Chile tiene una tasa de cobertura de atención primaria promedio cercana al 50%, que desciende casi al 40% en el caso de hombres jóvenes, mientras que países que son referentes internacionales en el desarrollo y la calidad de la salud superan el 65%.
Un informe sobre eficiencia en la gestión de la salud primaria (APS), elaborado por la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, sugirió que la incorporación de tecnologías de información y comunicación en salud SALUD “pieza clave” para que el sistema sanitario aborde los actuales y futuros desafíos del sector.
Actualmente, el 70% de los egresos de urgencia de atención secundaria son resultado de las brechas en la atención primaria. El reporte recuerda que la OCDE considera la adopción tecnológica como una pieza clave de un sistema de APS eficiente.
Francisco León, subdirector de Transferencia del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS), quien participó del estudio, explicó que si Chile busca avanzar en el fortalecimiento de su atención primara ésta debe basarse en las necesidades particulares de cada población, aunque hoy el sistema desconoce con precisión cuáles son estas.
“Si no conocemos cuáles son los requerimientos de los usuarios es muy difícil que podamos entregar lo que demandan. Las tecnologías representan una enorme oportunidad de gestionar todos esos cambios, pero para eso necesitamos mirar este proceso como una inversión y no un gasto”.
El estudio , que se realizó entre septiembre de 2021 y mayo de 2022, describe que la atención primaria de salud es la puerta de entrada al sistema sanitario.
Sus resultados fueron entregados al Presidente Gabriel Boric, con el propósito de ofrecer recomendaciones de política pública orientadas a apoyar una mayor cobertura, calidad, capacidad de prevención y lograr una mayor eficiencia del gasto público en el sector.
“Uno de los mayores aprendizajes de la pandemia es que la salud basada en las personas está cada vez más cerca. Hace años que esto se venía materializando, pero en los últimos tres años se rompieron muchos de los temores que el mundo sanitario tenía sobre las tecnologías de información”, añadió el especialista.
El Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud es un organismo creado al alero de la Corfo para impulsar el cierre de brechas a nivel local para la transformación digital de la salud. Hoy apoyado por la Agencia Nacional de Investigación, el organismo es integrado por cinco universidades.
Su directora ejecutiva, May Chomali, señaló que Chile necesita acelerar el uso de nuevas plataformas y herramientas para ofrecer una salud de mejor calidad y acceso.
“La evidencia es hoy lo suficientemente reveladora como para no empujar este desafío como una política pública de largo plazo. La OMS, por ejemplo, insta a los Estados a consolidar planes estratégicos que promuevan la infraestructura necesaria para materializar la transformación digital de los sistemas sanitarios”, puntualizó.
La eficiencia de un APS tiene como principal indicador su nivel de cobertura. En Chile, de acuerdo a estimaciones de Fondas, la tasa es en promedio del 50%, una cifra que cae por debajo del 40% para jóvenes y adultos, especialmente hombres.
El informe plantea que una vía para fortalecer la cobertura y generar ahorros al sistema es mediante la detección precoz.
León coincide con el informe en relación a que disponer de una mayor y mejor infraestructura preventiva y resolutiva en la comuna también implica una menor tasa de hospitalizaciones evitables.
Para el especialista, la APS es el eje crucial del sistema en materia de prevención, promoción y seguimiento de las enfermedades en el transcurso de la vida de las personas.
Según un estudio realizado por la misma Comisión en el marco del reporte, una de cada tres hospitalizaciones evitables termina con la persona fallecida y estas en conjunto generan un gasto anual a nivel hospitalario equivalente al 10 % del presupuesto de APS para 2022 (alrededor de 300 millones de dólares).
“Las nuevas plataformas pueden ser fundamentales en captar a ese usuario, tenemos que seguir innovando porque ahí hay una gran brecha. Dos aspectos en los que esto se percibe son la captura de pacientes y la adherencia”, añadió León.
Esto podría ser un aspecto crítico en el contexto del envejecimiento de la población y la creciente cantidad de individuos que vivirá con condiciones crónicas en las próximas décadas, “el principal desafío de los sistemas de salud en el mundo”.
