicas, pero el profesor Suárez cree que es una buena forma de acercar los conceptos a la población. “Cuando uno habla de decibeles se trata de un logaritmo difícil de explicar, no así la percepción que va de la mano de nuestras emociones”, señala. Suárez
Al mismo tiempo, el especialista en ruido explica que Sounscape Evaluator se utiliza de una manera muy simple, ofreciendo al usuario la oportunidad de aportar con información práctica sobre paisajes sonoros en cualquier parte del territorio y
permitiendo a través del cuestionario, “también la oportunidad de subir una fotografía y un audio de ese lugar. Te pregunta un par de cosas y si yo lo quiero publicar, aprieto el botón de publicar y esto lo manda al servidor donde está el mapa y va a aparecer un pincho donde yo hice la evaluación”.
Suarez agrega que “los usuarios pueden generar evaluaciones diferentes sobre un mismo sector y eso permitirá entender cuál es la percepción que se tiene desde distintos puntos de vista. Esta herramienta es de educación y sensibilización auditiva, que se puede usar en contextos escolares, a nivel de grupos vecinales o bien de manera individual».
«La idea es abrir la utilidad de la aplicación para efectos educacionales, por eso es que entre las principales novedades está la evaluación desde los recuerdos e incluso de paisajes sonoros, como aquellos que son creados en las películas», dice el experto.
La otra app creada por el Laboratorio Acústica Ambiental de la U. Austral es la Calculadora de Ruido de Tránsito Vehicular, que mediante el aporte de cada usuario puede medir el nivel de decibeles de un lugar.
La innovadora tecnología permite medir cuanto ruido genera el flujo vehicular de una calle – de cualquier parte del mundo- a través de datos sencillos que debe ingresar el usuario: flujo vehicular, distancia al centro de la calle, velocidad promedio del tránsito y tipo de superficie de la calle. Para entender su uso, debemos ponernos en el caso de una persona que vive en un departamento al frente de una autopista urbana. Si desea dimensionar el nivel de ruido que hay en ese espacio, tan solo debe contar los vehículos por un determinado tiempo, para así establecer parámetros.
“El mismo usuario desde su ventana, puede contar vehículos a través de una videocámara y con el conteo del flujo vehicular uno puede estimar cuál es el nivel de ruido que hay en ese lugar”, explica.
La Calculadora de Ruido tiene un carácter educativo y no pretende reemplazar mediciones o modelaciones acústicas de tránsito vehicular. Los cálculos ofrecen valores con buena aproximación, que permiten dimensionar el problema del ruido ambiental generado por el tránsito. La calculadora ha sido probada y contrastada con mediciones acústicas reales. Si bien el conteo puede sonar básico, el acto permite realizar mapas de ruido, un método simplificado a través de colores, donde cada tonalidad tiene asociado el nivel de ruido, generando una especie de mapa de calor, que distingue lugares ruidosos por tonalidades de colores.
Ambas innovaciones están disponibles para los sistemas iPhone y Android en castellano, inglés y portugués de forma gratuita y pueden ser útiles en cualquier lugar del mundo donde esté el usuario. No necesitan registrarse para usarlas, siendo apps educativas que ofrecen la posibilidad de que la gente se relacione de una manera distinta con el aprendizaje de la escucha que significa el entorno sonoro.
La experiencia de evaluación es a nivel de percepción y se puede aplicar a un entorno real inmediato o bien a un lugar que haya sido visitado en algún momento y del cual aún se tenga memoria. Incluso un paisaje sonoro simulado.