Un proyecto pionero en el país constató la disminución de la exposición a agroquímicos en la sangre y orina de las y los agricultores , tras aplicar técnicas de manejo sustentable, entre otras medidas.
Pan de Azúcar es una localidad rural de la comuna de Coquimbo, ubicada a 10 minutos de la ciudad puerto, que concentra un gran porcentaje de las plantaciones agrícolas de la región.
Esos terrenos están dedicados en gran parte a la agricultura familiar campesina de hortalizas, flores decorativas, hasta productos gourmet que llegan a gran parte del país.
Durante dos años la Universidad Católica del Norte (UCN), con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Intihuasi, capacitó a un grupo de agricultores y agricultoras en temáticas como el manejo de los agroquímicos, la protección que deben tener al trabajar o las técnicas de control fitosanitario, entre otros, logrando constatar la disminución de la exposición de las y los trabajadores agrícolas a este tipo de sustancias a través del monitoreo de muestras de orina y sangre.
Los resultados del proyecto «Uso consciente de agroquímicos en Pan de Azúcar», financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo a través del Fondo de Innovación para la Competitividad FIC-R, serán dados a conocer este 18 de enero en Congreso Futuro.
Floria Pancetti Vaccari, líder del proyecto y directora del Departamento de Ciencias Biomédicas de la UCN, pudo constatar la posibilidad de contar con una agricultura más limpia y con menor impacto ambiental, por medio del uso de herramientas como control biológico.
Además, se redujo y reemplazó el uso de plaguicidas órganofosforados y carbamatos por medio de la implementación de un programa de capacitación de manejo integrado de plagas y buenas prácticas agrícolas.
Así, durante dos años se realizaron 26 charlas técnicas y talleres orientados a conocer detalles del manejo integrado de plagas y del uso de elementos de protección personal, indispensables para el resguardo de productores y trabajadores agrícolas.
La iniciativa contó con la asesoría y apoyo de un equipo multidisciplinario integrado por profesionales de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Universidad Católica del Maule (UCM) e integrantes de Red Colaborativa de Investigación de Enfermedades en Trabajadores Agrícolas.
La iniciativa contempló la toma de muestras para el monitoreo de agroquímicos, constatando al término del proyecto el impacto positivo en la salud de las y los agricultores de esta zona rural de la comuna de Coquimbo, hecho que también beneficia a las y los consumidores de los productos, quienes tienen menor riesgo de intoxicación.
La iniciativa, contó con la participación de la Cooperativa Agrodepa (productores de hortalizas) y de Floriccop (productores de flores), quienes valoraron el aporte tanto para su actividad productiva como para su salud.
«Hubo mucha gente que trabajó en este proyecto y los resultados están a la vista: la evidencia de que ha habido un avance en lo que hacemos son los resultados y lo que vimos en los gráficos. Y, viendo el certificado, siento que ha sido una escuela. Esto no sólo va en beneficio nuestro como agricultores, sino de nuestro entorno, y de nuestra comunidad», explicó María Olaya Leiva, presidenta de la Cooperativa Agrodepa.
“Hace mucho tiempo que estábamos buscando la forma de ocupar este tipo de productos, además del manejo sustentable de los procesos productivos. Durante el proceso, todas las prácticas que realizamos fueron eficientes. Y “uno de los logros más significativos ha sido la disminución de nuestra exposición a estas substancias”, señaló Gabriel Martínez, presidente de Floriccop.
“Las cooperativas ahora tienen el conocimiento para hacer el control sostenible de plagas y no depender de los plaguicidas químico-sintéticos, principalmente, los organofosforados y carbamatos. Hoy tienen las herramientas para hacer una agricultura más limpia, con menor impacto ambiental, utilizando herramientas como control biológico, y eso demostró que su salud se ve beneficiada y, a su vez, beneficia a los consumidores”, precisó Claudio Salas, director regional de INIA Intihuasi.
En el cierre del proyecto, los y las participantes recibieron equipamientos de protección personal y constancias de participación en talleres, convencidos del aporte que representó para el desarrollo de actividades productivas sustentables con el medio ambiente y con la salud de todas y todos los productores.