A nivel local, la Encuesta Nacional de Salud de 2017 reveló que 11 millones, o seis de cada diez chilenos, viven con dos o más enfermedades crónicas simultáneas.
El estudio detalla que, a nivel de egresos anuales, las hospitalizaciones evitables representan cerca del 11 %, y utilizan alrededor del 20 % de los días-cama.
El 20 % de días-cama utilizados por estos casos equivale al uso promedio de días-cama de 69 mil egresos quirúrgicos programados, cercano al 25 % de los casos en lista de espera quirúrgica a noviembre de 2021.
Las estadísticas, en contraste con otros países miembros de la OCDE, muestran que en Chile no solo hay hospitalizaciones caracterizadas como “evitables” por causa de enfermedades crónicas, sino también por situaciones agudas de baja complejidad (un 56 % del total).
Entre sus recomendaciones, el reporte expone que una mejor infraestructura de la APS, entre la cual es posible incluir plataformas digitales, podría reducir en casi un tercio las hospitalizaciones evitables.
Para esto, la Comisión sugiere que el país debe avanzar en interoperabilidad y también en plataformas para el cuidado remoto, seguimiento y monitoreo de los usuarios.
Por otro lado, asegura que los equipos TIC en salud empoderan a las personas sobre su cuidado personal.
La utilización de aplicaciones móviles que promueven la autogestión de las patologías (recordatorios, tareas y otros) fomenta los comportamientos saludables, afecta de forma positiva los resultados clínicos y mejora directamente la autoeficacia de los pacientes.
“La receta es clara: necesitamos tener datos. Con esto, podemos utilizar ciencia de datos para convertir ese dato en información, y la información en conocimiento para mejorar la salud de las personas. No nos hemos dado el tiempo necesario para construir ese dato y sin eso no podemos construir el conocimiento”, subrayó Francisco León.
El estudio cita los casos de Canadá (donde el 97% de los pacientes con cuidado remotos de nivel primario lo recomienda) y Dinamarca (el 72% que recibe telemedicina mejora su percepción de seguridad del tratamiento) como referencias para avanzar en este foco.
El informe reconoce que el sistema de salud local ha tenido avances significativos en las últimas décadas, entre ellos la reducción de la mortalidad infantil y materna, la malnutrición en menores de cinco años de un 63% a un 0,5% en 70 años, y el aumento de la expectativa de vida de 50 a 80 años (un año más que Estados Unidos).
Pese a ello, la atención primaria local muestra brechas en recursos humanos, cobertura, competencias, infraestructura, entre otros, donde “existen amplios espacios de mejora”, para lo cual presenta un conjunto de 56 hallazgos y 35 recomendaciones para impulsar mejoras sustanciales “en la gestión, infraestructura y financiamiento” para un sistema de salud robusto que favorece “el desarrollo y mejoramiento del bienestar de las personas”.
León expuso que el reporte da cuenta de que existe un problema de eficiencia, asociado a la estratificación de riesgos y que esto podría ser resuelto con un mayor uso de las tecnologías disponibles. En su análisis, ya no resulta “lógico” que el sistema entregue los mismos “paquetes” de salud estandarizados para todos los individuos
Recientemente, el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud alertó sobre un freno a uno de los mayores avances de soluciones tecnológicas en el país, como lo fue durante la pandemia la telemedicina. Durante la emergencia, el organismo había valorado el mayor uso de nuevas plataformas, principalmente las asociadas a atención remota de pacientes.
Chomali expuso que “si bien los acontecimientos de los últimos tres años abrieron una ventana de oportunidad para su implementación, estamos dando paso a una etapa de ralentización de los avances. No podemos volver a los enfoques tradicionales que marginan las nuevas tecnologías como un vehículo fundamental para la labor de los profesionales y técnicos de la salud”.
Una de las últimas acciones impulsadas por CENS ha sido una alianza con Pro Salud Chile para dar inicio a un programa con el objetivo de preparar soluciones tecnológicas que en el largo plazo puedan implementarse en centros sanitarios públicos y privados.
La iniciativa busca abrir un espacio para el diseño de proyectos innovadores y que puedan ser validados o piloteados en prestadores en sus fases iniciales de desarrollo