Con la llegada de fin de año, muchos comienzan a planear sus días de desconexión y relajo. Más allá de la ilusión que esto pueda significar, lo cierto es que las vacaciones son clave para nuestra salud, recargar energías y funcionar el resto del año.
En un mundo cada día más acelerado, donde tenemos dificultades para centrarnos en el presente y el estrés crónico es un fantasma para muchas personas, la importancia de hacer una debida pausa de las obligaciones habituales resulta fundamental.
Así lo explican Ester Laherrán y Constanza Labarca, psicólogas del equipo de salud mental de Clínica Bupa Santiago, quienes nos entregan recomendaciones para tomarse vacaciones de manera real y efectiva.
“El descanso aumenta la capacidad de producción a corto y largo plazo. Además, es beneficioso para el bienestar emocional de las personas. Al hacer pausas en el ritmo laboral disminuyen problemas como la ansiedad, el insomnio y bajan los conflictos familiares”, argumentan las psicólogas.
«Las pausas permiten desconectarse del quehacer diario, controlar los niveles de estrés y son un recargo de energía. Así, las vacaciones tienen un papel protector importante contra la depresión y ayudan a tener emociones más positivas, lo que se refleja en una mejor productividad, creatividad y vinculación con otras personas”, agregan.
Según explican las especialistas, lo recomendable para lograr una buena desconexión, es tomarse 15 días hábiles, es decir, tres semanas seguidas, pero esto va a depender de cómo la persona viva sus días de descanso.
Junto a esto, señalan que lo ideal es realizar actividades que no se pueden hacer por la rutina laboral y que sean placenteras para la persona, como por ejemplo dormir hasta un poco más tarde, realizar manualidades, salir a caminar, leer, entre otras cosas que nos generan placer, pero que por falta de tiempo no se pueden hacer durante el ritmo habitual.
“En este sentido es bueno evitar responder mails, entrar a internet por asuntos laborales o realizar llamadas a personas que tengan relación con el trabajo. En síntesis, desconectarse, pero de verdad”, sostienen.
Ahora, ¿cómo saber cuándo una persona necesita vacaciones? Según Ester y Constanza, el trabajador comienza a sentirse física y mentalmente más cansado. Producto de esto puede cambiar el estado de ánimo, estar más irritable, impaciente, olvidadizo y menos productivo.
No obstante, las expertas aclaran que esta sensación es completamente normal, especialmente en el último tramo del año, cuando a nuestras responsabilidades se le suman otros eventos y preocupaciones que pueden causar estrés adicional.
“También hay que poner atención cuando aparecen problemas de sueño o molestias físicas como gastritis, jaquecas y fatiga, porque pueden ser reflejo de la tensión. Debemos ser conscientes y escuchar a nuestro cuerpo, ya sea para hacer una pausa o buscar herramientas que nos ayuden a lidiar de manera saludable con el estrés”, aseguran.