Una de cada dos personas sexualmente activas tuvo o tendrá alguna de las 200 cepas del virus: 40 de ellas atacan al área genital y pueden producir diversas enfermedades, hasta cáncer. Se transmite con tanta facilidad por contacto de piel, besos y/o relaciones sexuales que, debido a las proyecciones para los próximos años, la OMS lidera una estrategia enfocada en la prevención, detección y tratamiento oportuno.
Sólo dos vacunas pueden prevenir el cáncer: la de Hepatitis B y la del Virus del Papiloma Humano, VPH o HPV según sus siglas en inglés o castellano. La vacunación y la Educación Sexual Integral (ESI) constituyen así dos de los pilares fundamentales para abordar un “tema preocupante” para la comunidad médica mundial.
“Es muy importante hablar del tema porque es un virus sexual que tiene casi 200 cepas y de estas, 40 atacan al área genital, 14 de ellas son de alto riesgo y dos de ellas son las que más enfermedades produce”, explicó el médico, ginecólogo y presidente de la Federación Internacional de Colposcopia y Patología Cervical (IFCPC), Carlos Pérez Moreno, durante el 19° Seminario de Periodismo en Ciencia y Salud organizado por MSD y realizado en Buenos Aires.
Andrea Schilling, médica Ginecoobstetra especialista en ginecología infanto-juvenil y representante chilena en la charla “Cánceres asociados con el VPH: ¿cuál ha sido el impacto de la prevención?”, partió por subrayar la preocupación en torno a la transmisión del virus debido a su frecuencia.
“Uno de cada dos adultos sexualmente activos puede adquirirlo, lo tuvo, lo tiene o lo tendrá, por esa frecuencia es un virus del que hay que hablar, además el 50% termina en cáncer y esto depende de cómo nos encuentra en cuanto a nuestro sistema inmune y riesgos individuales”, destacó la especialista, quien además agregó que fumar “aumenta todos los cánceres del papiloma humano, y no los conocemos todos”.
Más del 95% de los casos de cáncer de cuello uterino se deben a los virus de los papilomas humanos (VPH), según cifras de la OMS. Por esa incidencia, en agosto de 2020 la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la Estrategia para la eliminación del cáncer cervicouterino, considerado un “problema de salud pública” para el mundo, especialmente América Latina.
Según explicó Carlos Pérez Moreno, el virus suele contraerse “en las primeras relaciones sexuales”, donde puede aparecer y producir enfermedades en el tracto genital, la vulva, el ano, el cuello y la laringe “hasta que se queda quieto y progresa la enfermedad”. Si bien, detalló que la mayoría de las mujeres elimina el virus, el desarrollo de pre cánceres y cánceres puede aparecer después de los 30 años, y si es más tardío suele ser invasivo.
“En este camino, aparecen las enfermedades transitorias, infecciones que pueden aparecer y desaparecer y por eso tenemos tanto trabajo a nivel médico: no se sabe cuál avanza y cuál no, entonces hay que intervenirlas todas, lo que sí se conoce son los vínculos de VPH con los cánceres de cabeza y cuello, asociados también a alcohol y tabaquismo”, sostuvo el médico.
En esta línea, la doctora Schilling mencionó que el aumento del cáncer cervicouterino se debe, en parte, al “mal enfoque” de los recursos sanitarios.
“Como el virus puede contagiarse mediante besos con lengua, caricias y contacto de piel, porque sobrevive bajo la uña, se destinaron recursos de forma equivocada haciendo tamizajes (estrategia de detección de enfermedades en personas sin síntomas) y Papanicolaou (PAP) en jóvenes, pero el cáncer no aparece en la adolescencia, entonces esos recursos hay que usarlos en vacunas”, defendió la ginecóloga.
Otro de los problemas es que no siempre hay síntomas evidentes, al menos que se desarrollen enfermedades de mayor carga. Por este motivo, las estrategias de prevención según el rango etario y pertenencia o no a grupos de riesgo, son claves en cuanto a “citología, test moleculares (dependiendo lo que exista en el país), tamizaje o la autotoma”, aclaró Pérez.
La Estrategia para la eliminación del cáncer cervicouterino, liderada por la OMS, contempla tres pilares de trabajo: prevenir, detectar y tratar, con lo cual la idea es elaborar un abordaje integral que incluya “la prevención, la detección efectiva y el tratamiento de las lesiones precancerosas, el diagnóstico temprano del cáncer y los programas para el manejo del cáncer invasivo”, establecieron en sus informes el organismo.
Para María Eugenia Pérez, especialista en medicina interna con postgrado en infectología y Directora Médica para Vacunas para América Latina en MSD, el abordaje integral no refiere sólo al tamizaje sino que a la prevención primaria (antes que el individuo se enferme, mediante vacunas, educación sexual integral y métodos de barreras), secundaria (detección precoz de la enfermedad y tratamiento oportuno) y terciaria (con rehabilitación, radioterapia y cirugía).
“El preservativo, en los mejores casos, no previene más allá de un 60%, por eso se necesitan otras estrategias y desde la OMS se planteó un plan 90-70-90, 90 de cobertura vacunación, 70 de detección oportuna de cánceres y 90 de tratamiento adecuados”, señaló la médica panelista y moderadora de la charla.
Respecto del plan de la OMS, el doctor Pérez reflexionó sobre el acceso a los tratamientos en América Latina, considerados “muy débiles” para hacer frente a la erradicación del virus, motivo por el cual valoró que la estrategia del organismo “está muy bien concebida”.
Por añadidura, las vacunas son primordiales para frenar el avance del virus.
“La experiencia de países nórdicos que empezaron vacunando cohortes de niñas dieron como resultado que hoy, ya mujeres sexualmente activas, tienen cero lesiones, entonces procuremos que se vacunen los adolescentes y grupos de riesgo como primer medida, después expandamos la vacuna todo lo que queramos”, subrayó la doctora Schilling.
Por último, la especialista en ginecología infantil e investigadora de vacunas y VPH, aprovechó la ocasión para desmitificar que las enfermedades de transmisión sexual tienen relación con “la promiscuidad”.
“Por una cuestión estadística, mientras mayor es el número de parejas sexuales, mayor posibilidad hay de adquirirlas, pero no necesariamente es así pues una mujer con una pareja sexual estable igual puede adquirir VPH si esa pareja tenía una historia previa, por eso es necesario sacar este mito de la población y que las personas se atrevan a consultar sin miedo para poder diagnosticar enfermedades en estadíos previos y ojalá evitar el cáncer”, advirtió Schilling.
De la misma manera, el doctor Pérez Moreno encomendó que el discurso social y las políticas públicas, en medios de comunicación y a nivel institucional, trabajen en profundidad “la educación” sobre el tema, pues es necesario que el tema se conozca desde la primera línea de la salud hasta personas de todas las edades.
“Pero si acompañado de eso no vacunamos, estamos en nada”, cerró el profesional.