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Ardor, picazón extrema, aislamiento y depresión: consecuencias de la primavera y el calor que tienen en alerta a pacientes dermatológicos crónicos Salud

Ardor, picazón extrema, aislamiento y depresión: consecuencias de la primavera y el calor que tienen en alerta a pacientes dermatológicos crónicos

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Lejos de consideraciones estéticas, estas enfermedades afectan más a mujeres que a hombres y su diagnóstico correcto puede demorar hasta 10 años, con consecuencias de sufrimiento físico, económico y preocupante desgaste de la salud mental.


“Desde los tres años tengo Psoriasis, pica y duele como una quemadura. Hasta el día de hoy no me acepto, no puedo ocupar poleras ni short, menos meterme a la piscina ni a la playa porque me siento observada. Es difícil no ser aceptada”, relata Sarai Ponce, de 33 años.

Desde esta realidad surgió la Fundación Padece (Pacientes Dermatológicos Crónicos y Empoderados) bajo el lema «Por una conciencia dermatológica», que lucha para visibilizar las enfermedades dermatológicas crónicas y sus consecuencias físicas, psicológicas y económicas.

Su presidente Francisco Tapia —paciente de Hidradenitis Supurativa—, lamenta que «llegar a mi diagnóstico demoró 10 años. Durante gran parte de mi vida he sufrido de un verdadero infierno, con dolores indescriptibles. Y mi caso no es aislado, debiendo además sufrir la falta de información médica, la poca cobertura del sistema de salud ante los altos costos de los tratamientos y la incomprensión del entorno”.

La fundación se enfoca en cinco de las patologías dermatológicas crónicas más frecuentes en Chile: Hidradenitis Supurativa, Dermatitis Atópica, Urticaria Crónica, Psoriasis y Vitiligo, cuyos tratamientos están muy lejos de la estética o cosmética, como se suele confundir.

Por el contrario, se caracterizan por ser altamente discapacitantes, manifestándose a través de intensos dolores al inflamar zonas sensibles del cuerpo, alejando a los pacientes del mundo laboral y afectando directamente en la calidad de vida y autoestima de quienes las padecen.

“Con la llegada de la primavera, empeoran los síntomas de quienes padecen Dermatitis Atópica. El calor incrementa su comezón, lo que provoca que se rasquen y sus heridas empeoren. Son los que más tienen que protegerse, porque además estos pacientes suelen sufrir a la vez rinitis alérgica o asma, lo que agrava aún más el cuadro”, señala Irene Araya, dermatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

Según la Fundación, 4 de cada 10 pacientes dermatológicos crónicos sienten vergüenza de ocupar cualquier prenda que pueda dejar al descubierto la condición que sufren, por lo que la llegada del calor los abruma y deprime, con consecuencias -incluso- irremediables.

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