Iniciativa busca investigar si la ocurrencia de temperaturas extremas tiene efectos sobre las consultas ambulatorias y hospitalarias de pacientes de la Región Metropolitana. El estudio analizó una década completa de registros clínicos anonimizados.
La pandemia reforzó la importancia de que los servicios de salud se adelanten y preparen para los eventos críticos en materia sanitaria. El éxito de esta tarea depende en gran parte de conocer los factores estacionales y de riesgo, así como de optimizar la capacidad predictiva de los sistemas.
Este es el principal aporte del estudio sobre Cambio Climático y Salud que está llevando adelante Bupa Chile, junto al Centro de Cambio Global de la Pontifica Universidad Católica de Chile, Microsoft Chile y la Embajada Británica, quienes realizan una investigación sobre las consecuencias del cambio climático en la salud de las personas y que ya cuenta con los primeros hallazgos.
Tras analizar los registros clínicos anónimos de más de 6.600 pacientes mayores de 65 años diagnosticados con alguna enfermedad del sistema circulatorio de la red de salud durante la última década, se constató que las temperaturas mínimas y máximas influyen en la ocurrencia de determinados episodios clínicos, lo que permite mejorar la capacidad predictiva de los centros de salud y prepararse para gestionar de mejor forma estos eventos.
“Sabemos que la salud de las personas está íntimamente relacionada con la del medio ambiente”, señaló Pamela Contador, gerente de Asuntos Corporativos y de Sostenibilidad de Bupa Chile.
«Diseñamos un estudio que, respetando y cumpliendo con los estándares de seguridad y cuidado de los datos, nos permitiera ver cómo está impactando el cambio climático en la salud de la población y nos entregará información valiosa que contribuya al diseño de mejores políticas públicas basadas en evidencia”, explicó.
Por su parte, Luis Abdón Cifuentes, director de Greenlab y académico del Departamento de Ingeniería Industrial y de Sistemas de la Universidad Católica, destacó que “nunca antes habíamos tenido una evidencia a nivel de pacientes que nos permitiera conocer el impacto que los cambios medioambientales están teniendo en la salud de los chilenos».
«La especificidad de este estudio y la cantidad de data recopilada permite que sea una extraordinaria herramienta complementaria para la generación de políticas públicas con foco en la salud de las personas”, sostuvo.
Utilizando análisis estadísticos en base a modelos internacionalmente probados para el manejo confidencial e interpretación de la data, los investigadores analizaron la relación entre las visitas a centros de salud (ambulatorias, urgencias y hospitalizaciones) de los pacientes anónimos estudiados y la temperatura diaria máxima, media y mínima en Santiago.
Así, consideraron los registros clínicos asociados a más de 160 mil visitas a distintos centros de salud de la red de Bupa Chile en la Región Metropolitana durante la última década (2012-2022).
En ese escenario, los registros clínicos constituyen una importante fuente de información, al consolidar la información del paciente para los eventos ambulatorios, hospitalarios y de urgencia, permitiendo relacionar múltiples eventos en diferentes momentos, considerando también el impacto de las comorbilidades presentes.
Ignacio Pilasi, gerente de Empresas y Ecosistemas Digitales para Sudamérica de Microsoft, comentó que a través de este trabajo esperan «ser un aporte al sector y apoyar a la resolución de problemas diarios, así como a mejorar su eficiencia, pues estamos convencidos de que la tecnología es un habilitador”.
Al analizar los datos, se observó que, en los días posteriores a temperaturas mínimas bajas -o más bajas de lo normal-, se registra un aumento de visitas a los centros de salud. Este aumento se mantuvo incluso controlado por el efecto de la contaminación atmosférica, por lo que existe mayor confianza de que el aumento esté asociado específicamente a la temperatura.
“Pudimos observar que, en los días posteriores a una mínima extrema, las visitas a centros de salud de los pacientes con alguna patología relacionada al sistema circulatorio aumentaron”, señaló Paulina Gómez, directora médica Corporativa de Bupa Chile.
«Desde el punto de vista de la gestión clínica, este tipo de información es muy útil, pues nos permite adelantarnos a eventos que sabemos que van a ocurrir, preparar los servicios de urgencias y manejar de mejor forma los peaks”, agregó.
La investigación continuará durante los próximos meses, con el fin de profundizar en nuevos hallazgos y detalles adicionales de cómo está afectando el cambio climático a la salud de la población.