CONGRESO FUTURO
Catriona Mckinnon, doctora en Filosofía, académica de Teoría Política en Universidad de Exeter y directora del programa Renovando la Biodiversidad a través de una aproximación a las Personas en la Naturaleza, de la misma universidad, explica la importancia de tomar acciones urgentes frente al cambio climático para presionar a los líderes que toman las desiciones. En este contexto, detalla que es necesario crear una justicia climática, ya que hoy en día, los grupos más vulnerables están siendo los más afectados por este proceso.
Durante la jornada de este miércoles de Congreso Futuro, una de las expositoras que destacó con su participación fue Catriona McKinnon, politóloga, académica e investigadora de la ética medioambiental y la justicia climática, teniendo el foco en las personas del futuro.
Uno de los puntos más relevantes que ha desarrollado es la visión de que el cambio climático es un fracaso ético con un impacto evitable, el cual afecta sobre todo a los grupos sociales más vulnerables.
Bajo este contexto, la experta detalla que “el cambio climático es un fracaso ético por muchas razones. Estamos infligiendo un sufrimiento innecesario a las personas vulnerables y a otros seres vivos del planeta, como resultado de un régimen energético global de combustibles fósiles que debemos desmantelar”.
En ese sentido, explica que “el cambio climático hace que las injusticias existentes, por ejemplo, para las personas del sur global, las mujeres y las niñas y los pueblos indígenas, sean mucho peores. Los más vulnerables a los impactos climáticos son los menos responsables de las emisiones”.
Sin embargo, todavía existen posibilidades de revertir esta situación. Según la especialista, todavía el mundo está a tiempo para tomar acciones frente a esta situación a través del mantenimiento de la temperatura global por debajo de los 2°C para el 2100.
“Esto podría evitar los peores escenarios de desastres climáticos. Podemos cambiar la forma en que producimos energía y valoramos la naturaleza. El desafío es también cambiar la voluntad política. Como ciudadanos, todos debemos trabajar para obligar a nuestros líderes a avanzar rápidamente hacia una economía global sin emisiones de carbono”, afirma.
En esta línea, McKinnon acusa a algunas corporaciones multinacionales de combustibles fósiles de tener conocimiento del impacto de las industrias extractivas en la naturaleza y la biodiversidad, “sin embargo, han ocultado este hecho para seguir explotando los combustibles fósiles”, detalla.
Uno de los planteamientos primordiales de la especialista, es que esto afecta mayoritariamente a las personas más vulnerable, las cuales están muriendo, enfermando y perdiendo sus hogares como consecuencia directa del cambio climática.
Uno de los tratados internacionales más importantes respecto al cambio climático, es el Acuerdo París, el cual establece medidas vinculantes, para los países que adhieren, que ayuden a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según la politiloga, “el Acuerdo de París permite que cada país establezca sus propios objetivos para la reducción de emisiones y otras acciones. No es sorprendente que casi ningún país prometa actualmente hacer lo necesario para mantenerse por debajo de 2°C para 2100. Necesitamos la acción de la gente sobre el terreno para obligar a nuestros supuestos líderes a hacerlo mejor”.
A modo de conclusión, Catriona Mckinnon, explica que se tiene que incorporar la justicia climática, entendiéndola desde la mirada que las personas más favorecidas del mundo deben asumir la carga de las acciones agresivas contra el cambio climático, para que así, las personas menos favorecidas puedan asegurar sus derechos básicos.
Es así, como se necesitan líderes con “coraje moral” para presentar esta situación a los electores de los países más ricos. “Tenemos la oportunidad de ser la generación en el tiempo que conquiste el cambio climático. Si no actuamos de manera radical ahora, seremos la generación que catapulte el futuro de la humanidad a condiciones inhabitables en el planeta colapsado”, concluye.
