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Especialistas advierten que la tuberculosis no se ha erradicado y que es un problema en aumento Salud

Especialistas advierten que la tuberculosis no se ha erradicado y que es un problema en aumento

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La pandemia provocó un retroceso en el control de esta enfermedad, dado que todos los esfuerzos durante el último tiempo se han centrado en el COVID-19. En este contexto, muchas personas dejaron de consultar ante síntomas, por lo que hoy los diagnósticos se están dando ya en etapas muy avanzadas. Expertos del área de la salud señalan que hay factores de riesgo que incrementan la posibilidad de enfermar, entre ellas, la pobreza y vivir en condiciones de hacinamiento.


Ya en octubre de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo había advertido. En su informe anual, el organismo internacional advirtió que las muertes por tuberculosis aumentaron por primera vez en una década por efecto del COVID-19, estimando que la pandemia provocó una caída del 18% en los nuevos casos diagnosticados y más de 1,3 millones de víctimas.

El mismo año, en Chile 2.300 casos fueron identificados. “A partir de 2015, hay un pequeño quiebre de incremento, muy levemente, y de ahí ha ido un incremento leve pero constante”, dice Olivia Horna, académica del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. “Hemos tenido un pequeño retroceso que se visualiza desde ese año porque hay un pequeño incremento desde ahí y que posiblemente, sin duda ahora con la pandemia, con el COVID-19, que prácticamente centró la atención en esta emergencia nacional, hizo que muchas de las enfermedades queden un poco desatendidas”, agrega.

Por su parte, el broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Felipe Rivera, señala que “la pandemia provocó que no se hiciesen los exámenes adecuados para buscar otro tipo de enfermedades, ya que todos los esfuerzos llegaron a tratar de comprender, tratar y manejar el COVID. Por lo tanto, tenemos una epidemia de cáncer de pulmón, de mamas y tenemos mucha tuberculosis porque no se hicieron las pesquisas como se hacía dos o tres años antes”.

Aunque para muchos y muchas la tuberculosis era una enfermedad del pasado, que vivieron o padecieron abuelos y abuelas, sigue estando entre nosotros. De hecho, es lasegunda enfermedad infecciosa que cobra más muertes en el mundo, después del COVID-19. La pandemia revirtió los esfuerzos y logros para controlar esta infección conseguidos durante décadas no solo en Chile, sino que también en el mundo. Según cifras, se producen casi 10 millones de casos nuevos anualmente y cerca de 1,4 millones de fallecimientos cada año a nivel global.

Pandemia y otros factores

El fenómeno se debe primero a la coyuntura de la pandemia, dado que no se hicieron las pesquisas suficientes. Sin embargo, el doctor Rivera indica que hay una serie de otros factores que influyen en que hoy se enfrenten diariamente a pacientes con cuadros graves, diagnosticados en etapas tardías. “Hablar de tuberculosis en el mundo es hablar de bolsones de pobreza, de hacinamiento y de poblaciones que están sin las medidas adecuadas para tratarse o para manejar enfermedades infectocontagiosas. Uno de los puntos que han ocurrido es grandes desplazamientos de gente de sitios con alta incidencia de tuberculosis a otros países y, lamentablemente, las condiciones a las que llegan a otros países es de bolsones de pobreza, hacinamiento, y entonces se contagian entre ellos”, explica.

Olivia Horna, en tanto, plantea que si bien la migración es un factor, que se ha observado no solo en Chile, sino que también en otros países desarrollados que tenían la tuberculosis controlada, son las condiciones de vida que tiene el país que los recibe las que entran en juego y las que impactan también en el desarrollo de vida de quienes migran. “Esa persona, con las condiciones de vida que tiene en el país de acogida, donde hay muchos retrasos en los procesos migratorios, en que encuentre trabajo, una vivienda, en todas las condiciones de vulnerabilidad, hace que en algunos de ellos desarrollen la enfermedad de la tuberculosis, y es por eso que se incrementan las tasas en este grupo”, plantea. En este sentido, afirma, “no es culpa de los migrantes, sino que son las condiciones de vida en el país de origen que hacen que la enfermedad se desarrollé”.

Otro factor es el Sida, porque tiene un porcentaje enorme de frecuencia de contagiarse y enfermarse con tuberculosis. “Si un individuo inmunocompetente, previamente sano, llega a contactar un bacilo de tuberculosis tiene la posibilidad de alrededor de un 10 por ciento los dos primeros años de enfermarse. Puede contagiarse, pero no enfermarse. Mientras que un paciente con Sida tiene un 50 por ciento de posibilidad de desarrollar la enfermedad”, apunta el doctor Rivera.

Además, explica que se ha visto una mayor incidencia en grupos de personas mayores. “También estamos tratando más gente con inmunosupresores, estamos teniendo más diabéticos, más gastrectomizados por cáncer gástrico y otras razones, también eso aumenta la incidencia de tuberculosis”, sostiene.

¿Qué hacer?

La profesora Horna plantea que la estrategia más importante es la búsqueda activa de casos. No obstante, advierte que “no solamente la búsqueda de contactos en los domicilios, porque obviamente siempre van a haber casos en el domicilio, pero también hay que recordar que las personas pasan más de ocho horas trabajando. Es importante y clave buscar en lugares de ocio, como gimnasio y otros, donde las personas pudieron moverse pensando que era un resfriado y no tuberculosis”.

Finalmente, el broncopulmonar Felipe Rivera señala que es relevante entender que la tuberculosis “no se ha erradicado, es un problema latente, vigente y en aumento. Por lo tanto, todo paciente sintomático respiratorio, aquel que tose más allá de dos semanas, que pertenece a grupos de riesgo, debe ser pesquisado y descartada la enfermedad”.

El facultativo agrega que se debe pesquisar y realizar buenos tratamientos. “Todos, aunque sea particular, Isapre, Fonasa, van todos al consultorio, a una oficina que es especial de tratamiento de tuberculosis y se le da el tratamiento supervisado, vigilado y prolongado. Y, con eso tenemos más de un 90 por ciento de esperanza de curación”, concluye.

 

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