Recientemente, el Instituto de Investigación de Operaciones y Ciencias de la Gestión (INFORMS, por su sigla en inglés) entregó al Gobierno de Chile el prestigioso galardón Franz Edelman, premio que distingue las aplicaciones de la analítica más destacadas y de mayor impacto en el mundo. Entre los finalistas de este año se encontraban General Motors, una de las compañías automotrices más grandes del mundo; la Oficina del Censo de Estados Unidos; el gigante asiático en comercio electrónico Alibaba y la farmacéutica Johnson & Johnson, que se presentó en conjunto con el equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Entre los ganadores de versiones anteriores, en tanto, se encuentran el Programa de Distribución de Alimentos de las Naciones Unidas, Intel, El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos y Hewlett Packard. Se trata de una distinción que data de 1972 y en sus 50 años de historia, se estima que los finalistas acumulan un impacto cuantificado en más de 360 billones de dólares.
El proyecto con el cual obtuvimos el premio se basa en cuatro iniciativas construidas a partir de la ingeniería y la ciencia para apoyar la toma de decisiones frente a la pandemia:
La pandemia de Covid-19 golpeó fuertemente a Chile y el costo en vidas es inconmensurable. Las iniciativas antes descritas son un ejemplo de cómo la investigación científica multidisciplinaria y la colaboración entre Gobierno, universidades y empresas privadas puede tener un impacto positivo para reducir los impactos trágicos de esta crisis sanitaria. El éxito de estas iniciativas no es casualidad. Ciertamente, el sentido de urgencia ante la magnitud de la crisis vivida y el trabajo incansable del personal de salud son un factor fundamental. Pero también lo es la formación de capacidades para ponerlas a disposición de las necesidades del país.
Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile y el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) son un ejemplo de instituciones que han desarrollado dichas capacidades por años. A la distinción de este año, se suma la de 1998 obtenida por los académicos de Ingeniería Industrial, Rafael Epstein y Andrés Weintraub, por el impacto en el desarrollo de soluciones para la industria forestal. Este mismo grupo, además, fue finalista el año 2011 con aplicaciones de transporte marítimo y el 2016, con la programación del campeonato del fútbol profesional.
En su historia, la distinción Franz Edelman se ha otorgado solo a dos equipos de investigación en Latinoamérica y los dos han estado integrados por investigadores de Ingeniería Industrial de la U. de Chile. De aquí que no es casualidad que el reciente premio obtenido por Chile haya sido liderado por académicos de Ingeniería Industrial de la U. de Chile. Varios de nosotros fuimos alumnos de los profesores Epstein y Weintraub y fue el galardón Edelman del año 1998 lo que nos motivó a seguir una carrera académica cuando, en ese entonces, éramos alumnos de ingeniería.
Creemos firmemente que desde Chile se puede hacer investigación de primer nivel y que parte de ella es posible de transferir a aplicaciones que mejoren la productividad o el bienestar de los ciudadanos. Esperamos que el premio Edelman sea un hito más de un camino que traiga más oportunidades para sacar lo mejor de todos los que pueden aportar al desarrollo tecnológico del país. La revolución de herramientas de Inteligencia Artificial en la industria y el sector público ha abierto una tremenda oportunidad en las ciencias de la ingeniería para desarrollar innovaciones basadas en tecnología para mejorar la productividad y eficiencia en las organizaciones.