Los fuegos artificiales son un tipo de dispositivos pirotécnicos usados en distintas partes del mundo, normalmente con fines de entretenimiento o celebración. Sin embargo, sus ruidos y luces afectan a los niños con trastornos del espectro autista (TEA), quienes tienen dificultad para interpretar la información sensorial que su cerebro recibe.
El ruido de un petardo es un sonido sumamente intenso y ellos lo perciben de manera muy vívida. Algunos de ellos lo pueden sentir como si estuvieran en el medio de un bombardeo en una guerra o como si cayeran bombas al lado de ellos. Esto genera muchísimo estrés generando un gran nivel de alteración conductual y emocional. Es por ello importante identificar como padres, cuáles son las dificultades que el niño puede presentar con este tipo de celebraciones.
Si el niño tiene edad suficiente para entender, se le debe explicar el significado de las celebraciones, lo que puede ayudarle a disminuir la ansiedad, y si no tiene la edad suficiente, se le puede contar alguna historia con creatividad e imágenes. También proteger los oídos del niño o si presenta hipersensibilidad a los ruidos fuertes, tener al alcance tapones con auriculares de reducción de ruido. Es recomendable trabajar la respiración profunda, si bien necesitan aprender esta técnica para hacer frente algunos eventos de la vida, ayuda a suministrar oxígeno a su cuerpo y cerebro, ayudándolos a relajar sus músculos.
Finalmente, utilizar recursos digitales como YouTube es una gran herramienta de ayuda, donde el niño podrá ver en una pantalla los fuegos artificiales y asociar estos eventos con lo que va a pasar en la realidad. Además, se puede manipular el volumen, comenzando con bajo sonido e ir aumentando gradualmente e ir aumentando la intensidad de a poco.