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Socavones en el norte: especialistas explican sus posibles causas y cómo detectarlos con anticipación Sustentabilidad

Socavones en el norte: especialistas explican sus posibles causas y cómo detectarlos con anticipación

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El gigantesco socavón que apareció hace unas semanas en la zona minera de Tierra Amarilla ha levantado las alarmas en la comunidad local. La ONEMI decretó Alerta Temprana en la zona y el viernes pasado el Presidente Boric llegó a la localidad para encabezar una reunión técnica. Frente a esta situación, expertos explican la ocurrencia de estos eventos y si es posible prevenirlos.


El socavón ocurrido recientemente en Tierra Amarilla, comuna del Norte Chico ubicada a 15 kilómetros de Copiapó, en la Región de Atacama, es el más grande que se ha registrado en el país en el último tiempo.

La comunidad de la zona, cuya principal fuente de ingresos proviene de la minería, está en alerta tras la impresionante magnitud del evento registrado hace unas semanas: 32 metros de diámetro y 64 metros de profundidad. Advierten, además, que ha aumentado su tamaño al doble.

Ante esto, la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) decretó Alerta Temprana Amarilla en la zona por la amenaza de subsidencia, es decir, el riesgo de que aparezca otro agujero. En tanto, el viernes recién pasado, el Presidente Gabriel Boric llegó a la zona y anunció que sostendrá una reunión técnica con autoridades y especialistas para analizar el fenómeno y garantizar la seguridad de la comunidad.

Respecto a este fenómeno, el profesor Felipe Ochoa, académico del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, explica que un socavón es un accidente de terreno que corresponde a la expresión final de un proceso lento y silencioso que puede estar mucho tiempo sin evidenciarse.

“Un socavón es un accidente de terreno que, previo a evidenciarse como el colapso de una masa dentro de una oquedad, es una masa de suelo/roca que disminuye su masa y autosustentabilidad, generalmente por un tiempo considerable, ya sea por disolución, lavado o excavación de la masa de material de roca o suelo bajo la superficie del terreno», indica.

Lo peligroso, agrega, «es que la oquedad que se forma queda tapada por una capa en superficie del mismo material, un pavimento, o un radier, quedando una estructura colgante, la cual eventualmente colapsa por gravedad o sobrecarga dentro de la oquedad que se forma”.

¿Por qué se producen?

El especialista asegura que las causas pueden ser naturales o producidas por actividades humanas. En el caso más reciente, el de Tierra Amarilla, la comunidad local advierte que sería por la actividad minera de la zona.

“Los socavones pueden producirse como resultado de eventos naturales, así como también inducidos por acciones humanas. En ese contexto, actividades que la humanidad realiza en profundidad, como minería, construcción, entre otras, pueden tener efectos».

Por su parte, Linda Daniele, académica del Departamento de Geología de la misma unidad académica de la U. de Chile, plantea que los socavones se producen principalmente por situaciones antrópicas, es decir, por la actividad humana. En esta línea, indica que estos eventos suceden cuando se modifican los equilibrios hidrodinámicos entre dos acuíferos superpuestos.

“Los cambios que ocurren en el subsuelo afectan a la estabilidad de la litología y de las aguas que están ahí, y en lo ocurrido en Tierra Amarilla claramente se ha abierto una conexión entre el agua más superficial y la roca que hospedaba el agua más profunda. Se ha generado un desequilibrio hidrodinámico entre los dos acuíferos por la actividad humana ejercida que ha llevado a un colapso de la parte superior”, explica Daniele.

En la zona norte del país, afirma, ya se han registrado eventos similares anteriormente, y lo más probable es que vuelvan a ocurrir.

“No es la primera vez que pasa en este mismo lugar, y lo más probable es que no sea la última ocasión, pues cuando se modifica el subsuelo, se alteran las propiedades de la roca, creando inestabilidad que -con las variaciones en el agua- generan un desequilibrio que se puede trasladar hasta la superficie, como este gran socavón”, agrega la académica.

La expectación que ha producido el último evento registrado en el norte de Chile ha relevado la preocupación de si un evento así puede ocurrir en pleno Centro de Santiago, como el ocurrido en 2020 en la Alameda, y si es posible predecirlos.

“Existen varias evidencias que podrían hacer sospechar de la existencia de un socavón. En ese contexto, evidencias de depresión del terreno pueden ser una observación previa a la ocurrencia de un socavón. Esta depresión es con respecto al terreno circundante, así como también un aumento sostenido de dicha depresión en el tiempo”, dice el doctor Ochoa.

Ahora, en terrenos naturales, donde existen grandes cuerpos de agua, muchas veces se observan bajas significativas en los niveles de agua de ese sector, lo que podría atribuirse a existencias de socavones en el sector.

Reparación del terreno 

Una de las dudas que surge ante la impresionante visión de estos agujeros es si se pueden reparar o quedan así para el futuro. “Antes de definir un plan de acción para reparar un socavón, lo primero que se debe realizar es un análisis que permita identificar las causas que originan el socavón, así como también definir si el socavón podría seguir creciendo»,  precisa el experto.

En ese sentido, esto estará determinado por los tamaños involucrados, así como por los recursos disponibles para que una correcta reparación pueda ser realizada.

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