La reciente publicación de los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), así como el ranking de los establecimientos educaciones mejor evaluados, ha desatado una encendida discusión en la prensa, redes sociales y otros espacios de la opinión pública al revelar una preocupante realidad: de los 100 colegios con mejor puntaje, solo dos son establecimientos municipales, de financiamiento público, y ninguno corresponde a los llamados liceos emblemáticos.
Esta situación ha enardecido toda la discusión sobre las políticas públicas en Chile, con diferentes expertos y representantes del oficialismo y la oposición alzando la voz para culparse mutuamente y denunciar el abandono de la educación pública en el país.
Sin embargo, más allá de la polémica generada por la publicación de los resultados de la PAES y el ranking de los establecimientos educacionales, ¿qué piensan los chilenos y chilenas sobre el estado de la educación en Chile? ¿Consideran que ha mejorado o empeorado en los últimos años? ¿Qué problemas identifican al respecto? ¿Qué prioridad le dan a este tema? ¿Qué opinan sobre la integración social en los colegios y establecimientos educacionales?
El estudio “Chilenos y Chilenas hoy: desafiando los prejuicios, complejizando la discusión”, que realizamos anualmente en Ipsos junto con Espacio Público, entrega algunos interesantes hallazgos sobre estas y otras interrogantes.
En primer lugar, cuando preguntamos a los chilenos cuáles son los tres principales problemas que los afectan personalmente, la mala calidad de la educación es mencionada por el 20%, es decir, uno de cada cinco encuestados. Este ítem se encuentra por debajo de otras preocupaciones, como son la inflación (27%), el servicio de salud deficiente (31%) y, principalmente, la delincuencia (62%).
Esto podría llevarnos a pensar que la educación no ocupa un lugar tan prioritario en las preocupaciones e intereses de los chilenos. Aunque, por otro lado, al preguntarles en qué políticas de Estado se debiera priorizar el gasto del dinero obtenido con la reforma tributaria, el sistema educativo obtiene el 50% de las respuestas, empatando en el segundo lugar con el sistema de pensiones, y solo por debajo del sistema de salud (62%). El combate a la delincuencia, en este caso, se ubica por debajo con el 32% de las menciones.
En segundo lugar, al preguntar a los chilenos si consideran que la calidad de la educación que ellos o sus familias han recibido ha mejorado en los últimos cinco años, las respuestas se dividen en un 40% que está de acuerdo, y un 57% en desacuerdo.
En otras palabras, dos de cada cinco chilenos consideran que la calidad de la educación ha mejorado en los últimos años, mientras que casi tres de cada cinco no comparten esta percepción. Este 40% que piensa que la calidad de la educación ha mejorado aumenta a un 50% entre los encuestados que tienen entre 18 y 29 años, y a 45% entre los encuestados de los grupos socioeconómicos D y E.
Es decir la percepción de una mejora en la calidad de la educación en los últimos años aumenta entre los encuestados más jóvenes, y entre quienes tienen menores ingresos.
Cuando preguntamos a los encuestados sobre qué situaciones problemáticas relacionadas con educación les resultan más preocupantes, la mayor cantidad de menciones se las lleva el bullying u hostigamiento entre estudiantes (57%), seguido del posible uso de drogas y alcohol en los colegios (52%). En un peldaño inferior se ubican la calidad de la infraestructura (28%), la preparación de los estudiantes para entrar a la universidad (25%), y la violencia de los alumnos hacia los profesores (24%).
Si analizamos los cambios en estos indicadores en comparación con mediciones anteriores, encontramos que la preocupación por el bullying, la infraestructura y la violencia contra profesores han aumentado desde la encuesta de 2021, mientras que se registra una disminución en la preocupación por la calidad de los profesores (17%), el costo de los establecimientos (15%), el aprendizaje de inglés (8%), y la violencia de profesores hacia alumnos (5%).
Finalmente, en el apartado de la encuesta sobre integración social y prejuicios, preguntamos a los chilenos si piensan que a los colegios debe asistir gente diversa, y que convivan estudiantes de clase alta, media y baja, o si piensan que es más recomendable que los colegios estén divididos por clases sociales.
Ante esta disyuntiva, la absoluta mayoría de los chilenos, el 85%, se decantó por la alternativa de que los colegios integren a estudiantes provenientes de diferentes contextos socioeconómicos, mientras que solo 14% considera más recomendable que haya colegios separados por clase alta, media y baja.
Los chilenos mayoritariamente quieren que los establecimientos educaciones sean un espacio para la integración social, donde convivan alumnos de orígenes y realidades diversas.
Esto es, justamente, lo que no se estaría cumpliendo según evidencia el ranking de establecimientos en la PAES. Sin embargo, como también revelan los resultados de esta encuesta, el tema es complejo y tiene diferentes aristas que deben abordarse cuidadosa y responsablemente.