CONGRESO FUTURO
Una de las materias más importantes para avanzar en la transformación energética es la vinculación con los territorios, teniendo en cuenta los enormes desafíos que existen actualmente en los espacios y comunidades. Sobre este tema expuso en el cuarto día de Congreso Futuro, Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento y experta en temas energéticos.
Durante la jornada del jueves de Congreso Futuro, uno de los temas que se abordaron fue la transición energética y cómo está se ha desarrollado a través de los años.
Bajo este punto, Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, bajo el lema del bloque Frenar la Pérdida, expuso sobre los desafíos que se tienen hoy día para frenar el cambio climático, recalcando el rol de las energías renovables.
En este contexto, la experta detalló que la transición energética se ha basado en tres ejes:
– Progresivo abandono de los combustibles fusile sy la adopción de energías renovables
– La eficiencia energética entendida como la capacidad de administrar la producción y el uso de esa energía de forma eficaz y la modificación de las pautas de consumo.
– Electrificación de los consumos, es decir, en todos aquellos ámbitos que hay consumo de fósiles, se puedan reemplazar por energías renovables.”
“Existe un cuarto pilar que es el que se habla menos es el deber ético y científico de incorporar la variable de los territorios para efectivamente poder abordar el desafío de la transición energética”, explica la experta.
Asimismo, expone que uno de los desafíos principales no está en los objetivos que tiene la transición energética, sino en su aplicabilidad. Esto quiere decir, que las dificultades están en relación al impacto territorial que tienen las energías renovables.
A pesar de que hoy existe un fenómeno en donde los seres humanos no quieren tener proyectos cerca, existen causas de la conflictividad territorial mucho más complejas, según la especialista.
Entre ellas se encuentran:
– El alcance territorial que el proceso de transformación implica: “Solamente el reemplazo del carbon va a exigir entre 100 mil y 23o mil hectáreas adicionales de proyectos de energía renovables no convencionales”, afirma la experta.
– Distribución de los beneficios y las cargas del proceso de transición energética
– Actitud de los poderes públicos: problema de gobernanza y descoordinación entre administradores y criterios de evaluación: “Hay un deficit de coordinación de poderes de Estado que no logran ponerse de acuerdo en cómo se otorgan permisos y evaluaciones ambientales que son requeridas para que estos proyectos se instalen en los territorios”.
A raíz de lo anterior, Ana Lía Rojas, recalca la necesidad de un acuerdo político y social que pueda promover y alinear el desarrollo de estas energías.
En conclusión, la especialista termina destacando que es importante crear instrumentos de planificación territorial, los cuales orienten las implementaciones energéticas, estableciendo los espacios excluidos y los de preferente localización.
