Es importante un reconocimiento público y nacional de esta dolencia para combatir su desconocimiento, siendo la educación un factor fundamental. “Lo cierto es que la mayoría de las personas con esta enfermedad puede llevar una vida completamente normal”, plantea especialista.
¿Sabías que en Chile existen más de 18.000 personas que sufren síndrome de Tourette? Esta enfermedad neurológica, se caracteriza por la presencia de movimientos repetitivos y/o de sonidos lingüísticos indeseados, denominados tics, los cuales son difíciles de controlar por parte de los pacientes.
Según Álvaro Romero, neurólogo de Clínica Indisa y experto en esta afección, “usualmente los tics se inician entre los 2 y los 18 años, con un promedio de inicio a los 6 años. Por su parte, los hombres tienen cuatro veces más posibilidades de presentar esta enfermedad que las mujeres”
Lo primero a tener en cuenta es que el proceso de diagnóstico se basa en la información recabada en la consulta neurológica acerca de los signos y síntomas, “no hay un examen o prueba específica para su diagnóstico”, comenta el Dr. Romero.
Dado esto, los especialistas se basan en ciertos criterios médico-neurológicos para hacer el diagnóstico.
“El primer síntoma más habitual es un tic facial, como muecas, parpadeo, contracción nasal, etc., que posteriormente son reemplazados o agregados por otros tics del cuello, del tronco y de los miembros, así como los tics fonatorios”, precisa el especialista.
Los pacientes con síndrome de Tourette pueden presentar tics motores y vocales, que pueden ser simples o complejos. Los tics simples consisten en movimientos de grupos musculares aislados, mientras que los tics complejos conllevan una serie de conductas motoras y de sonidos.
Tics motores
Tics vocales
El tratamiento tiene como objetivo disminuir los tics y mejorar el área cognitiva, fonoaudiológica y psiquiátrica que provoca el síndrome de Tourette. “Estos tratamientos van desde el uso de medicamentos que mejoran la dopamina hasta aquellos que inhiben la actividad muscular (botox), así como el uso de medicaciones para déficit de atención y/o antidepresivos”, puntualiza el Dr. Romero.
Asimismo, se realiza un proceso de rehabilitación kinesiológica, fonoaudiológica y psicoterapéutica. También existe en forma complementaria, el uso de procedimientos quirúrgicos de implantación de electrodos de estimulación profunda.
Según el neurólogo, “las familias son parte clave en el proceso tanto diagnóstico como de rehabilitación del paciente, por lo cual el neurólogo tratante debe explicar en forma detallada la enfermedad como sus síntomas, así como los tratamientos a seguir”.