Según el futurista Frank Diana, de Tata Consultancy Services, la pandemia ha acelerado tecnologías, tendencias y demandas, que ya asomaban, y que habrían surgido de todos modos en las sociedades modernas.
La expansión de la vacunación y la suspensión de las principales medidas de aislamiento asociadas a la pandemia hicieron que muchas empresas de todo el mundo volvieran a sus oficinas. Sin embargo, la flexibilidad es una tendencia que ha llegado para quedarse y hoy la gran mayoría opta por formatos de trabajo híbridos que combinan el modo presencial y el remoto.
Según una encuesta realizada por la firma Mercer Marsh Benefits, el 70% de las empresas chilenas indican que están trabajando en formato híbrido, el 15% en teletrabajo y el 15% en modo presencial.
Los expertos coinciden en que con la adopción del trabajo híbrido, se debe replantear el papel de las oficinas. Esto implica no sólo cambios en las formas de relacionarse en este espacio, sino también en su arquitectura, para pasar de lugares diseñados para el trabajo individual, a lugares diseñados para la colaboración y el trabajo en equipo. Así lo afirma Frank Diana, futurista de Tata Consultancy Services (TCS).
«Está claro que las empresas cambiarán la forma de realizar reuniones. Algunos cambios estarán asociados al propio lugar de trabajo y a cómo los diseñamos, y otros serán una evolución de la tecnología y de cómo podemos reunirnos mejor y sentir que interactuamos en el espacio de trabajo, a pesar de que podamos estar trabajando desde cualquier lugar».
Algunas empresas están implementando oficinas lúdicas con espacios abiertos y áreas de relajación. Pero Diana reflexiona que el replanteamiento del espacio de trabajo se está produciendo «menos en términos de diversión y juego, sino que en diseños que incentiven el regreso y apoyen la colaboración». En ese sentido, los espacios de trabajo pueden parecerse más a los hogares, “quizás tener chefs que cocinen para los empleados en estos entornos u opciones de delivery que lleven la comida favorita directamente a la oficina», dice.
Otro de los principales cambios, según Diana, tiene que ver con la adaptación tecnológica para incorporar el modelo híbrido a la propia oficina y así integrar a quienes trabajan desde casa, o en el extranjero. «Las oficinas serían un escenario más híbrido en el que el espacio está adaptado no sólo para las personas que están allí, sino también para que las personas que están trabajando en otros lugares puedan participar de forma mucho más efectiva», explica.
Según el experto de TCS, el uso de tecnologías de realidad virtual aplicadas al trabajo se ha acelerado en los últimos años. Una tendencia que, según él, podría profundizarse en el contexto del trabajo a distancia.
«La pandemia ha simplemente acelerado las tecnologías subyacentes que llegarían en algún momento. Por ejemplo, la realidad virtual, y las experiencias inmersivas en el metaverso desarrolladas para que podamos trabajar desde cualquier lugar, pero sentir que estamos en el entorno en el que estaríamos si estuviéramos en la oficina. Se espera que la aceleración de estas tecnologías inmersivas cambie por completo nuestra forma de interactuar, ya sea en el trabajo, en la educación o incluso en la vida social», explica.
Sin embargo, según Frank Diana, la flexibilidad también presenta algunos retos para las empresas y los empleados. «Los padres que trabajan y los trabajadores que cuidan a los ancianos son sólo algunos ejemplos de cómo la flexibilidad nos permite estar más centrados en las personas, incluso en nuestros propios hogares. Es una fuerza motriz que nos acompañará», señala el experto.
«De mantenerse el teletrabajo, los problemas potenciales son, por ejemplo, el aislamiento que podría derivarse de esto y la exacerbación de los problemas de salud mental. Estas son consecuencias negativas que podrían surgir al mismo tiempo que la flexibilidad trae cosas positivas», sostiene.
A pesar de que la salud mental no es un tema nuevo, la respuesta empresarial a ella ha cambiado en los últimos años para pasar a un enfoque más centrado en las personas. «Espero que la noción de experiencia de los empleados sea tan importante como la experiencia de los clientes, o de cualquier parte interesada. La atención que las organizaciones prestarán a los trabajadores será mucho más intensa, como debe ser. Eso no va a desaparecer», concluye.